RELEYENDO A GONZALO
NO ESTOY PARANOICO. Es una advertencia obligada que debo hacer al lector (pero que me están siguiendo, me están siguiendo). Me explico.
Como ya he señalado en varias entradas, se puede percibir una suerte de hostilidad cada vez menos sutil hacia los blogs, los bloggers y los contenidos de los blogs. Ver Censura, pelotudos, blogs y buena prosa; ¿Censura en los blogs?; Ataquen a los bloggers; Contra la censura de Servini de Cubría; Controlando el flujo de información. Estos ataques vienen, claramente desde fuera de la blogósfera. Otra forma de ataque, mucho más sutil por cierto, parece venir desde el seno del mundo virtual de las bitácoras, más precisamente, desde algunas bitácoras periodísticas.
Algunos señores periodistas, que suelen venderse como bien intencionados, son, quizá, los mayores productores de entradas, textos e incluso libros impresos sobre cómo escribir mejor en un blog. Así, por ejemplo, los ejemplos que cita Gonzalo en el texto anterior. Navegando por la red, además, se encuentran varios "manuales de estilo" para redactar en la era web 2.0.
El periodismo y su pautas de redacción —bien estructuradas y poco flexibles, por cierto— es el modelo que busca imponerse. Por supuesto que esto tiene algunos aspectos positivos, pero lo que me pregunto es si no son más graves los costados negativos de este proyecto. En primer término, ¿quién dijo que los periodistas han tenido una capacidad especial para adquirir habilidades especiales referidas a a la redacción web 2.0?
En verdad, no termino de comprender qué sentido tiene que se excluya de la blogósfera —o se vaticine el fracaso— de quien no sigue ciertas reglas que pueden ser razonables en un blog con perfil periodístico. Más allá de que algunas de ellas puedan ser discutibles al ser aplicadas aun en medios periodísticos.
Lo cierto es que en el mundo virtual coexistimos bloggers de todo tipo, pelaje, gustos e intenciones. Mírense, si no, las bien marcadas diferencias de quienes participamos en esta bitácora colectiva. Con esto no quiero decir que este tipo de consejos, guías, manuales de estilo, no resulten de utilidad. Es más, creo que la cuestión del uso correcto del castellano —no la imposición de un determinado estilo de redacción— es lo más útil que se encuentra en un manual de estilo, o de dudas del lenguaje.
Por eso es que estamos firmemente convencidos de que, aun sin desearlo, estas reglas/pautas/criterios, al modo de un autoritario jefe de redacción, pueden terminar por desalentar a que las personas que nunca se dedicaron particularmente a escribir se animen a crear un blog.
Uno de los consejos que leí por allí es que se debe evitar ser el protagonista de lo que se cuenta en el post. Sin embargo, este consejo puede resultar erróneo. En mi experiencia, el post que escribí Recordando a Nino, cuyo título era "Sobre colores y un profesor extraordinario", violaba todos los consejos sobre quién debía ser uno de los protagonistas de la historia, y sobre las reglas de cómo titular cada entrada. Y a pesar de ello creo que fue uno de las historias que más interesó a los lectores, y que más celebraron sus discípulos.
Por último, también es importante la diversidad de estilos, de contenidos, de enfoques. Todos coincidiremos en que los blogs de Gargarella y de Gustavo Arballo son de lo mejorcito que se encuentra por allí. Y también coincidiremos en que ambas bitácoras son profundamente diferentes.
En el caso de No Hay Derecho, por ejemplo, el premio mayor se lo debe llevar quien logre definir de qué se trata. Cuando lo creé, no tenía muy en claro de qué iba a escribir en él, pero sí estaba seguro de que giraría alrededor del derecho penal. Cualquiera que lo vea ahora podrá apreciar que no es así. No sólo trata temas de lo más diversos, sino que se recurre a los más variados estilos o enfoques.
En síntesis, son estas diferencias las que dan riqueza a la blogósfera y a la blawgosfera. De allí, entonces, que debamos utilizar estas pautas y consejos como lo que son: solo una forma posible. Para lo que nunca debemos utilizarlas es para que se nos impida celebrar nuestra diversidad.
AB (respuesta a un post de Gonzalo Ramírez Cleves)
1 comentario:
Coincido Alberto.
Lo que hace interesante a la "blogósfera" es su libertad, su informalidad. Donde no tenés que esperar que el blogger siga pautas preconocidas y entendidas por todos, sino que él siga sus propias reglas y rompa -si quiera- los esquemas tradicionales. El lector, si le agarra el vuelo, lo va a disfrutar mucho más.
Además, lo que para mí es clave: evitar todas las cosas que caracterizan al mundo editorial tradicional. No porque éste último sea mal, sino porque la idea básica del blog como forma de hablar "sobre lo jurídico" es que sea distinto. Las reglas supone una normalidad, un «standar, volviendo todo semejante, predecible.
Por eso este blog es una genialidad. Porque es distinto; y porque logré entender y coparme con la locura y la dinámica del autor. Eso es lo divertido.
Abrazo
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