4 may 2008

RECORDANDO A NINO

SOBRE COLORES Y UN PROFESOR EXTRAORDINARIO

Por Alberto Bovino






En mi último año de carrera de grado tuve la inmensa suerte de poder anotarme en una materia electiva con Carlos Nino (segundo cuatrimestre de 1990). La materia, que era bimestral, se llamaba "La legítima defensa". Nos habíamos anotado juntos con Alejandro Álvarez, quien, como yo, entonces era ayudante-alumno de Julio Maier.

Desde el principio del curso dos cosas me llamaron la atención. En primer término, siempre que el prof. Nino debía mencionar un color elegía colores tales como el rojo, marrón o rosado. Muchos se preguntarán qué tiene de particular esto. Lo que llamaba la atención era que Carlos Nino pronunciaba las "erres" de una manera casi ininteligible (maggrgggrgón, grrrgrrgojo). Pero eso no parecía molestarle, o acaparar su atención.


Lo que sí concentraba su energía era la exposición, argumentación y fundamentación de ideas, principios y consecuencias de carácter normativas. En este aspecto, pocas veces pude ver cómo un profesor motivaba tanto a los asistentes al curso mediante el debate continuo, el análisis crítico y el presupuesto de no dar nada por supuesto.


Y si algo le resultaba particularmente interesante, era la posibilidad de debatir con quien lo contradecía, y no con quienes estaban —o pretendían estar— de acuerdo con sus ideas. En mi caso, yo hacía, en muchas ocasiones, de contradictor respecto de lo que Nino decía que Sancinetti decía —con Sancinetti muchas veces tenía que hacer lo mismo—, a pesar de que jamás estuve de acuerdo con la teoría de la imputación de MS.


Afortunadamente, a medida en que el curso avanzaba se hablaba cada vez menos de legítima defensa y cada vez más sobre teorías de la imputación y fundamentos del derecho penal. Sin embargo, para aprobar el curso debíamos escribir un paper sobre ese tema, esto es, la legítima defensa. Un día nos acercamos a Nino al final de la clase y Ale Álvarez le pidió para escribir sobre teorías de la pena, mientras que yo le pedí para escribir sobre su trabajo La huida frente a las penas, que estaba por ser publicado en "No Hay Derecho". El trabajo comentaba críticamente el entonces reciente libro de Zaffaroni "En busca de las penas perdidas", y dio origen a un fructífero debate (ver ¿Vale la pena?, en "No Hay Derecho").


En la clase final, después de entregar los trabajos y las notas se quedó cerca de una hora en el pasillo discutiendo con los dos, con un entusiasmo digno de otros interlocutores pero no de nosotros. Ese día confirmé mi valoración de las extraordinarias cualidades docentes de Carlos S. Nino.


Un par de años más tarde —ya recibido—, lo invitamos a uno de los Congresos Nacionales Universitarios de Derecho Penal y Criminología (creo que al de santa Fe o Rosario), organizado por estudiantes y graduados jóvenes (mejor dicho, recién graduados, porque yo no daba en la categoría de "graduado joven").


No recuerdo por qué motivo se lo invitó a una de las cuatro comisiones temáticas, que trabajaban simultáneamente, en vez de pedirle que interviniera en una de las conferencias plenarias. Por supuesto, eso no planteó ningún problema para él. Cuando llegó, pensaba que se encontraría con un pequeño grupo de obsesivos de alrededor de cincuenta personas. Al enterarse de que había más de mil asistentes, entró en una especie de orgasmo académico. Cuando le tocó exponer en su Comisión, las tres comisiones restantes quedaron vacías y prácticamente todos los asistentes nos apretujamos para escuchar su conferencia.


Los más irreverentes —que fueron quienes más discutieron con él— lo corrían por izquierda todo el tiempo. Pocas veces fui testigo de un hecho académico tan extraordinario, y de un expositor ya consagrado que disfrutara tanto debatiendo con estudiantes y jóvenes graduados a quienes nos dio una magnífica lección sobre humildad y respeto por el disenso.


Un año más tarde, mientras estudiaba en New York, me enteré de su fallecimiento. Recuerdo el terrible dolor de uno de sus discípulos, mi amigo Roberto Saba, compañero de la Facultad y el único "nínico" de "No Hay Derecho". Ese día perdimos a un familiar, a un maestro, y a un profesor extraordinario.

Alberto Bovino





 

Addenda:



Una biografía de Nino en la página de Lucas; y una página con testimonios de iusfilófos extranjeros (Dworkin, entre otros) y un detalle de su producción teórica aquí.

12 comentarios:

Lucas A dijo...

Extraordinaria la historia, Alberto. Muy buena!.
Especialmente, la parte que generó que se diera y publicara el debate con Zaffaroni.

A mi me comentaron muchas anécdotas que (no) terminan por definir un ser excepcional, pero excepcional pensando que debería ser la norma, no la excepción.

Sobre todo en un ámbito tan vanidoso, hipócrita y parasitario como el académico. O sea, la humildad debería ser la regla, no la excepción.

Al igual que el debate y el respeto al disenso, o qué hacemos sino vivir dudando y discutiendo? Eso no invita a tomar al estudiante como un interlocutor y aprender con ellos?
Gran problema de la educación dogmática de una facultad donde todavía importa "la opinión de cátedra".

En fin, abrazo.
La seguimos.
Salutes,
Lucas.

GB dijo...

Muy buen relato! Sobre todo para quienes como yo no conocimos a Nino en vida, poder seguir cual fue su recorrido académico...yo no me imaginaba que en 1990 Nino estuviera dando un curso de legítima defensa (me lo hacia pensando en la CDD o temas como "Un pais..." pero por lo que se Nino, siempre estaba escribiendo, pensando, discutiendo, su bibliografia es la muestra de esto)...tampoco que vos Alberto tuvieras que hacer de intermediario en la discusion entre MS y el propio Nino...!! A propósito de eso en el tomo nuevo que se presenta mañana, esta una conferencia que estuvo muchos años inédita en donde Nino, le responde a MS a las criticas que éste último le hiciera en su tesis doctoral.
Gracias por el recuerdo
nada mas
saludos
gb

Mario Juliano dijo...

Me sumo a las felicitaciones por el post y la pintura que hacés de la anécdota que te tocó vivir, lo que a veces sirve más que lo escrito en tomos y tomos para reflejar la condición de una persona.

Tomás Marino dijo...

Muy buen relato. Se ve que el tipo era además de un gran jurista, un excelente docente.

Al menos nos quedan sus libros...

Anónimo dijo...

Me parece muy valioso este tipo de anéctodas Alberto. Creo que profesores así son los que marcan la diferencia en la vida académica de los alumnos. En una Facultad como la nuestra donde muuchos profesores demuestran tantas carencias como egos elevados, lo que acabo de leer me lleva a recordar a los pocos profesores que tuve (me recibí en 2005) que me marcaron, como por ejemplo el Negro Bruzzone, Guillermo Yacobucci y M. Sancinetti. Te digo que sin haber tomado una clase ni haber escuchado a Nino, por lo que contas siento que debe haber sido increible que lo hayas disfrutado.
Yo por mi parte y como asiduo lector de tu blog, solo te pido que nos cuentes mas anécdotas como estas porque siento que valen la pena ser leídas por todos los que nos interesa en Dcho. penal. Te felicito por el sitio y sigo leyendo. abrazo. Pablo R.

Anónimo dijo...

Maravillosa la biografia, soy un gran admirador de Nino y recuerdo que cuando hice introduccion al derecho y derecho constitucional me hicieron leer de sus libros (lamentablemente constitucional no tanto porq comtempla de la reforma del 94 :( ),soy tambien un gran admirador de dos discipulos de el Marcela Virginia Rodriguez y Roberto Gargarella.
Me alegro que en esta pequeña historia se integre la parte humana conjuntamente con la academica.
Un pedido para quien lea esto, si saben donde conseguir libros de el (en papel, odio leer en la compu) relativamente baratos, por favor avisenme a mi mail mcpl_03@hot..
suerte

GB dijo...

Alberto: Hablando de Nino, y viendo tu comentario en el post de Gargarella, escribiste algo mas de tu trabajo con Courtis respecto de la dogmática? Estoy leyendolo en estos momentos y me dio curiosidad si seguiste con alguna idea de esto...
gracias

GB dijo...

Alberto: Aprovechando tu comentario de hoy en la pagina de Gargarella sobre Nino, te pregunto: escribiste algo mas respecto del trabajo con Courtis sobre la dogmática? Lo estoy leyendo en estos momentos y me dio curiosidad saber si siguieron trabajando algo mas
Gracias

Alberto Bovino dijo...

GB:

Sólo un poco en una editorial de Nueva Doctrina Penal que está en este blog (buscá en "enseñanza del derecho"), pero es muy breve.

De todas maneras, mi mirada "filosófica" sobre la dogmática son meras intuiciones que hacen referencias continuas a la teoría crítica. En este sentido, me han marcado trabajos de Alicia Ruiz (su maravilloso artículo "La ilusión de lo jurídico"), el grande de Enrique Marí (aunque me cuesta entenderlo por mi desconocimiento sobre filosofía y epistemología), mis amigos Víctor Abramovich y Christian Courtis.

El trabajo que mencionás fue presentado en una primera versión redactada por mí en un seminario organizado por Julio Maier sobre "Las ideas penales de Nino". Invitamos a Marcelo Alegre a la primera reunión y exposición para que nos dé una primera visión de los fundamentos teóricos de las ideas de Nino. Estuvo muy interesante y esclarecedor.

Después analizamos otros temas relacionados con sus trabajos sobre derecho penal, tradicionalmente ignorados por la comunidad jurídica de los penalistas, pero antes de eso yo expuse sobre su libro sobre la dogmática jurídica.

Un tiempo después el trabajo cayó en manos de Courtis, que sí sabe de teoría del derecho, charlamos sobre su propuesta de re-redactarlo, acordamos, y él redactó nuevamente el trabajo, pero siguiendo las ideas básicas de la primera versión.

Pasó un tiempo más, Courtis me dio la versión reescrita y yo jamás la leí. Al poco tiempo, el trabajo había circulado mucho, y de repente un día Courtis me avisa que nos habían invitado a un seminario que se hacía en la Universidad de Palermo, lleno de los mejores nínicos.

Pasé el peor papelón de mi vida. Cuando nos preguntaban por los temas planteados en el trabajo yo no entendía nada, pues no había leído la versión reescrita, y Courtis la había enriquecido mucho, y había redactado mis intuiciones de manera mucho más ilustrada, pero respetando las ideas centrales.

Supongo que los asistentes habrán pensado que yo no había intervenido en la redacción del trabajo. En el mejor de los casos, algunos habrán pensado que yo había escrito la segunda parte del trabajo, que era la que más cuestionaron.

Más allá de esta anécdota, no recuerdo por qué razón no surgió un libro de ese seminario, y la verdad es que ya no recuerdo quiénes expusieron como para tratar de recuperar esos trabajos. Una lástima, pues una de las pocas veces que un grupo de penalistas se reunió a estudiar los aportes de Nino, esas discusiones —independientemente de su calidad— no trascendieron más allá de un grupo reducido de personas.

Saludos,

AB

GB dijo...

Alberto: Gracias por la anécdota! Una buena forma de reconstruir el trabajo que estoy leyendo,voy a buscar el de NDP...un pena que no haya registro de ese seminario, Alegre presentó algo, es cierto, tendría que preguntarle si al menos tiene su trabajo,...una lástima también que los penalistas sigan ignorándolo a Nino...
saludos
gb

Misiones Rubricadas. dijo...

HOla! te felicito por la nota, recien conozco el blog, y mas aun no sabia de una organizacion internacional de blawgers!! Me encanta que haya mucha gente que ame el derecho y sus bemoles, espero cuenten con mi blog y les sea util. http://komisarski-lex-et-juris.blogspot.com y mi pagina web que la estoy armando www.juridicokomisarski.com.ar

Rocio T. dijo...

Excelente nota sobre el profesor Nino. Es reconfortante que todavía en el ambito acádemico sigamos recordando a un extraordinario profesor, sobre todo por su humildad.