16 nov 2015

DEBATE SCIOLI - MACRI EN TWITTER





Fue un debate con gusto a poco, donde faltó la espontaneidad, con mucho apego al libreto. En algunos momentos parecía un diálogo de sordos. Como marcaron muchos en Twitter, ninguno contestaba las preguntas formuladas por su adversario.

El formato del debate, por otra parte, no termina de cerrar. Es muy acertada, en  uno de estos aspectos, la crítica de Mario Wainfeld :

Los moderadores fueron varones porque la ONG no acogió justos reclamos y propuestas para que hubiera representación de género. Lo establece la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y antes que ella las reglas de convivencia y de corrección política. Las ONG que predican apego a las normas no las honran o tercerizan su cumplimiento a la voluntad de los canales que pusieron moderadores viriles, que discriminaron sin rubor. Solo hubo dos mujeres que entraron al final: las parejas de Macri y Scioli, lo que los moderadores mostraron como un ejemplo del papel femenino. Un clásico de los debates norteamericanos y un deslizamiento del rol de la mujer poco estimulante.


El tema de derechos humanos fue ignorado por ambos candidatos, fuera de algunas referencias relacionados con cuestiones específicas. Ninguno de ellos habló de propuestas de políticas públicas que era lo que el subtema planteaba.

El tema del tráfico de sustancias prohibidas fue abordado con una lógica demasiado bélica por Macri, anunciando que lo que se pretende es una repetición de los errores de siempre. Habló de “guerra contra el narcotráfico”, “barrios peligrosos” y otras expresiones que vaticinan el fracaso de una política como la que se deja entrever. Scioli, por su parte, en su descripción de los narcos como criminales y los consumidores como enfermos, muestra que no se han abordado estos temas sin salir de la racionalidad represiva.

Hubo exceso de chicanas en las que se le enrostraba al otro las medidas que habían tomado o defendido en el pasado y, en el caso de Scioli, se le marcaban las consecuencias de acciones políticas del kirschnerismo, a lo que él respondía que él no algo así como un apoderado que debía responder por acciones ajenas. Sin embargo, a la hora de mencionar sus grandes éxitos sí se apropiaba del discurso del poder ejecutivo nacional. Macri, por su parte, negaba sin vergüenza afirmaciones insostenibles de su pasado, adoptando, además, una actitud contraria a esos cuestionamientos que no la debe de haber creído ni su esposa.

Uno de los temas que atravesó todo el debate fue el de quién era el candidato que implicaba el cambio y quién el que solo era la continuación de este gobierno.             

En cuanto a la organización del debate, creemos que el tiempo fue muy breve para que los candidatos pudieran exponer sus propuestas sobre cada tema. Quizá una reducción de los temas de debate resultaría más útil para la próxima edición. 

Esto es todo por hoy, hasta la próxima...











Lo que nos perdimos...






Generales






















Debate papal










Género










¿Y los derechos humanos?



















Las ese...

















Macri







































Scioli




























































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