11 jun 2012

PARTIDA EN EL VUELO DE LAS 5:45


VIAJANDO CON ESTEBAN CHERVIN


Por Alberto Bovino







El despertador sonaba enloquecido a las 4 AM en mi cuarto. Yo dormía como un oso hibernando. A las 4:15 AM Esteban Chervin comenzó a llamarme al celular sin ningún éxito. Finalmente, a las 4:30 escuché la llamada y logré atender. Esteban me recordó que a las 4:45 AM me pasaría a buscar por mi casa para ir juntos a Aeroparque a tomar nuestro vuelo. Y efectivamente, a las 4:45 tocaba el portero como un desaforado. Luego de que logré vestirme y recoger todas las cosas que llevaría en nuestro viaje, bajé a las 4:55. Esteban me decía que perderíamos el avión. Le dije que no, que llegaríamos a Aeroparque en cinco minutos.

Llegamos a Aeroparque rápidamente, porque a esa hora la ciudad entera dormía. Antes de entrar a la terminal le digo a Esteban:

—Bancá que necesito fumarme un pucho antes de subirme al avión.

Esteban me miró como si yo estuviera loco y se resignó a esperarme.

—No seas ansioso, recién son las 5:15, el vuelo sale a lasa 5:45 y, además, los vuelo de Aerolíneas nunca salen a horario.

—¡Pero ya están llamando para abordar!

—Ése es el primer llamado…

La expresión de su cara me dio pena, me sentí cruel, apagué el pucho y dije

—Bueno, vamos, ¡exagerado!

Mi compañero de viaje había hecho el check in por internet, no llevábamos equipaje para despachar, así que marchamos raudamente hacia la puerta de embarque. Esteban se me adelantó diciendo que iba a avisar que no nos cierren el vuelo. Con Esteban marcharon los dos boarding pass.

Cuando llegó al final de ese pasillo gigantesco que hay en Aeroparque, me pareció escuchar mi nombre por el altoparlante. Luego de entrar a la zona de pasajeros, veo una cola larguísima para pasar por seguridad. Me adelanté y le dije a la mujer encargada que me estaban llamando por el altoparlante. Me dejó pasar, me desvestí de mis objetos metálicos, pasé el control sin problemas, y marché a la puerta de embarque. Como no podía ser de otra manera, era la que estaba en último lugar.

Caminé tranquilo hasta allí. Cuando llegó con mi mejor sonrisa, la azafata me miró con una cara de orto de aquellas. Me mandé al avión y por fin podrían cerrar el vuelo. Pero no fue así. Un pasajero irresponsable logró demorarnos a todos. Al subir al bus que nos llevaría al avión, veo que Esteban se baja corriendo del bus. Pensé que no me había visto subir y le pegué un grito. Me miró con cara de “Ya sé, boludo” y salió corriendo. A los cinco minutos se lo vio llegar jadeando. Se subió y le pregunté qué le había pasado

—Me había olvidado la mochila cuando pasamos seguridad.

—Sos un irresponsable —le dije—, culpa tuya casi perdemos el vuelo…

2 comentarios:

EC dijo...

Se viene la segunda parte de la historia....

Anónimo dijo...

Es una amenaza?