En una poderosa victoria para los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, 66 países apoyaron una declaración confirmando que los derechos humanos internacionales incluyen la orientación sexual y la identidad de género.
La Comunidad Homosexual Argentina (CHA) fue parte de la delegación de ILGA –International Lesbian and Gay Association–. Activistas de diferentes regiones del mundo estuvimos presentes esos días en Nueva York para apoyar la declaración, conseguir un pronunciamiento contra la criminalización de la homosexualidad y condenar las violaciones a derechos humanos basadas en orientación sexual e identidad de género que se repiten a nivel global en todos los rincones del mundo.
La declaración obtuvo un apoyo sin precedentes de países en cinco continentes, incluyendo seis países de Africa. Argentina fue el país que presento y leyó la declaración ante la Asamblea General, a través de su embajador Jorge Argüello. Los 66 Estados que firmaron enfatizan que “toda persona tiene derecho al disfrute de los derechos humanos sin distinción de ningún tipo”, y precisan que “el principio de no-discriminación exige que los derechos humanos se apliquen igualmente a cada ser humano sin importar la orientación sexual y la identidad de género”. Este mismo grupo de países declaró también que “la violencia, el acoso, la discriminación, la exclusión, la estigmatización y el prejuicio son problemas que actualmente son dirigidos en contra de personas en todo el mundo debido a su orientación sexual o su identidad de género”.
Los signatarios de la declaración tuvieron que sobrellevar una intensa oposición pero sólo 57 países firmaron un texto alternativo promovido por la Organización de la Conferencia Islámica. Mientras esta contradeclaración afirmó “los principios de la no discriminación y de la igualdad”, también declararon que los derechos humanos universales no incluyen “el intento para enfocar en los derechos de ciertas personas”. Al inicio, el Vaticano expresó una gran oposición a la declaración, posición que generó críticas severas de muchos defensores de los derechos humanos en todo el mundo. Sin embargo, la Santa Sede cambió de opinión, indicándole a la Asamblea General hoy día que hacía un llamado para la revocación de los castigos criminales asociados a la conducta homosexual.
Nuestro país, que leyó y promovió activamente la declaración en el ámbito internacional, tiene una gran tarea y compromiso por delante.
Hoy más que nunca está obligado a adecuar y legislar en el mismo sentido en el ámbito interno, a implementar políticas públicas y leyes que garanticen el derecho a ser diferente y a la no discriminación por orientación sexual e identidad de género en todo el país y derogar las normativas que violan nuestros derechos, como los códigos de faltas de muchas provincias argentinas.
Ese día, voy a estar orgulloso de ser argentino.
En el origen de nuestra lucha está el deseo de todas las libertades...
1 comentario:
Excelente.
Espero que se apruebe, a pesar de la iglesia
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