ESTRENO CINEMÁTOGRÁFICO: LOS BANDOLEROS
con Maxi
Medina y Alberto Bovino*
La audiencia de hoy fue muy
movidita, especialmente por las agresivas intervenciones de Freeland. En primer término, nos llamó
“bandoleros”, y nos dijo que usábamos “tretas” y “artimañas”. O algo similar.
En el cuarto intermedio solo se disculpó por lo de “bandolero”, no por lo otro.
Su comportamiento con el segundo
testigo fue llamativo. Lo hostigó de un modo increíble, circunstancia que provocó
dos llamados de atención por parte del presidente.
Toda su línea de interrogatorio —en
la que alegó antes de preguntar— consistió en repetir preguntas ya contestadas,
pelearse con el testigo, con la fiscal, con María del Carmen Verdú, con el presidente y con uno de
los vocales. La fiscal estuvo bien al solicitar que se retire el testigo para
discutir. En cuanto al contenido de sus preguntas, siguió con su intento de
transformar a las víctimas en victimarios.
Se zarpó mal diciéndole al vocal que
lo acusaba de preguntar con “mala leche”. Al final, Maxi Medina logró calmar los ánimos,
solicitando al Dr. Freeland y a
todas las demás partes —Maxi contó 26 preguntas mal formuladas sobre 33 hechas
por Freeland— que interrogáramos
bien y evitáramos estas discusiones
entre las partes.
Yo debí pedir disculpas porque me
reí ante la respuesta del segundo testigo a una abogada defensora y tenía el
micrófono abierto sin darme cuenta.
Así transcurrió esta audiencia.
Cuando me retiré aún no terminaban con el segundo testigo, a las 17 y algo, y
restaban dos testigos más. Sin tener en cuenta el contenido de las
declaraciones, la audiencia nos dejó un sabor amargo. Pero al menos me hizo sonreír
al final Verdú cuando dijo que
preguntara yo primero, ya que respetaba las canas.
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