Cuatro amigos de la Universidad se fueron de joda a un país vecino, todo el fin de semana antes de los exámenes finales. La pasaron super bien. Pero después de tanta fiesta durmieron todo el domingo y no regresaron a su país hasta el lunes por la mañana, obvio aún reventados.
En lugar de entrar al examen final, decidieron que al terminar el examen hablarían con el profesor y le explicarían la razón por la que lo habían perdido. Le explicaron que se habían ido de viaje el fin de semana y que planeaban estar de regreso y estudiar pero, desafortunadamente, cuando volvían se les pinchó una rueda, no tenían auxilio y nadie les había querido ayudar. Como resultado de la aventura, perdieron el final.
El profesor lo pensó y acordó hacerles el final al día siguiente. Los cuatro amigos estaban felices. Estudiaron toda la noche y llegaron al día siguiente a hacer el examen.
El profesor los puso en aulas separados y les repartió a cada uno el test para que comenzaran. Vieron el primer problema, solo valía 5 puntos y era muy fácil sobre la historia del mercado.
“¡Excelente!” -pensó cada uno en su aula- “Esto va estar muy fácil”
Cada uno terminó el problema y voltearon la página. En la segunda página decía:
“Por 95 puntos: ¿Cuál rueda?”.
7 comentarios:
No entendí lo de "¿cuál rueda?"
...es que si era verdad, todos tenían que contestar lo mismo.
Por 100% justicia.
El problema de las mentiras y de los mentirosos es la falta de coherencia. La mejor política, en mi opinión, es decir la verdad y atenerse a las consecuencias. Bueno, siempre hay que atenerse a las consecuencias, pero en el caso de la verdad, por lo menos íntimamente, uno está en paz consigo mismo.
Lo que nunca deja de sorprenderme es como se miente en nuestro país. Voy a tener que terminar de leer el libro de Nino.
Gracias Miguel
Aja, si muy bonito el mensaje y todo, pero si ellos tenian algun tipo de dispositivo con que comunicarse, por ejemplo: Blackberry o un mensaje de texto. Pues no me parece, pero el vale el mensaje.
Estimado Mario Felipe:
La historia es pre-dispositivos de los que mencionás. Además, aun si hubiera sido así, del mismo modo en que el profesor los separó por aulas, podría haber neutralizado el uso de tales dispositivos.
Más allá de ello, no creo que la historia sea cierta; intenta, como señala Fahirsch, mostrar las consecuencias de la mentira.
También uno podría decir: "bueno, pero si les incauta el celular, se podrían haber comunicado por telepatía, o por señales de humo, o por palomas mensajeras...".
Saludos,
AB
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