LA SEGUNDA ENTREGA DE LA SECCIÓN SON ESTAS PREGUNTAS CONTESTADAS POR EL CRIMINÓLOGO NORUEGO Y CONOCIDO ABOLICIONISTA, PROF. NILS CHRISTIE
He aquí las preguntas.
1) Profesor Christie, un par de meses atrás me contó que estaba por asistir a un seminario donde propondría “la abolición de la categoría social ‘juventud’, y que las personas deberían pasar de ser niños a ser adultos, lo que significaría menos escolaridad y más trabajo real y pago”. ¿Qué me puede decir de esta idea?
NC: Estamos incapacitando a nuestros niños, y mucho más a nuestros jóvenes. Las sociedades industrializadas están organizadas para hacerse cargo de las necesidades del proceso productivo, no de las necesidades de niños y jóvenes. Los adultos son necesarios en el proceso productivo, y ellos se hallan en situación de desventaja con niños a su alrededor. Así, colocamos a los niños en las escuelas. Si hay huelga de maestros, eso representa una catástrofe tanto para los padres como para el sistema productivo, situación que actualmente vivimos en Noruega. En realidad, los niños y los jóvenes permanecen en las instituciones educativas desde los seis a los dieciocho años de edad. La mayoría de lo que aprenden, se les podría enseñar mucho más rápido. Otros temas y cuestiones podrían ser aprendidas más fácil y rápidamente cuando estén en un trabajo cualquiera. Y mucho ni siquiera vale la pena ser aprendido. Los jóvenes son sobresocializados en una cultura juvenil, una cultura con muchos aspectos no placenteros. Algunos permanecen en esa cultura. Ellos deben ingresar al mercado de trabajo pago mucho más temprano, como auxiliares docentes en escuelas para niños, como ayudantes en casa de retiro, como asistentes generales de personas con capacidades diferentes, o en cualquier trabajo común, con excepción de trabajos especialmente inadecuados para personas jóvenes. Necesitamos personas jóvenes maduras, y no jóvenes infantilizados.
2) Como Ud. ya sabe, sus ideas sobre la abolición de la administración de justicia penal han tenido amplia recepción en Argentina y en otros países de la región. ¿Podría Ud. decirnos qué elementos deberíamos tomar de su propuesta para promover un cambio social efectivo?
NC: Mi percepción sobre la justicia penal es muy simple. La mayoría de las sociedades desean reducir el sufrimiento. El castigo es distribución intencional de dolor y, por ello, debemos hacer lo mejor de nosotros para reducir incluso el uso de ese tipo de sufrimiento. Las principales formas de castigo son la pena de muerte, la tortura y el encierro carcelario. Las dos primeras formas han sido abolidas en la mayoría de los países que respetamos. Pero la prisión permanece. Está repleta de gente pobre. Las prisiones funcionan como escuela para criminales. Reformas sociales globales pueden reducir la necesidad de utilizar el encierro carcelario, y también el uso de alternativas concretas, como reuniones entre víctimas y ofensores, para tratar de buscar salidas reparatorias del daño causado. Ésas son alternativas posibles al encierro.
3) ¿Qué piensa del encarcelamiento preventivo? Cree que es posible reducir las altas tasas de presos sin condena de los países de la región sin impugnar la idea del encierro carcelario como el castigo “natural”?
NC: Estamos incapacitando a nuestros niños, y mucho más a nuestros jóvenes. Las sociedades industrializadas están organizadas para hacerse cargo de las necesidades del proceso productivo, no de las necesidades de niños y jóvenes. Los adultos son necesarios en el proceso productivo, y ellos se hallan en situación de desventaja con niños a su alrededor. Así, colocamos a los niños en las escuelas. Si hay huelga de maestros, eso representa una catástrofe tanto para los padres como para el sistema productivo, situación que actualmente vivimos en Noruega. En realidad, los niños y los jóvenes permanecen en las instituciones educativas desde los seis a los dieciocho años de edad. La mayoría de lo que aprenden, se les podría enseñar mucho más rápido. Otros temas y cuestiones podrían ser aprendidas más fácil y rápidamente cuando estén en un trabajo cualquiera. Y mucho ni siquiera vale la pena ser aprendido. Los jóvenes son sobresocializados en una cultura juvenil, una cultura con muchos aspectos no placenteros. Algunos permanecen en esa cultura. Ellos deben ingresar al mercado de trabajo pago mucho más temprano, como auxiliares docentes en escuelas para niños, como ayudantes en casa de retiro, como asistentes generales de personas con capacidades diferentes, o en cualquier trabajo común, con excepción de trabajos especialmente inadecuados para personas jóvenes. Necesitamos personas jóvenes maduras, y no jóvenes infantilizados.
2) Como Ud. ya sabe, sus ideas sobre la abolición de la administración de justicia penal han tenido amplia recepción en Argentina y en otros países de la región. ¿Podría Ud. decirnos qué elementos deberíamos tomar de su propuesta para promover un cambio social efectivo?
NC: Mi percepción sobre la justicia penal es muy simple. La mayoría de las sociedades desean reducir el sufrimiento. El castigo es distribución intencional de dolor y, por ello, debemos hacer lo mejor de nosotros para reducir incluso el uso de ese tipo de sufrimiento. Las principales formas de castigo son la pena de muerte, la tortura y el encierro carcelario. Las dos primeras formas han sido abolidas en la mayoría de los países que respetamos. Pero la prisión permanece. Está repleta de gente pobre. Las prisiones funcionan como escuela para criminales. Reformas sociales globales pueden reducir la necesidad de utilizar el encierro carcelario, y también el uso de alternativas concretas, como reuniones entre víctimas y ofensores, para tratar de buscar salidas reparatorias del daño causado. Ésas son alternativas posibles al encierro.
3) ¿Qué piensa del encarcelamiento preventivo? Cree que es posible reducir las altas tasas de presos sin condena de los países de la región sin impugnar la idea del encierro carcelario como el castigo “natural”?
NC: Argentina tiene una tasa excepcionalmente alta de detenidos esperando ser juzgados. De sus 60.000 personas privadas de libertad, más de la mitad son presos sin condena —y esta cifra no incluye a las personas detenidas en comisarías—. No se puede comprender cómo un número tan grande de detenidos no podrían permanecer en su domicilio o en hostales a la espera del juicio. Esto reduciría, además, la gravedad de las condenas en Argentina. Los jueces suelen evitar imponer condenas más breves que el tiempo que la persona ya ha cumplido como preso sin condena.
Y un final del correo con todo su humano estilo:
PS to Alberto: I hope this can be useful in Argentina, a country I am so fond of. Here is beautiful spring just now, the birds are back from Africa and life is good.
Warm greetings,
Nils
IMPORTANTE: SI ALGUIEN DESEA ARRUINARLE LA BONITA PRIMAVERA CON LOS PÁJAROS VOLVIENDO DE ÁFRICA AL PROF. CHRISTIE, Y HACERLE ALGUNA PREGUNTA ACLARATORIA O RELACIONADA CON LO QUE HA DICHO, POR FAVOR INCLÚYALA EN UN COMENTARIO Y PROBAREMOS SUERTE.
BROMAS APARTE, AGRADECEMOS LA GENTILEZA Y, COMO SIEMPRE, LA HUMANIDAD DEL PROFESOR NILS CHRISTIE.
14 comentarios:
1. Estoy de acuerdo en que los jóvenes pierden mucho tiempo en el sistema educativo. Pero eso también es un reflejo de la escasa capacidad de la economía para absorber esa población en puestos de trabajo. El desempleo rampante es un problema mayor cada año y lanzar un montón de gente al mercado laboral no parece una idea muy feliz en el corto ni mediano plazo. En el largo plazo, como dijo Keynes, estamos todos muertos.
2. Reformas sociales globales es una afirmación muy vaga y cuando pienso en reformas concretas para reducir la delincuencia no me suenan muy realistas que digamos.
3. Totalmente de acuerdo en el tema prisión preventiva. Es indefendible y lo sabemos todos.
Anónimo:
La consigna es que conteste en un par de párrafos. Si vas a hacer de abogado del diablo te recomiendo que antes leas "Los límites del dolor", "la industria del control del delito" y "Una sensata cantidad de delitos".
Saludos,
AB
Con lo anterior me refería a la segunda respuesta. Tu primer comentario, además de ser un tanto vago, o es circular, o viene a probar lo que él dice, que al sistema productivo no le interesan los jóvenes y eso es, precisamente, lo que él propone cambiar.
Saludos,
AB
buenas alberto, la pregunta obvia que se me ocurre es que pasa con nosotros los pobres paises de la periferia, es decir, la eliminacion de la categoria jovenes, la aceleraccion del transito por el sistema eductavo y la insercion en el mercado de trabajo quizas pueda masticarse desde un contexto europeocentrico pero aca esta complicado, en realidad yo creo que el sistema argentino es bastante "nilseano" ya que expulsa un monton de pibes al mercado de trabajo tempranamente, claro que son otro tipo de laburos, los de la calle fundamentalmente..hay un buen libro por ahi, el trabajo infantil no es un juego, de mariela macri, no recuedo editorial, en donde entre otras cosas se tabaja la relacion educacion/trabajo
salute
que buena entrevista che, gracias
Alejandro:
Preguntale a él. Obvio que está hablando desde Oslo donde la "life is good". Yo, argentino
Gracias Robert. Estuve buscando, Anónimo, y encontré esta otra entrevista donde se explaya más sobre lo que propone brevemente en la respuesta 2. Está buena. La lées en:
http://www.pensamientopenal.com.ar/foro06/viewtopic.php?t=5837
No dudo de las buenas intenciones del Profesor Christie, pero estaría bueno avisarle que por nuestras tierras el abolicionismo obtiene sus mejores frutos cuando los implicados en causas penales son los poderosos.
Sería interesante acercar la misma observación a los cerebros de la criminología crítica.
Es decir, como consecuencia independiente a la deseada por el distinguido profesor, las ideas abolicionistas germinaron en nuestro campo produciendo una profundización de la selectividad del derecho penal.
Será tal vez una consecuencia de que los más distinguidos profesores de derecho penal que dan cátedra por nuestros pagos, y manejan al dedillo las nobles herramientas de fondo y forma reductoras del poder penal, suelen, a excepción de honrosas excepciones entre las que podemos incluir a modo de ejemplo a AB, asesorar a los poderosos antes y después de cometidos los delitos mas graves (criminalidad económica y defraudación contra el estado).
Difícil es hallar a algunos de los mas inspirados declamadores de estas ideas, defendiéndolas a ultranza desde el acogedor (pero austero) espacio que puede ofrecer una defensoría pública oficial, una ONG o un juzgado.
Sepan aceptar esta humilde opinión.
Afectuosos saludos.
Anibal.
No pretendía generar ningún debate, ni acercar una pregunta al distinguido Profesor.
saludos
Entiendo que el Profesor se refería a esa franja de jóvenes idiotizados y al pedo por el consumismo salvaje del capiotalismo actual. No se, por ahí mandé fruta...
Martín de Neco
Aníbal, te agradezco tus comentarios hacia mi persona, pero más allá de lo que señalás, lo cierto es que muchas ideas del abolicionismo han tenido gran influencia en el movimiento de reforma del enjuiciamiento penal en cuanto a la cantidad y variedad de alternativas a las respuestas represivas.
Quizá no eran lo que los abolicionistas escandinavos buscaron —y sería ingenuo pensar que sus propiuestas se podrían aplicar aquí directamente—. Lo cierto es que en primer lugar, generaron una profunda discusión de la legitimidad de las prácticas penale. También desnaturalizaron la justicia represiva y colaboraron en el movimiento de reforma para conceder mayores poderes sustantivos a la víctima sin afectar los derechos del imputado.
En este contexto, también sirvieron de fundamento a muchas medidas reparatorias.
Saludos y gracias por darnos tu opinión.
AB
Alberto: En ese sentido, coincido plenamente con vos. Pero remarco que muchas de las previsiones legales nacidas del proceso de reforma que señalas parecen hacer pie únicamente para quienes cometen los delitos mas graves (económicos, financieros, corrupción política).
Un simple recorrido por los pabellones de las unidades carcelarias me da la razón respecto a esa descripción.
Intuyo que esto se origina en la calidad de defensa que poseen unos y otros, y además, en la mentalidad del operador judicial (jueces y fiscales) en cuanto al grado de preparación y voluntad para perseguir a unos u a otros.
Gracias por brindar este espacio.
Por último, y disculpa que lo haga por este medio pero no tengo tu correo, te dejo el blog donde intentamos expresar nuestras ideas críticas de una forma que pretende ser “artística”. www.colorescorrosivos.blogspot.com
Un afectuoso saludos.
Alberto, disculpá que me descuelgue con un tema que no hace al fondo de la cuestión. Pero estoy cansado de la cantinela de que "los delitos económicos" son los más graves de todos y bla, bla, bla.
Dejemos de hablar de cosas que no conocemos. Definitivamente los "delitos económicos" no son los más graves del sistema penal ni mucho menos. Matar o violar son hechos infinitamente más graves que estafar o evadir impuestos. La evasión impositiva, por caso, puede combatirse perfectamente bien con unas buenas multas y una administración tributaria eficiente (nota al margen, recomiendo leer el post de Gustavo Arballo sobre el sistema tributario y las "máquinas Goldberg). Pero un evasor de impuestos no es un "sujeto peligroso" al que no le deberíamos permitir caminar libre por la calle. Sólo para una mentalidad "hegeliana" donde el Estado es todo y las personas nada, evadir impuestos puede parecer más grave que matar. Además veo una gran hipocresía en esa cantinela. Quisiera saber cuantos de los que la declaman tienen realmente en absoluto orden su situación impositiva, han pagado todo lo que tienen que pagar y piden ticket cada vez que se toman un café con leche con medialunas.
Diego querido:
Si no hay derecho, tampoco hay lugares donde discutir las cosas. Creo que aquí está bien. Supongo que la gran mayoría de las veces, cuando se habla de la gravedad y niveles de impunidad de los delitos económicos de cuello blanco, se está haciendo (conciente o inconcientemente) la oposición con los delitos contra la propiedad "grasas", esto es, los que se erigen en paradigma de lo criminal en cualquier campaña de ley y orden, que se preocupa más porque no te afanen el plasma que tenés en el country, antes de que disminuyan las tasas de hechos de violencia policial.
Ahora bien, no coincido con Anibal en el sentido que señalás del abolicionismo. En todo caso, se recurrirá a un discurso garantista, pues parece difícil utilizar los argumentos de los abolicionistas —que son argumentos de ruptura con el discurso jurídico— en el contexto de una defensa penal.
Por otro lado, la impunidad no es una respuesta típicamente abolicionista. En nuestro derecho penal represivo, sólo hay dos opciones: pena/impunidad, mientras que en los modelos que proponen los abolicionistas hay alternativas a las penas —y no penas alternativas—.
Saludos,
AB
PS: Por otra parte, no creo que sea el discurso abolicionista o garantista el que determina la impunidad de los poderosos. En todo caso, es un discurso disponible y útilpara tratar de justificar algo que sucedderá de todas maneras.
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