"DROGARSE ES UN DERECHO HUMANO BÁSICO"
Dedicado a mi gran amigo el Prof. Diego Camaño, de la Universidad de la República (Montevideo)
Hace ya más de un par de años, durante el trabajo en comisión de uno de los Congresos Nacionales Universitarios de Derecho Penal y Criminología organizado por la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba, mi amigo Camaño largó su conferencia sobre derecho penal y sustancias prohibidas con una frase como para despertar al público y mandó:
"Drogarse es un derecho humano básico".
En ese momento pensé que: a) mi amigo había enloquecido; y b) estaba utilizando un recurso de oratoria para captar la atención de un público bastante inquieto.
A fines del año pasado un conjunto de estudiantes de uno de los dos grupos que integraban el original NBI —no apoyo ni a unos ni a otros, ni me meto en sus internas, y sigo mantendiendo relaciones con ambas agrupaciones— me invitó a dar una pequeña charla sobre el tema, con la grata compañía de Ale Alagia.
Citando al amigo uruguayo, largué con su frase. Muchos estudiantes no necesitaron un psicodiagnóstico para considerar que yo estaba completamente loco.
Sin embargo, hoy creo que la proposición del colega Diego Camaño es absolutamente cierta. Según dijo la CSJN en "Bazterrica", el consumo personal de sustancias prohibidas no puede estar prohibido pues las personas adultas somos absolutamente libres para seleccionar nuestro plan de vida siempre que no afectemos derechos de terceros y aun cuando dicha elección implique una autolesión —sin importar su gravedad—.
Si no se pueden imponer consecuencias jurídicas a quienes consumen sustancias prohibidas, ello significa que existe un derecho a consumirlas, esto es, que es un derecho fundamental de nuestro ordenamiento jurídico, garantizado constitucionalmente, el de consumir todo tipo de sustancias, en la medida que de ese consumo no se derive perjuicio determinable y de cierta entidad a terceras personas. En síntesis, tiene razón el amigo yorugua cuando dice que "drogarse es un derecho constitucional".
Saludos,
AB
6 comentarios:
Justo agarraste uno de mis tópicos preferidos. Absolutamente de acuerdo. Si existe un derecho constitucionalmente protegido a que cada individuo desarrolle su propio plan de vida, en la medida en que no perjudique a terceros, entonces la posibilidad de drogarse es un derecho humano fundamental, tanto como poder expresar ideas políticas, disponer del fruto del propio trabajo, elegir la inclinación sexual o, si se quiere, asuntos algo más triviales pero en los cuales el ordenamiento jurídico no debería interferir, tales como la decisión de meter los dedos en el enchufe, desayunar una docena de huevos fritos o castigarse con una maratón de películas de Palito Ortega.
En lo que tal vez nos equivoquemos es en el enfoque. ¿Por qué estamos siempre a la defensiva? Argumentos respecto de por qué es "justo y necesario" permitir a cada quien que consuma la sustancia que se le ocurra hay mil y muy buenos. Lo que nunca encontré es un argumento bueno a favor de la prohibición. Promovamos el nacimiento de la regla "in dubio pro libertas". El que quiera restringir la libertad que corra con la carga de la prueba.
Diego:
coincido, con vos, pero no creo que sea estar a la defensiva; se trata solo de afirmar la validez de una proposición probablemente no aceptada por la gran mayoría de los juristas.
Saludos,
AB
PD: Seguí fomentando vicio vos que el Comité "¡Salud o muerte!" de la Ley antifumadores te va a librar orden de captura.
Jajaja, si, pero si me viene a buscar el comité me va a encontrar totalmente limpio. Incluso estoy tratando de salir a correr por propia voluntad, antes que la ley me obligue a hacerlo.
Aunque me comprendan las generales, tampoco creo que el reconocimiento de un derecho sea "estar a la defensiva" sino más bien un punto de arranque. Si efectivamente -como estamos los tres de acuerdo- hay un derecho constitucionalmente protegido a consumir cualquier tipo de sustancias, entonces el Estado debe tomar acciones positivas para garantizarlo. Debería garantizar, por ejemplo, la existencia de un mercado legal y de controles de calidad para que la gente que quiere consumir sustancias sicoactivas no se meta cualquier cosa en el cuerpo. Es además, un muy buen punto de partida para reconocer que los usuarios tienen derechos y no son meros objetos (pienso en varios de los métodos invasivos que practican los profesionales del tratamiento).
Daría para mucho pero el punto es que si efectivamente todos tienen derecho a consumir las sustancias que sean, esto hace surgir obligaciones positivas a cargo del Estado que, en definitiva, son incompatibles con cualquier forma de prohibición penal (no con cualquier regulación jurídica).
Saludos,
DCV
Alberto,
Estuve en la conferencia a la que haces referencia. Tengo en mi memoria dos hechos significativos de la misma. Primero, segun recuerdo, la frase de Camaño fue el derecho humano bascico al consumo (creo que esas fueron sus palabras textuales). Segundo, tu desenfranada risa sentado al fondo del salon de la policia judicial cuando escuchaste eso (estabas sentado delante mio). Sin dudas es una buena forma de empezar una conferencia. Un gol de media cancha. Despues de esa afirmación, muy pocos podrían, por lo menos de los presentes, querer discutir con el. Mas vale, todos quisimos ser su amigo. Saludos, Juan.
Juan, no puedo creer que recuerdes eso.
Es cierto, había dejado de verlo por un tiempo y me lo encuentro dando una conferencia largando con esa frase. No pude menos que soltar una carcajada, pero no sabía que había sido tan ruidosa.
Coincido con vos que no pudo elegir mejor manera de largar la charla.
Saludos,
AB
Publicar un comentario