NO HAY DERECHO
Ayer hemos recibido este texto de Gonzalo Rua, y le solicitamos su autorización para publicarlo
Como muchos de uds. sabrán, concursé para el cargo de vocal en la
Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional de la Ciudad de Buenos Aires con
la firme intención de poder ingresar allí y llevar a la práctica mis ideas e
ideales, que pregono tanto en la docencia, como en mi actividad de reforma a
los sistemas de justicia con el INECIP, y en mi actual actividad como juez
penal en la Ciudad de Buenos Aires.
Tuve el honor y la enorme satisfacción de ganar el concurso
destinado a cubrir dos vacantes, quedando en el primer lugar del orden de
mérito, allá por diciembre de 2009. Eso ya nadie me lo quitará.
Luego
vino la etapa de impugnaciones, la posterior entrevista en el Consejo de la
Magistratura y la elevación de las ternas al Ministerio de Justicia en
diciembre de 2010 (puede ser consultado aquí).
Siempre me mantuve en el primer lugar. Lamentablemente, en esa instancia, el
concurso quedó a la espera de que se eligieran los ternados para los dos cargos
de vocal por un tiempo prolongado de más de un año y medio.
No tuve
la suerte de ser seleccionado en primer lugar, ya que en julio de 2011
eligieron a quien salió en tercer lugar (Ricardo Pinto). Nunca supe porqué. Luego siguió la espera y, a
través del periódico, hace unos días, me enteré de que eligieron a quien estaba
en el quinto lugar, Mariano Scotto,
a quien había superado en el examen
escrito, en los antecedentes y de quien me había distanciado por muchos puntos
de ventaja —veinte puntos—, cuestiones
que parecen no tener ningún peso específico. Tampoco importa que el
candidato seleccionado haya obtenido solo 60 puntos sobre 100 posibles en el
examen escrito (destacado agregado).
Entiendo
que el sistema de selección de magistrados permite al poder político la
elección, dentro de una terna, del candidato a cubrir la vacante. Sí lo
entiendo. Pero me llena de asombro que en este caso, con quien me ha tocado
perder en la terna, sea quien ni siquiera estaba originariamente en la terna.
En efecto, el candidato Scotto había quedado octavo en el concurso sobre
veinte postulantes. Impugnaciones mediante, ascendió dos lugares en el
orden de mérito para quedar en el sexto lugar. Luego en las entrevistas ante el
Consejo también ascendió un lugar más para quedar finalmente quinto en el
orden de mérito.
A
pesar que las entrevistas ante la Comisión de Selección duraron un espacio
de cinco a diez minutos —casi como un mero formalismo— y los cuestionamientos
realizados expresamente ante el Plenario del Consejo de la
Magistratura por la concursante Cantisani
(quien hasta ese entonces ocupaba el quinto lugar en el orden de mérito), sin
una clara argumentación del Consejo —fuera de las bases republicanas
de nuestra Nación— el candidato Scotto
logró subir al quinto lugar. Evidentemente, en esa corta entrevista Scotto demostró conocimientos tan, pero
tan sólidos, que merecieron ese reconocido ascenso en el ranking del concurso.
Claro que si eran dos lugares solamente, Scotto
no ingresaba aún en la terna (ingresaban hasta el cuarto lugar) y la discusión
sobre quien ocupaba el quinto lugar parecía una lucha en vano. Sin embargo, el
Consejo de la Magistratura requirió de dos reuniones plenarias para poder
ponerse de acuerdo y reunir los votos necesarios para aprobar quién debía
ocupar el codiciado quinto lugar en un concurso donde las ternas solo llegaban
hasta el cuarto lugar del orden de mérito.
Pero los
astros se alinearon nuevamente, y quien estaba en el cuarto lugar (el
concursante Baez) tuvo la
satisfacción de ser nombrado como juez de tribunal oral en lo criminal (concurso
244 que también puede ser consultado en el link antes detalladado y que,
casualmente, fue tratado por el Senado el mismo día en que se designó al
postulante Pinto para ocupar una
de las vacantes de este concurso), lo que ubicó ahora sí al concursante Scotto en el cuarto lugar para ingresar
en la segunda terna. Claro que si se trataban ese mismo día los dos cargos
para vocal de la Cámara Criminal y Correccional el postulante Scotto no estaba en la terna.
Y seguí vanamente esperando.
Hasta que el día 5 de julio de 2012, la moneda no cayó nuevamente
de mi lado. No fui seleccionado. A pesar de los 20 puntos de ventaja, a pesar
de ser el primero en el orden de mérito, a pesar de mi compromiso con la mejora
en la transformación de la justicia desde mi rol activo en el INECIP, a pesar
de… no fui seleccionado.
Desde otro enfoque, no solo nunca sabré por qué no fui
seleccionado sino que, lo más preocupante aún, tampoco sabremos por qué fue
seleccionado el otro candidato tan alejado de los primeros lugares. Solo sabré
lo que leí aquella mañana en el diario La Nación del día sábado 7 de julio de
2012; que el día en que se trató en el Ministerio de Justicia
este concurso, también se trataron y elevaron los pliegos
seleccionados para cubrir las vacantes de los cuatro Juzgados Federales de
Primera Instancia de la Ciudad de Buenos Aires.
La verdad es que este sistema oscuro y falto de
legitimidad no va más. Nada menos republicano que este tipo de selección
de magistrados poco transparente e injusto (extraña paradoja la de seleccionar
en forma injusta, a quien tendrá que decidir qué es lo justo en cada caso).
Creo que es el momento de empezar a construir entre todos otro modelo de
designación de jueces. El problema no se llama Scotto
o quien sea. El problema tiene otro nombre y es la construcción de un modelo de
jueces independientes del poder político.
Por mi
lado, seguiré firme con mis convicciones. No claudicaré ni me someteré nunca a
ninguna transa ni a ningún tipo de reparto ni de manejo de corporaciones.
Seguiré desde el lugar que me toque estar, pero siempre con dignidad y la
frente bien alta.
A todos ustedes,
a los que me apoyaron de alguna u otra manera, a mis amigos, a quienes creyeron
que podía ser un buen candidato para el cargo que concursaba, a quienes creen
que es posible otro tipo de sistema de justicia penal que nada tiene que ver
con el actual, no tengo más que mi agradecimiento por acompañarme y por leer
estas líneas que intentan sintéticamente graficar un concurso que duró cerca de
tres años, compartiendo estos sinsabores.
Otra vez
será. O no, qué importa.
Simplemente
gracias.
Gonzalo Rua.
2 comentarios:
Que terrible, que frustrante puede ser a veces la pelea por la mejora de la justicia desde adentro.
Cuando el conocimiento y el mérito son dejados de lado por el amigote de turno, pueden dar ganas de dejar todo. Yo se que al menos a mi me pasaría.
Fuerza al Sr. Rua, ojalá publicar este tipo de casos implique al menos que los que correspondan lo piensen dos veces antes de hacer algo así.
Que bárbaro, ahi vi en INECIP, también estaba ternado Ignacio Rodriguez Varela. Ese no habia tenido también un problema similar?
Coincidencias..
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