7 ago 2012

LA DESESPERACIÓN DE ALGUNAS DEFENSAS EN EL CASO DE MARIANO FERRYRA

VERGÜENZA AJENA

Por Alberto  Bovino*





Me levanté a las siete de la mañana. Aún me pregunto por qué, pues vivo a diez cuadras de Comodoro 3,14 y la audiencia se suponía que era a las diez AM.

Mi mal humor matutino se profundizó cuando debimos bajarnos del taxi —yo arrastrando un bolso que parecía que llevaba un cadáver adentro— y recorrer las últimas cuatro o cinco cuadras hasta Comodoro 3,14 a pie  y bolso en mano.

Llegamos, logramos trasladarnos hasta escasos metros de la entrada de la sala de audiencias, pensando en entrar pero no, fíjese que no. Que no se nos dejaría entrar hasta dos horas más tarde de la hora a la cual habíamos sido citados. Una maravilla, un nivel de comodidad digno del Ritz, con unos baños muy similares a los de ese glorioso hotel.

Para hacerla breve, digamos que la sala de audiencias es fea e incómoda; que el presidente del tribunal tiene buena muñeca para conducir un juicio con tantos figurones, desalentando a personajes tales como Froment o Freeland, que pretenden dirigir el debate.

La jornada se hizo eterna con la lectura de las acusaciones, con la lectura de las cuestiones preliminares que habían sido diferidas para ser resueltas en ese momento procesal, etcétera. Pero con lo que se hizo eterna y vergonzosa fue con el planteo de algunas cuestiones preliminares.

La existencia de una estrategia concertada desde algunas defensas se hizo evidente. El defensor oficial Armando presentó una denuncia para que se investigue a las víctimas de la violencia de la patota ferroviaria por el delito de corte de transporte público. Pero allí no terminó, siguió diciendo que también debía investigarse a todas las autoridades que habían intervenido en el proceso hsata ese momento. Léase Cristina Caamaño, Wilma López, y los miembros de este tribunal de juicio.

La desesperación es tan grande que algunas defensas ya no saben qué plantear. En este sentido, llama mucho la atención la actitud de Freeland, quien ha optado por defender a uno de los “buenos muchachos” —nada menos que a Fernández— atacando a las víctimas:

Más serio se puso cuando Alejandro Freeland, defensor del "Gallego" Fernández postuló que había existido una "tupacamarización" de la causa que a su criterio fue "desmembrada" para "ocultar una parte de la historia", y apuntó que "gente como hordas" habían participado de la manifestación que terminó con el asesinato de Mariano Ferreyra. "La agresión previa del PO con los tercerizados nunca fue investigada", se explayó Freeland en su teoría. 

Luego de utilizar términos peyorativos para con los jóvenes manifestantes tales como Mariano Ferreyra, con el objeto de pedir la nulidad de todo el proceso, debió soportar la dura crítica de Maximiliano Medina por el uso de tales palabras, la crítica de María del Carmen Verdú por pretender transformar a las víctimas en victimarios, y la crítica de esta parte, por preguntar cómo podíamos acusar a su pobre defendido con una versión tan parcializada que había dejado de lado las agresiones de los tercerizados. Entonces le pregunté cuáles eran los elementos objetivos de prueba que sugerían la necesidad de realizar tal investigación, ¿o es que existía algún muerto de los ferroviarios que no se me había notificado?


* Estos comentarios reflejan exclusivamente mis propias opiniones

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Que significa "tupacamarizacion"? y sobre todo ¿quien es este personaje Freeland?

Nico

Alberto Bovino dijo...

DESGUACE Y TUPACAMARIZACIÓN
Durante los noventa el desmantelamiento del Estado fue denominado desde los sectores críticos a esa política como desguace o tupacamarización. La palabra desguace alude a devastar con el hacha un madero. Desmantelar un barco, de manera que quede solo el casco. A su vez la tupacamarización se refiere a José Gabriel Condorcanqui ( Tupac Amarú II) quien fue el artífice de la mayor sublevación anticolonial sudamericana del siglo XVIII. Derrotado se lo intentó descuartizar vivo atando cada una de sus extremidades a sendos caballos que tiraban en direcciones enfrentadas. Al no poder lograrlo, le cortaron la lengua y luego lo decapitaron. Una vez muerto lo despedazaron. Previamente tuvo que contemplar la ejecución de su esposa, de sus dos hijos, amigos y aliados. Los ganadores representaban a lo que en las historias oficiales se denomina civilización.

Sacado de:

http://www.nuevaszonceras.com.ar/noticias/la-batalla-politica-del-lenguaje

Anónimo dijo...

Es interesante la descripción física del Prof. Bovino porque remite a una especie de petitio principii que se olvida a menudo: las elaboraciones sofisticadas intelectualmente, incluso de personas que se dicen rígidamente materialistas, adolecen de un dualismo ostensible. Y esto porque en muchos casos de "superestructuras" ideológicas "progresistas" resulta raro observar como quienes ostentan un credo que descree, valga el juego de palabras, del alma, suponen que ella existe dividida del sustrato material a la hora de exponer las metas. Vivimos verdaderos festines (teóricos) de abolición de la discriminación, de igualdad de género, de censura a todo evento de la violencia contra la mujer, de violencia feroz y fundamentalista proabortista, etc, etc. en medio del olvido de algo más sencillo y natural, y precedente: la comida accesible a todos, por ejemplo. O el agua potable. O la enseñanza de las (antes) llamadas "primeras letras" en una escuela pública decente y efectiva. Raras formas de pensar. Bovino tiene razón: buenos códigos, buenas intenciones y magníficos deseos de justicia naufragan en la ordinaria materialidad de las decrépitas salas de audiencia, que exteriorizan un a priori de desprecio por el Derecho.

Anónimo dijo...

Gracias por la respuesta!!

Saludos

Nico