28 feb 2020

PABLO PULLEN, UN JUEZ MAJESTUOSO






I
Aquí reproducimos un párrafo de una decisión del juez jujeño Pablo Pullen Llermanos sobre una recusación —pedido de apartamiento— planteada por el imputado.




Como de costumbre, al resolver una recusación, los jueces exponen de manera explícita la percepción de sí mismos y la calidad que atribuyen a las personas que sufren el servicio de justicia. Estas pocas líneas son una especie de confesión en este sentido.
El párrafo comienza destacando que "estos son los dichos que utilizan no solo para fundar el nuevo planteo recusatorio, sino también para injuriar y calumniar a un magistrado del Poder Judicial". La frase indica, por un lado, la disconformidad del juez con el hecho de que se plantee una nueva recusación. No es función del juez protestar porque se lo recusa, sino resolver el planteo que le presentan.
En segundo lugar, se afirma que los dichos del imputado injurian y calumnian a un magistrado. Es decir, el juez, en esta resolución, ya ha condenado a quien realizó el planteo por calumnias e injurias. No sé si el juez está al tanto de que las calumnias y las injurias son dos figuras típicas diferentes. Por las dudas, habría que notificarlo, y de paso aclararle que para condenarlo por cualquiera de esas figuras hace falta un juicio. Pero bueno, esos son detalles...

II
Lo que de ningún modo es un detalle es que el juez considera que los dichos del imputado, por el mismo precio, han culminado "agraviando severamente a la Majestuosidad del Servicio de Justicia de nuestra provincia". El uso de las mayúsculas es incorrecto. Ninguno de esos tres términos lleva mayúsculas.
Más allá de ello, afirmar que existe algo así como la "majestuosidad" no solo es absurdo sino antirrepublicano. Quizá Su Señoría faltó a clase el día que estudiaron el artículo 1 de la Constitución Nacional. Tengamos en cuenta, además, que los únicos que predican la "majestad" de la justicia son los jueces.
O alguna vez escucharon a alguna víctima de nuestro servicio de justicia decir algo cómo:
—Che, la verdad es que la Sala I de esa cámara es remajestuosa...
Por otra parte, la redacción de la frase no permite comprender si se agravió a la majestuosidad propia de la  justicia, o a la justicia, que es majestuosa.

III
Por último, Su Señoría afirma que agraviar a una Señoría, o a la majestuosidad de la justicia —o a la justicia majestuosa—, para que quede claro, es "cosa que no puede ser tolerada de ninguna forma". Se trata de la famosa intolerancia a la crítica de nuestro republicano poder judicial. Como todos sabemos, es función propia de Su Señoría proteger de agravios intolerables dirigidos contra los majestuosos miembros de tan majestuosa institución.
Y para acabar, Su Señoría cierra con un broche de oro. Señala que los agravios a los majestuosos y a la majestuosa no se pueden tolerar en modo alguno como regla, "y menos aún, con los meros dichos de un procesado por delito grave que se mantuvo prófugo". O sea, un culpable cuyos meros dichos no resultan creíbles.
¿Ha quedado claro, estimados súbditos?

8 comentarios:

Christian Rubilar dijo...

Pasa que para entender a estos nazis hay que leer de la reforma procesal de 1935 donde las recusaciones eran por corrupcion entendida como reconocer derechos. Ups.

Anónimo dijo...

De casualidad le "pegas" a este juez no?. Milagro Sala (teléfono).

De estos "jueces" hay muchos. Por qué no pones otros ejemplos de los majestuosos jueces ( aunque sea para disimular un poco más).

Andrés

Laurinha tu casi favorita dijo...

Me gusta que mantengas el humor ante todo y no hayas ido, aun, a poner una bomba. Te quiero mucho.

Alberto Bovino dijo...

Estimado Anónimo de las 8:54:

No sé para qué te contesto, pero bueno, aquí vamos.

!) Escribí esta nota porque anoche recibí la foto que aquí reproduzco;

2) Me enteré quién era este muchacho cuando la nota estaba casi terminada;

3) Sería buenísimo que contestaras el contenido de la resolución;

4) No importa las explicaciones que te dé (aunque no debo hacerlo), porque tu prejuicio no te va a permitir cambiar de opinión.

Hasta la vista,

AB

Josefina Minatta dijo...

Llugar común, el de los autopercibidos majestuosos, ponerse por encima del resto, escribir en difícil y decidir cosas totalmente alejadas de la realidad, producto de la capsula en que viven. En los concursos debiera incluirse un test de sentido común

Alberto Bovino dijo...

Querida Jose: creo que ninguno de nosotros lo pasaría...

Anónimo dijo...

Cómo sabemos si la recusación en este caso no es una mera chicana para contrarrestar las pruebas de cargo y los argumentos inculpatorios?, Es muy fácil apartar a los jueces molestos con artilugios procesales que además de ser mal utilizados en el caso concreto, restan la buena fe de todo planteo de la defensa. Que lastima que ciertos imputados contraten servicios de abogados que lo único que hacen es prolongar una agonía, con el cuentito de que la muerte no existe.
José

Alberto Bovino dijo...

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