UNA ORGANIZACIÓN DESTINADA
AL MÁS ESTRUENDOSO FRACASO
Por Alberto BOVINO
La Primera Parte de esta entrada aquí
III. Justicia
monárquica (parte 2)
I. Cuando decimos “Justicia
monárquica”, muchos operadores jurídicos nos miran como si hubiéramos
enloquecido repentinamente. Sin embargo, existen un sinnúmero de circunstancias,
símbolos y privilegios que determinan con claridad en qué estrato de la nobleza
judicial se halla una persona determinada.
La utilización de categorías
coloniales tales como escribiente de 1ª, de 2ª, auxiliares de grados varios,
prosecretarios, secretarios y secretarios letrados, relatores, jueces,
conjueces, fiscales de primera, segunda, tercera, cuarta y vigésimo quinta
categorías; fiscales adjuntos, naturales, metafiscales, parafiscales, fiscales
ante esta mesa de entradas, fiscales ante la mesa de entrada de acá al lado,
etcétera.
Toda esta maraña de relaciones,
estratos, jerarquías, solo sirven para poder indicar con precisión cuán noble
es cada uno de los operadores jurídicos, para tratarlos como Dios manda. Desde
hace unos años, me niego a denominar a los jueces con algo más que el Sr. o
Sra. que toda persona merece.
Así, por ejemplo, hace rato que
cuando presento un escrito en Mesa de Entradas de la CSJN, me limito a
dirigirme a las “Sras. Ministras y Sres. Ministros de la CSJN”. Jamás había
tenido un problema con ello. Un día, mi escrito no fue llevado a la mesa de
entradas por mí sino por otro abogado del estudio. Al rato, antes de que este
abogado y amigo regresara al estudio, recibí su llamada y, puteándome, me dijo:
—Bovino, sos boludo, vos y tu maldita costumbre de sacar los
“excelencias” y los “V.S.” de tus escritos… El abogado de mesa de entradas no
me lo aceptó hasta que no reemplacé lo de “Ladies & Gentlemen” por “Excma.
Corte Suprema…”.
—Jodete por darle bola…
—¡Es que de otro modo no me lo
aceptaba…!
—Decime, ¿no le preguntaste a
quién estaba dirigido el escrito?
—Y… no…
—¿No le preguntaste al toque si
él era Zaffaroni, Lorenzetti, Highton,
Argibay o algún otro supremo?
II. No
encuentro ningún ejemplo ahora, pero han habido varios casos en los cuales
algunos jueces de esos que están más para el chaleco que para la toga han
solicitado por escrito el egregio trato que ellos merecen por mandato divino…
De la ex jueza Parrilli recordamos
—como muestra basta un botón—
cuando dijo a los gritos e indignada a una empleada del gobierno de la Ciudad:
—¿Con
quién tengo que hablar? ¿Con qué superioridad tengo que hablar? Necesito el
auto ya porque estoy trabajando…
—Perdón
señorita, yo soy jueza y estoy haciendo un procedimiento, y no tengo nada que
pagar, como no pago nunca en la vida…[1].
—Te
tendría que dar un cachetazo…
—Más
vale que no vengas a mi jurisdicción, porque te mando presa por ocho meses a
vos…
—Todas
morochas… ni una rubia contratan…
Una
bellísima muestra de ética republicana.
III.
Lo que no podrá dejar de ser monárquico hasta el fin de sus días es la Sala de
Audiencias de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Un lugar con vida
propia dentro del inefable “Palacio de Justicia” de Talcahuano 550.
En un
segundo vamos a la Sala de Audiencias. Antes recordemos que el Palacio fue obra
del arquitecto europeo Norbert Maillart,
y que fue inaugurado en 1910, si bien su construcción continuó por casi 40 años
más[2].
La
sola decisión de construir un edificio que se denomine “Palacio” de Justicia ya
genera sospechas. El estilo arquitectónico, el tamaño del predio elegido y el
resultado final confirman tales sospechas. Un edificio neoclásico de un tamaño
desmedido, un laberinto que parece diseñado para que quienes concurren allí se
sientan intimidados y se pierdan fácilmente.
Techos
altísimos, que nos hacen sentir como insectos, con frisos que rezan términos
tales como “Justicia”, “Verdad”, “Derecho”, y ficciones semejantes. Faltó
agregar:
Si Usted busca
esto… búsquelo en otro lado, porque aquí no tenemos…
Fuera
de algunos sectores exclusivos —tales como el cuarto piso, sede de la CSJN—, el
Palacio dista de parecer un palacio. Cientos de oficinas alineadas, atiborradas
de burócratas que lidian con miles y miles de papeles que se agrupan en
carpetas o con piolas, formando lo que se denomina “expediente”.
Esta
burocracia está aún tratando de ingresar en la Edad Moderna, esto es,
incorporando adelantos tecnológicos tales como las máquinas eléctricas de
escribir y las computadoras más obsoletas de la ciudad. Pero esto tiene que ver
con las prácticas cotidianas. Volvamos a los aspectos simbólicos y, así, a la
Sala de Audiencias de la CSJN.
IV. Recuerdo
que la primera vez que entré a esta Sala estaba acompañando al maestro Nils Christie a una visita guiada al Palacio.
Nos acompañaba un aparato de ceremonial y protocolo. El tipo era un nerd que parecía entrar en un orgasmo
cada vez que mencionaba a un ex ministro de familia bien. Ya estaba harto de
escuchar a alguien tan ceremonioso cuando llegamos a lo mejor del tour
palaciego: la Sala de Audiencias.
Realmente,
de no creer. No recuerdo mucho de ella. Solo que era más bien alargada y que
todo giraba alrededor del diseño y ubicación de los sillones —“tronos” no
estaría mal— de los ministros. Todo estaba organizado para hacer sentir a los
presentes en la audiencia el poder del tribunal, como, por ej., la altura
desmedida de los respaldos de los
asientos de los ministros. Pero lo que realmente daba pánico —aun sin
los ministros allí— era el crucifijo gigantesco que se alzaba sobre el respaldo
del asiento de la presidencia del tribunal
Todavía
no comprendo cómo nuestra justicia escapó al uso ceremonial de togas y
pelucas, como las que se usan en otros
países americanos. No estoy del todo seguro, pero creo que cuando se creó la
Cámara Nacional de Casación Penal surgió la discusión sobre el uso de la toga.
Desde luego, dada la integración del tribunal en ese momento, no me extrañaría
para nada.
Por
último en cuanto a estos aspectos simbólicos de la arquitectura judicial
palaciega, es indispensable señalar la presencia, en el frente del Palacio, de
varios haces de leña con un hacha. Este símbolo, que se denominaba fascis, era utilizado por los lictores
romanos para azotar a delincuentes convictos. El instrumento de tortura acabó por convertirse
en símbolo de autoridad e insignia del cargo de lictor: un haz de palos de
abedul u olmo (símbolo del poder del castigo) alrededor de un hacha (símbolo
del poder de la vida y la muerte), atados con tiras rojizas de cuero.
El dictador italiano y fundador del fascismo, Benito Mussolini
(1883-1945), adoptó el fascio como símbolo de su partido,
tomándolo en su sentido más moderno, y formó fasci de
combatimento, grupos llamados de combate, que dieron su nombre a la
organización. A partir de ese momento, los partidarios de los fasci fueron
llamados fascisti: 'fascistas'. El
nombre de este ominoso movimiento se extendió rápidamente por Europa y dio lugar
al español fascista, al portugúes fascista, al
francés fasciste, al ingés fascist y
al alemán faschist (ver aquí y aquí).
5 comentarios:
"El abogado de mesa de entradas no me lo aceptó hasta que no reemplacé lo de “Ladies & Gentlemen” por “Excma. Corte Suprema…”."
Jajaja me causo mucha gracia lo de Ladies & Gentlemen; no creo que haya sido el caso de los de mesa.
Una boludez igual haber rechazado el escrito por eso; estaba para caer con un escribano al lado a ver si hacian lo mismo.
Muy buena la entrada, sigo a la espera de la parte 3.
Sigo rindiendo pleitesía a Su Santidad Bovino Primum. Como dato anecdótico cuando llegue a Tucumán exigí por instrucción General de la PGN que se eliminen los tratos monárquicos de Su señoría, etc. Un juez del Tribunal Oral me lo recrimino en pleno debate durante un juicio oral. Amenace con retirarme y dejar sin "vindicta publica" el juicio. De allí en mas nunca un problema. Se cumple la instrucción General. Gustavo Gómez
Debe ser la mismisima historia de la humanidad. Que nunca tuvo que ver con una "realidad", entendida como lo real mas consensuado entre las personas, una verdadera Equidad y Justicia (en este caso).
Sabemos que lo auténticamente Real es solo cualidad del mundo físico.
Lo real dominante es aquello que impone el mas poderoso. Y este consenso no proviene necesariamente de una cantidad poderosa. Ahora, mas que nunca, solo proviene de una minoría poderosa. Los poderosos.
Y como dijo J.J.Sebreli, en una entrevista por ahí: "vivimos en un mundo mas apegado a los símbolos que a la realidad".
Y como se trata de símbolos, solo unos pocos los dominan. Los otros adhieren por comodidad. Hacer la propia "realidad" es tarea de Amos y no esclavos. Los esclavos dudo que quieran quedarse solos en el mundo, autogestionarse sus vidas.
Creo que no hay otra Bovino.
Nacio.
Me disculparán, espero, la petulancia, pero fui el primero en usar papel oficio LISO en un juicio, allá por los '60 (del siglo 20).
Despacho: 'Cumpla con la Acordada tal' (escrito en 25 líneas, etc.). Mi respuesta: 'He escrito ese número de líneas. Ahora, si lo que la resolución intenta expresar es que tengo que escribir SOBRE LINEAS, o sea, papel RAYADO o LINEADO, creo que esa interpretación excede el sentido de la norma.'
Resultado: 'Téngase presente'. Que es la manera que tienen los juzgados de decir, a veces, 'ma sí..'.
H.Maskin
¡Genial, HM!
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