13 abr 2011

SÍ AL TABACO RELOADED

BOVINO AGREGA







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Estimado amigo Fahirsch:

01) El supuesto que Ud. nos brinda, que no incluye los baños, por ejemplo, es rico para analizar algunos problemas. Por lo que entendí, usted prohibió a todos los clientes fumar. Si es así, nadie le prohibió a usted tomar su decisión respecto de un lugar de “uso público”, al contrario de lo que sucede con la ley 1.799.

02) Lo cierto es que Ud. admite que ingresaba gente fumando, y que una persona persistió en seguir fumando. También admite que Ud. prestaba una atención especial al tema, por voluntad propia. En algunos negocios, por otro lado, por la cantidad de personal, por la visibilidad del local, puede ser mucho más complicado dicho control, y, además, puede ser que el administrador o propietario y los concurrentes no tengan ningún interés especial en que sea libre de humo.

03) Por otra parte, está el problema de los baños. Por una cuestión de intimidad, los waters de los baños no podrían ser controlados ni siquiera con cámaras que, por lo demás, exigirían un puesto de trabajo casi exclusivamente dedicado a controlar a los fumadores empedernidos. O bien le obligarían a tener detectores de humo, lo que acarrea costos adicionales que deberían abonar los no fumadores. Más allá de que hay maneras de fumar evadiendo el control de los detectores, y de que estos puedes ser inutilizados sin que se pueda detectar a quienes los inutilizan.

04) Según el texto de la ley 1.799, el ingreso de un inspector al local en el momento en que alguien enciende un cigarrillo acarrea la imposición de una multa. Y el local que tenga tres multas consecutivas en el término de un año será clausurado. Hace poco estaba cenando en el restaurante de un amigo, sentado en la barra, y sin advertirlo encendí un cigarrillo. Sin que nadie me dijera nada pues no se dieron cuenta, después de la segunda pitada me dí cuenta y lo apagué rápidamente. De haber entrado un agente de la lucha antifumadores de la Ciudad, mi amigo habría sido multado, pues estaba a menos de dos metros de distancia de donde yo estaba, prestando atención a la caja cobrando una factura.

05) En el mismo lugar, me ocurrió lo mismo estando en el baño. Nuevamente, cuando lo advertí apagué el cigarrillo. Nuevamente, el control del dueño hubiera sido imposible y podría haber sido multado.

06) Respecto a su pregunta retórica acerca de si fumamos hoy en el cine, en el super, en el teatro, ello no significa nada. Tampoco se pueden beber alcohol en la Facultad y sí en el bar de en frente.

07) A continuación se queja de que antes no había restaurantes exclusivos para no fumadores —nada impedía que los hubiera—. Nuevamente, ello no tiene nada que ver con la posibilidad de que ahora existan locales exclusivamente para fumadores. Es decir, se queja del “Separate but equal” solo cuando ello no incluye a la clase de los no fumadores.

08) Finalmente, el hecho de que tiremos la colilla de los cigarrillos me parece una crítica razonable, que podría solucionarse colocando ceniceros juntos a los cestos de basura de la ciudad. Y eso de esgrimir el cigarrillo para todos lados, no me parece que así sea. Creo que nunca me sucedió algo así en la calle, mientras que las personas que utilizan paraguas los días lluviosos constituyen un peligro muchísimo más grave para nuestros ojos…

09) El gran problema que Ud. señala, de mucho más difícil solución, es el de los no fumadores que deben trabajar en locales para fumadores. Desde ya creo que habría que buscar la manera no coactiva para que solo trabajen allí personas fumadoras. Pero ese argumento —no en su caso—, es usado meramente como una excusa, pues está visto que a los legisladores que aprobaron la ley 1.799 no les preocupa en lo más mínimo la salud de nadie.

10) Finalmente, me gustaría saber por qué no se demonizan aquellas prácticas o productos que causan tanto o más daño que el cigarrillo en boca de fumadores: ¿por qué yo debo sufrir un margen “tolerable” —tolerable según quién— de la polución causada por el tránsito automotor y no tengo auto, y los no fumadores pretenden tener un derecho absoluto a no vernos a menos de cien metros de distancia? Fumar también es un derecho. El legislador no tiene facultades para constituirnos en parias sociales a quienes prácticamente se nos margina del resto de la comunidad si queremos fumar.

11) En cuanto a la campaña basada sobre dudosas investigaciones sobre el terrible daño causado a los fumadores pasivos —se sostiene que es más grave que el que sufre el fumador—, en vez de actuar como un incentivo para que los fumadores pasivos reclamen por sus derechos, actúa como un gran desincentivo para que los fumadores dejemos de fumar. ¿Para que habré de dejar de fumar si al cáncer lo voy a tener igual?


Estimada Ceci


12) El tema de los daños producidos por las quemaduras de cigarrillo creo que no resiste el menor análisis. Lo que me suena interesante es la preocupación de que las hectáreas al cultivo del tabaco no son dedicadas a otra producción. Igual que las hectáreas dedicadas al cultivo del cacao, o a las uvas, o a otros muchísimos productos que son causa de enfermedades, adicciones y obesidad. Nadie se preocupa cuando las hectáreas se dedican a la soja, a pesar de que se afirma que La soja podría poner en peligro el futuro del suelo. Es decir que sí hace algo, pero que no tenemos derecho a impedirlo al productor de tabaco.


14) Cecilia, si yo fumo, y en mi oficina no puedo fumar, pasaré mis ocho horas de trabajo sin ejercer mi derecho como consumidor —que puede ser ejercido sin afectar a terceras personas si me limito a fumar en mi despacho—. Si duermo ocho horas, y de mis ocho horas de descanso, quiero salir a lugares privados de uso público, tampoco puedo fumar. O, como se pretende en mi Facultad, deberé fumar bajo la lluvia después de caminar 300 metros para llegar al leprosario.


15) En cuanto al gravísimo daño de los fumadores pasivos, que es causante de tantas muertes, me gustaría leer una investigación seria que no dependa de la corporación médica que es una de las mayores interesadas en establecer el fascismo saludable como política sanitaria coactiva y no como protección de sus derechos. ¿Recuerdan cuando los médicos eran los principales protagonistas de publicidad de cigarrillos?


16) En cuanto a su pregunta sobre las prohibiciones coactivas, esto es, si para que una prohibición sea coactiva debe ser deseada por todos. Yo no he hablado de prohibiciones coactivas, sino de protección coactiva de derechos, que es otra cosa bien distinta. Si el Estado no pude imponernos modelos de vida saludable, la protección de la salud de personas que no están interesadas en ello es una protección coactiva de derechos, algo que Ud. misma ha dicho que no apoya.



3 comentarios:

fahirsch dijo...

Estimado Alberto:
Yo no prohibí fumar a los clientes. Prohibí fumar dentro del local. Incluía a los clientes, a los empleados y al propietario (yo, que obviamente no tenía problemas en cumplir con la norma). Mis empleados, previo a ser contratados, fueron advertidos que era condición del empleo no fumar en el local. Creo que ninguno/a era fumador/a
Obviamente no me dedicaba a vigilar los inodoros (aunque le aseguro que los inodoros, específicamente los de mujeres, pueden ser un dolor de cabeza). No hacía falta. En primer lugar porque la abrumadora mayoría de los clientes no entraban para usar el baño (y menos para fumar el cigarrillo). En ese sentido reconozco que la situación en un lugar de comidas es diferente. Y en cuanto a tener detectores de humo: forma parte de la seguridad general y no por el cigarrillo.
Parte de su argumento es la dificultad del dueño de controlar.
No, no es dificil. En un lugar donde no se fuma, el olor a cigarrillo se detecta rapidamente, incluso en ambientes grandes. A usted, como fumador, quizas le resulte dificil, pero al que no fuma, le aseguro que no. Más, el olor persiste por un rato.
Y más importante, cuando una norma es clara, la mayoría suele respetarla. Esta es una de ellas. Incluso usted reconoce que apaga el cigarrillo que en forma automática prende.
Los ejemplos que dí: transporte público, cines y similares, supermercados. No hay inspectores vigilando el cumplimiento en esos lugares. Se ha tornado costumbre.
Otra norma que está conviertiendose en costumbre: las luces bajas prendidas. Es ley en la ruta, no en la ciudad. Cada vez hay más personas que deliberadamente las dejan prendidas.
El cinturón de seguridad (me sorprende que no lo incluya en su campaña anti fascismo saludable) es otro elemento que de a poco (convencimiento personal, educación y multas mediante) se está convirtiendo en una costumbre saludable más que en imposición legal. Hace bastantes años formaba un "pool" de colegio. Una de los transportados siempre hacía escandalo para no ponerse el cinturón. Hoy, como adulta, lo usa e impone el uso.
En última instancia, ninguna ley tiene 100% cumplimiento. Como abogado penalista usted bien lo sabe.
Respecto de los que trabajan en lugares donde se fuma: habría que buscar la manera no coactiva para que solo trabajen allí personas fumadoras. Me parece que similarmente se podría decir lo mismo de cualquier otro trabajo con riesgo. Pero lo que se hace es vitar los riesgos en lo posible. Y en este caso se puede eliminar 100% sin modificar el ámbito de trabajo.
Pero en realidad todo se centra en el derecho del fumador a hacer lo que se le da la gana con su cuerpo. De acuerdo. Pero a diferencia de lo que sucede con una persona que bebe, el humo es absorbido por el no fumador. La bebida de un bebedor no es bebida por un tercero.

Anónimo dijo...

Estimado ALBERTO: espero se encuentre bien.

Realmente me llama la atención el modo en que usted visualiza este tema.

¿Podría usted aceptar que no es "demonizar" ni "fascismo saludable" este tipo de medidas tendientes a que otros no se embromen con el consumo de otro?.

¿No le parece que es ir demasiado lejos plantear la posibilidad, aún no coactiva, de que se considere para ocupar un puesto de trabajo el que alguien fume?, sinceramente creo que es demasiado; al igual que el tema de los detectores, el que se los pueda evadir a través de su "inutilización"inutilizar (queda claro que no está diciendo que usted lo haya hecho o lo vaya a hacer). Parecería que para algunos fumadores todo puede valer: esto no le genera aunque sea inquietud? cuando habla de "inutilizar" se refiere a destruir algo que es de otro?.

Está en desacuerdo con lo que entiende una "protección coactiva de derechos", pero por momentos cuando relata los episodios en el bar de su amigo parecen más actos automáticos que actos en el que se ejerce la libertad. Pero, libertad de qué?. De dañarse si así uno lo desea? Esto me parece que merece un segundo: tengo una amiga que me dijo que desde que tuvo un hijo cruzaba la calle con más cuidado. Tenemos la convicción de que nuestra vida es nuestra y que podemos hacer con ella lo que se nos plazca, permítame decirle que no estoy de acuerdo con ello ya que desde que nacemos sostenemos vínculos con personas que nos estiman y/o necesitan.

Dice usted: "el tema de los daños producidos por las quemaduras de cigarrillo creo que no resiste el menor análisis", viniendo de Ud. no comprendo qué signifa (es tan pro tabaco que ya todo es posible. Está de acuerdo que suceden o piensa que no?. En un boliche antes de que existiera esta normativa, sin querer alguien me quemó con un cigarrillo, le puedo asegurar que no fue nada agradable. En otra oportunidad en una jornada, una persona giró y quemó la campera que llevaba, jamás pude arreglarla.

Con el ítem de las hectáreas, sinceramente Bovino, Ud. no tiene perdón (broma que espero la tome con el espíritu con que la hago). ¿Cómo puede comparar la plantación de uvas (una FRUTA) y cacao con la de tabaco?. Ninguno de esos productos tiene nicotina, alquitrán, o sustancias similares. Y con respecto a la soja, sé que se plantea que puede poner en peligro la viabilidad de producciones futuras en ese suelo, tengo entendido que debido a los pesticidas que se utilizan, algo que sí me preocupa. Me pregunto si no llegará el momento de pensar cuánto de nuestra tierra estamos dispuestos como sociedad a dedicarle al tabaco.


Alberto; lo del leprosario, no le parece demasiado?. Sinceramnete no recuerdo propagandas de médicos fumando, pero supongo se hicieron en èpocas en que no se contaba con investigaciones sobre el efecto del tabaco. Que usted quiera leer una investigación seria sobre este tema no realizada por médicos (o disciplinas afines) no es como que yo quiera leer una ley no redactada por abogad@s o con asesoramiento de abogad@s. Y ¿qué pueden ganar l@s médic@s con este tipo de políticas sanitarias?, cuando tambiém entre ell@s l@s hay fumadoras/es y no fumadoras/es.

Insisto en que no hay protección coactiva de derechos ya que esta normativa existe para espacios públicos, y en ellos alrededor de alguien que no quiera que el Estado cuide su salud siempre habrá otra persona que puede no ser fumadora.

Estimado Alberto, lo de "Ceci" fue un error de tipeo?, ví que su saludo a Fahirsch careció de esta particularidad; o es que además de esta reglamentación anti tabaco va a necesitar una de tratamiento igualitario en su blog?.

Reciba Ud. mis más cordiales saludos. Cecilia.

CP dijo...

Yo no fumo, nunca fumé, y adhiero a la cruzada en contra del fascismo saludable. Es verdad que a quienes no fumamos nos puede llegar a molestar en ciertas ocasiones el humo del cigarrillo de quienes sí lo hacen, pero la verdad que no se me ocurriría (es más, más bien me opongo) ir por la vida pretendiendo que se prohiban todas las actividades que me molestan, que son tantas que no me animaría a enumerarlas.
Y más allá de ello, nada justifica que no puedan existir, por ejemplo, bares para fumadores a los que los no fumadores perfectamente podríamos decidir no entrar (aclaro: pese a que no fumo, no tendría problema alguno en concurrir a un bar para fumadores, pero esa es mi elección y nadie tiene por qué protegerme de ella).

Fahirsch:
Qué curioso que cites el ejemplo del cinturón de seguridad. Personalmente considero que el Estado no tiene legitimidad alguna para tratar coactivamente ese tema, porque en todo caso yo mismo, como conductor, decido los riesgos que corro. El Estado no puede sancionarme mientras no ponga en peligro a terceros; vuelvo a decir lo mismo, es mi decisión y nadie tiene por qué protegerme de ella.
Parecería que se pasa por alto un detalle fundamental: el art. 19 CN prohíbe expresamente al estado inmiscuirse en este tipo de cuestiones.
Con esto no pretendo decir que es aconsejable no utilizar cinturón de seguridad (es más, creo lo contrario), pero el Estado no puede imponerme una sanción si no lo hago.
Puede informarme respecto de la conveniencia de su utilización, pero no puede sancionarme si de todos modos decido no utilizarlo.
Al menos esa es mi opinión.

Saludos,
Cristian