31 ago 2010

Deberes de expresión

Ahora, a contar calorías. ¡¡¡No se olvide de la calculadora!!!

Por M. Flammá






Nota de hoy en Infobae.

Los Estados Unidos endurecen su lucha contra la obesidad


La FDA informó que todos los sitios que vendan comida al público deberán agregar a sus menúes la cantidad de calorías que tienen los platos. Es una medida incluida en la reforma sanitaria, que extiende esta obligación concebida sólo para las cadenas de restaurantes.


Las regulaciones en torno a la cantidad de calorías de los platos que se ofrecen en restaurantes están a punto de extenderse a otros sitios que ofrecen comida en los Estados Unidos, incluyendo aviones, cines y tiendas abiertas las 24 horas , informó The Wall Street Journal.


Esta expansión de la medida se deriva de la reforma sanitaria promulgada en marzo de este año en ese país.


El gobierno había pedido inicialmente que sólo las cadenas de restaurantes ofrezcan una lista de las calorías que contienen los platos para que sea más fácil a los consumidores elegir la opción más saludable. Los propietarios de los comercios apoyaron la medida, por lo que fue incluida en la reforma sanitaria.


Si bien hasta el momento la idea de que el conteo de calorías se extienda a otros sectores fue alabada por los especialistas en nutrición, las industrias no se muestran de acuerdo y apelan en su defensa que la legislación vigente cuando se instalaron era diferente.



"La gente no va al cine con la comida como propósito principal", señaló Gary Klein, vicepresidente de un grupo que representa a dueños de salas cinematográficas. "¿Por qué no están incluidos los estadios de béisbol? ¿Piensan que la comida que se sirve ahí es saludable?", se preguntó también.


La reforma sanitaria obliga a las cadenas de restaurantes con 20 locales o más colocar la información calórica de los platos en cada menú. El requerimiento entró en funcionamiento cuando el presidente Barack Obama firmó la ley, pero no se espera que los comercios comiencen a cumplir con la norma hasta que se hagan efectivas las penalizaciones, el año que viene.


En guías preliminares difundidas la semana pasada, Food and Drug Administration (FDA) informó que el alcance de la ley se extenderá más allá de los restaurantes para abarcar aerolíneas, trenes, locales de comida (como pizzerías), cines y tiendas abiertas las 24 horas que califiquen como "cadenas".




Si un Estado pretende emprender una lucha y que ésta sea legítima, es necesario crear previamente la conciencia general de que aquel con el que nos enfrentaremos es un “enemigo”.


Si hay un país en el mundo que ha sabido hacer esto, es sin dudas los Estados Unidos.


Por eso lo primero es construir a ese enemigo. Habrá que definirlo, escindiéndolo así de otros y atribuyéndole las características específicas que nos permita identificarlo. Luego será necesario endilgarle la responsabilidad de muchos de nuestros males, para que nadie dude de que debemos destruirlo por el bien de todos.


La circunstancia de poseer una masa corporal de determinado volumen, que antaño fuera símbolo no solo de salud, sino también de belleza en la cultura occidental, se transformó lentamente en el epicentro de un sinnúmero de padecimientos, y así un día nació la obesidad, y se transformó en enfermedad, para luego ser elevada a la categoría de “epidemia”.


Los cánones de belleza acompañaron esta transformación, dando origen a formas de bulimia y anorexia antes desconocidas.


Si el obeso es un enfermo ya está allanado el camino para el ingreso de las políticas de salud pública y bajo esa bandera combatir la enfermedad mas allá de lo que opinen los “enfermos”.


¿Alguien supone que quien consume calorías en exceso de sus necesidades básicas de subsistencia lo hace porque desconoce el contenido calórico de lo que ingiere?


Solapado bajo un supuesto deber objetivo de informar, subyace otro discurso:


“Señor, señora, tenemos el deber indeclinable de advertirle que esa hamburguesa triple con tocino y huevo frito que está a punto de introducir en su cuerpo, contiene 17 veces las calorías que usted necesita ingerir para sobrevivir durante el día de hoy. Sepa que si lo hace, su tejido adiposo almacenará grasa que usted no necesita y eso incrementará el riesgo de que usted contraiga enfermedades cardíacas, diabetes, hipertensión arterial entre otras patologías”.


Como el consumo de calorías no sólo no es en sí perjudicial para la salud —como puede ser el tabaco— sino que es necesario para subsistir, no resulta posible que se obligue a los productores de alimentos colocar una leyenda que diga:


“Comer este producto es perjudicial para la salud”


Será entonces el número de calorías contenidas en el producto el dato que, sumado a las calorías diarias ya ingeridas y confrontado su resultado con el número de calorías “adecuadas” determinará lo saludable o no de su ingesta.


Pero en el fondo podemos pensar que la medida tiene como fin no solo informar sino generar un cambio de hábito más allá de la voluntad presunta de los consumidores.


En un mundo globalizado donde la población mundial aumenta incansablemente, y comienza a evidenciarse una crisis alimentaria, donde la explotación intensiva de la tierra va deteriorando el recurso natural y donde la Organización Mundial de la Salud calcula que en 2015 habrá aproximadamente 2.300 millones de adultos con sobrepeso y más de 700 millones con obesidad.


¿No seremos los gordos un inútil y antieconómico reservorio de energía que hay que erradicar?


Buenas noches.

7 comentarios:

marinita dijo...

Bovino, quizás todas la cadenas sean como la heart attack grill. Hogar de la doble bypass burger!
http://www.heartattackgrill.com/
El combo grande viene con un lucky strike sin filtro.

marinita dijo...

los que pesan más de 350 libras comen gratis

La causa Glasman dijo...

Nadie decide de un dia para otro que la obesidad es un problema, el incremento de Los casos de obesidad se debe a condiciones estructurales que, como siempore, afectan a lo mas pobres ocupados y desinformados, usuarios de las cadenas de comidas. Este anLisis es individualista e ignora los procesos culturales economicos y biologicos que llevan a que las personas esten comiendo 17 veces las calorias que necesitan. No todo el mundo tiene el tiempo ni el poder de decision para elegir lo que come ni la paciencia para hacerle comer un plato que no este lleno de porquerias a sus hijos cuando vuelve de trabajar todo el dia , mucho menos la prepaga para tratar a su hijo prediabetico de 12 anios, cortesia de los productos agregAdos la comida para que sea mas adictiva. Si la informacion sobre calorias se hace accesible en el momento de comprar la comida, es mucho mas eficiente para afectar la decision, aunque la persona ya la conozca. Por otro lado , no es a las campanias de salud a las que se deben atribuir OTROS transtornos alimentarios ( la obesidad es tan transtorno como la anorexia) si no a Los modelos de belleza asociados al alto poder economico y promovidos, no por Los intereses de la salud publica so no po intereses comerciales incluidos tabacaleras y cadenas de comida rapida

Anónimo dijo...

"La causa Glasman":
En este inocente post que usted elevó a la categoría de “análisis”, este inimputable nunca pretendió analizar las causas que generan “la obesidad”. De ahí que los procesos culturales, económicos y biológicos que la determinan fueron tan “ignorados” como los procesos culturales, económicos y biológicos que generaron el Cruce de la Andes por parte del General San Martín.

Por otro lado, no sólo no le atribuí a las campañas de salud pública ninguna responsabilidad en los actuales problemas de anorexia, sino que claramente – como ahora lo afirma usted- lo hice a los cánones de belleza.

Nadie niega los trastornos que genera o pude generar el sobrepeso, ni la importancia que tiene conocer cuáles son los hábitos alimentarios que pueden dañar nuestra salud.

Pero la obesidad no existe. Existen los obesos.

¿Por qué no hacer una campaña a favor del consumo de verduras o legumbres?

Simplemente quise señalar que, como no es posible hacer una campaña contra los obesos, advierto (seguramente en forma errónea, pero es lo que advierto) que se construyen entelequias tales como “la obesidad” contra las que resulta lícito emprender la Guerra Santa y donde el Estado entonces asume el rol de protegernos contra ese nuevo demonio, más allá de nuestra voluntad.

Objetivando y demonizando el problema, es decir haciéndolo existente más allá del sujeto que lo padece, nadie dudará en considerar a esto una “pandemia” y discurrir sobre su “propagación por el mundo” afectando la vida de millones. Como un virus, invisible e insidioso al que no se puede controlar y al que, como dé lugar, habrá que destruir.

Pero repito, no existe “la obesidad” existen los obesos. Entonces sí alguien (mas allá de los problemas estructurales, culturales, económicos o biológicos que hacen que una persona consuma alimentos excediendo sus necesidades de subsistencia) decidió un día que si el peso de una persona dividido por el cuadrado de su altura era igual o superior a 30, esa persona era obeso.

“Que pase el que sigue….”

En esa misma lógica, no sería de extrañar que el día de mañana, una vez impuesta la obligación de indicar en todos los productos su contenido calórico, el Estado prohíba la comercialización de aquellos que superen determinada escala.

De hecho un informe elaborado por dos reparticiones del gobierno francés en el año 2008 propusieron aumentar los impuestos de las bebidas azucaradas y de algunos alimentos demasiados grasos o salados para luchar contra la obesidad. (fuente: diario económico francés Les Echos).

No se usted Glasman, yo siento olor a prohibición.

Finalmente, lo que se intento (quizás sin exito) es poner en cuestión la legitimidad del Estado para protegernos más allá de nuestras decisiones, y creo que ahí el carácter de enfermedad, de pandemia y de demonio, juega un rol fundamental.

Gracias por comentar.
M. Flammá.

La causa Glasman dijo...

Si la obesidad no existe, no existe la anorexia, ni el sida, ni la tuberculosis, ni malaria, ni la diabetes, ni el cancer, todos estos no existían hasta que alguien se le "ocurrió", por ejemplo, que la personas que se veían gordas cuando estaban flacas tenían un problema, y ni hablar el SIDA que existió por muchas décadas sin que nadie hable de ello. Las medidas que se critican están basadas en el conocimiento de como funcionan esas causas que de por si explican que lo que uno come en particular si uno es pobre, NO es una decisión individual. En todo caso si lo fuera, conocer el contenido de lo que se van a consumir es necesario para tomar la decisión. Lamento la paradoja de que se tilde de fascista a una medida que promueve que la gente entienda lo que consume. El hecho de que la obesidad se propaga no es un invento del estado sino un dato epidemiológico. La gente ya no necesita caminar para trasladarse, los chicos están sentados todo el día, las porciones son mucho mas grandes, y la multiplicación de oferta de comida no para. El estado no puede quedarse sentado a esperar que el 60% de los adultos padezca diabetes por hábitos de consumo desarrollados en la niñez. Hay campañas e todo tipo, incluso para que la gente coma vegetales, que las escuelas cambien los menúes, etc. estas no son medidas aisladas en general

Vero dijo...

Yo creo que una de las medidas que podrían tomar para mejor el tema de la obesidad es respecto de los delivery, de que no sea todo chatarra... de que pedir comida sana sea algo mas accesible, no?

Alberto Bovino dijo...

LO que faltaba, obligar a los delivery a hacer comida light. Me parece que no entendiste la entrada.