10 may 2008

"OBSERVATORIO" DE RESOLUCIONES JUDICIALES

JUZGANDO A LOS JUZGADORES



Desde siempre la justicia se ha rodeado de mecanismos que generan incomprensión, secreto y dificultades para acceder a ella. Estos mecanismos que florecen naturalmente en el contexto judicial tiene como principal objetivo evitar que la ciudadanía pueda ejercer su derecho de controlar a la administración de justicia. Las formas, el lenguaje y la arquitectura jurídicos son claras manifestaciones de esa estrategia tendiente a evitar los controles. La idea del diseño del edificio del palacio de justicia es que se pierdan hasta los abogados. ¿Dónde, sino en la administración de justicia, puede haber un edificio al que le "faltan dos pisos". La idea, en este sentido, consiste en dar a conocer —por éste y por otros medios— los fallos impresentables de muchos tribunales, de la manera que más nos o permitan nuestras demás actividades: Yo ya tengo seleccionadas algunas perlitas. La idea es circular el material, enviarlo aquí con o sin comentario. Para empezar la "sección", una decisión histórica de gran trascendencia: el caso del pebete federal. Éste no necesita comentario alguno.



Señor Juez:


Informo a V.S. que en el día de la fecha, siendo aproximadante las 18:30 horas, el Prosecretario del Tribunal, Javier de Gamas, me hizo saber que en circunstancias que el imputado Gustavo Fabián Castelli se encontraba sentado en una silla dentro de uno de los compartimentos de la Secretaría, pudo advertir que el nombrado estaba comiendo un sandwich. Es así que interrogó a los demás miembros de la Secretaría, quienes le informaron que el sandwich en cuestión lo había adquirido para comerlo el Oficial Ricardo Ignacio Durand. Este interrogatorio aconteció en el mismo momento en que Castelli lo estaba comiendo, pudiendo presenciar este suceso el Auxiliar Cristian Maldonado, el Escribiente Diego Luciani, el Auxiliar Roberto Dios, el Defensor Oficial Dr. Gustavo Kollman, el Prosecretario de esa Defensoría Santiago Otamendi, la Auxiliar Guillermina Álvarez Colodrero y el Ayudante de 4ª Carlos E. Ledesma del Servicio Penitenciario Federal. En el mismo momento en que el Prosecretario se hallaba interrogando al personal de la Secretaría, Castelli le refirió al Escribiente Diego Luciani que el propio Prosecretario lo había autorizado al efecto. En el medio de la confusión el detenido Castelli se lo refirió a este Funcionario. En ese mismo momento, y al preguntarle De Gamas, señaló que en realidad le había pedido autorización al efecto, pero que nunca contestó. También dijo que ante el silencio, lo comió. Por su lado, De Gamas dijo (que), que no sólo que, en ningún momento lo autorizó a ello, sino que tampoco nunca lo escuchó preguntarle si podía comer el sandwich cuestionado, más aún, ya que le pertenecía al Oficial Durand. Aclaró, que momentos antes de ello y en el trascurso de la indagatoria que se le recibía, el Auxiliar Maldonado le había dado a Castelli medio sandwich para que comiera. Por último, cabe dejar constancia que cuando Castelli fue sorprendido comiendo el segundo de los sandwichs —que motiva el presente informe— éste se encontraba dando la espalda al personal de la Secretaría, presumiéndose que así lo hacía para evitar ser visto. Asimismo, agregó ticket que acredita la compra de tres sandwichs, siendo uno de ellos el que motiva este informe. Es cuanto informo a V.S.

Secretaría Nº 17, Mayo 20 de 1994.

María Susana Spina
Secretaria Federal



Buenos Aires, Mayo 20 de 1994


Tiénese presente el informe que antecede, y pudiendo constituir un ilícito de acción pública, elévese a la Oficina de Sorteos de la Excma. Cámara del Fuero, a efectos de que mediante sorteo de práctica se desinsacule el Juzgado que deberá investigar el mencionado suceso.

Sirva lo proveído de muy atenta nota de elevación.

Juan José Galeano
Juez Federal

8 comentarios:

Ver-Ninman dijo...

AB,

Primero, recontra ja ja. Tan buenazas las referencias que cuelgas.
Segundo, esto de las formas, el lenguaje y la arquitectura jurídica es un problema que trasciende a les juezus. El encriptamiento (¿?) en nuestro gremio es bestial. De hecho, el nombre de mi blog hace mofa a ese argumento de autoridad tan suelto: me dijo el licenciado que hiciera tal... o que no hiciera tal... o que significa tal...

Son tan impresentables muchos de los fallos como muchos de los escritos de las personas que litigan. Incluso, son impresentables muchos (casi todos los) libros con los que se pretende formar abogadas y abogados. Al menos así sucede por acá.

Luego te mando unas perlas de unes colegues que después de 14 leídas supe a qué se referían (y entendí que no eran bromas). Al tiro también con otro detalle, casi siempre detrás de la "erudición o complejidad técnica del lenguaje" propio de abogades sólo está una ignorancia enferma. Si yo te contara las charlas que les escucho en tribunales a muches abogades con sus clientus. Por lo pronto aplaudo la iniciativa de tu blog y te mandaré algunos escritazos de togades mexicanes.

M.

Martin dijo...

Alberto, charlando con algunos de los personajes involucrados en este pintoresco episodio, me contaron el final de este cuento que es otra perlita. Al parecer, cuando le corrieron vista al fiscal (que creo que fue Stornelli) éste le contestó la vista a Galeano adjuntándole un sobre de mayonesa..... (la contestación era por supuesto el archivo de las actuaciones por inexistencia de delito)

Anónimo dijo...

Martín:

Lo del sobre de mayonesa no lo sé, pero sí vie el dictamen del fiscal que fundó la inexistencia de delito por principio de insignificancia. Eso fue absoltamente correcto, pero no que se despachaa en ocho o nueve páginas por semejante delirio de Galeano. Eso solo le costó a los contribuyentes más dinero que varios pebetes federales. Adiviná quién le hizo llegar la copia de la denuncia de Galeano al Página/12.

Saludos,

Alberto B

Martin dijo...

Me imagino que el fiscal quien mucho aprecio por Galeano no tenía...
La de pebetes federales que se gastan en ese fuero!!!! (si pudieramos calcularlo, jejeje)

Alberto Bovino dijo...

Martín:

El fiscal no fue Stornelli, de eso estoy seguro. Creo que fue Julio Castro, un docente de la cátedra de Sancinetti (al menos en ese entonces).

Y la copia de la resolución me la dio un actual camarista al que llaman "Negro" y yo se la mandé ya no recuerdo a qué periodista de "Página".

Saludos,

AB

Anónimo dijo...

A mí siendo meritoria de un Juzgado de Instrucción un detenido me tocó el traste y no lo denuncié... jajajajaja

anateresa dijo...

Por los comentarios, tengo que asumir que fue el inicio de una investigación penal verdadera...aparte de lo cómico que resulta (que tragón el sospechoso..), es cierto que sin llegar a ese extremo, las judicaturas se llenan de pleitos estériles, inútiles, y no sólo estoy hablando de cuantías, saludos

Anónimo dijo...

Ana, el caso es verdadero pero no hubo inicio formal de la investigación dado que el fiscal dictaminó que el hecho no era delictivo, y allí terminó todo.

Pero lo grave es que un juez federal, a cargo de una de las causas más graves d enuestra hisotria, sea tan, pero tan, infradotado.

Saludos,

AB