5 dic 2015

DESIGNANDO MILITANTES









Mauricio I, el que critica todo lo militante, ve la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio.

En dos cargos estratégicos en lo que a corrupción se refiere, ha querido controlar la designación para ubicar a funcionarias militantes. Se trata de dos cargos donde lo ideal sería que los funcionarios designados sean ajenos al partido de gobierno o, directamente, de la oposición.

Hablamos de la Procuración General de la Nación —que pretende tomar por asalto montado en un decreto de necesidad y urgencia—, y de la Oficina Anticorrupción.

En la Procuración, le había ofrecido el cargo —del que no dispone— a Lilita Carrió, denunciator profesional de cuanta conspiración pueda imaginar, y con quien formó alianza para su elección como presidente. Es decir, una procuradora militante. Por esa misma razón quiere sacar de su cargo a Gils Carbó. Entonces, no se trata de que sea militante, sino militante de quién.



Y quiere a Laura Alonso como titular de la Oficina Anticorrupción. El decreto de creación de la OA, de 1999, requiere que para ese cargo hay que ser abogado. Desde ya que Macri tiene —esta vez sí— facultades legítimas para modificar ese decreto. Pero eso no es lo preocupante. Lo preocupante es que su decisión expresa la voluntad de imponer sus designios adecuando las reglas vigentes, en vez de adecuar sus decisiones a dichas normas.



Laura Alonso ya ha adelantado su opinión sobre a quién va a investigar. A Aníbal Fernández se la tiene jurada. A Mauricio Macri no lo va a investigar porque él “manejará su patrimonio por un fideicomiso” (¿es tonta o ingenua?). También pone las manos en el fuego por otros militantes, y tiene la “convicción” de que a Nisman lo asesinaron. Y de que lo asesinaron porque “sabía demasiado de Cristina Kirchner”.

Me parece perfecto que investigue hechos y personas sobre los cuales tendrá competencia. Sin embargo, habría que explicarle que desde su nuevo cargo, su “convicción” solo sirve para decidir si se investiga a alguien o a algún hecho, no para ventilar sin pruebas acusaciones que huelen demasiado a venganzas personales, como es el caso de Aníbal Fernández. No estoy defendiendo a Aníbal Fernández, pero Laura Alonso debería saber que desde su nuevo cargo debe ser muy cuidadosa con sus dichos.


También habría que explicarle que una persona que desde antes de asumir su cargo anuncia a quién no va a investigar, no nos da mucha tranquilidad como ciudadanos.



1 comentario:

Sandra dijo...

Puf, ni me digas. Estoy por el bendito concurso del MPF con examen aprobado. Y me sortearon varias veces ya. Dejando detalles de lado, las fiscalías no suelen llamar a las entrevistas a todos los sorteados y siguen haciendo sorteos, supondría (nótese el tiempo verbal) que tanto unos como otros, lo hacen o lo harán hasta que sale sorteado el militonti a designar.