17 may 2015

EL PRONTUARIO DE PIOMBO Y SAL LLARGÜÉS...




En mayo de 2011 estos dos buenos muchachos fueron propuestos como candidatos al premio Petiso Orejudo en la categoría Tribunal de Casación (aunque Riggi y Catucci se llevaron la preciada estatuilla). Aquí la nota que enviaron quienes los propusieron.


Por ese motivo fueron denunciados “para que se investigue si la conducta” de estos dos personajes “constituye genéricamente la causal de mal desempeño”... Una pinturita estos dos...







CandidatosHoracio Daniel Piombo y Benjamín Sal Llargués

Categoría 3. Jueces de tribunales de casación


Propuestos por: JB, AV y FCR






La Sala I del Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires, integrada por los jueces Horacio Daniel Piombo y Benjamín Sal Llargués, decidieron reducir a la mitad (de 18 años a 9 años y medio) la pena impuesta a un pastor evangélico, condenado por el abuso sexual de dos adolescentes de 14 y 15 años. El fundamento del cambio en el monto de la pena, se debe a que consideraron que estas menores vivían en comunidades de determinado nivel social, donde se aceptan las relaciones sexuales a muy baja edad. En consecuencia, los jueces entendieron que no se estaría hablando de violación, por estar presente el elemento consentimiento, en niñas provenientes de estas comunidades. Además, los magistrados agregan a su argumento, el hecho de que las menores ya tenían experiencia sexual (“… incluso en yacer con otros hombres…”). Podríamos entonces, hacer la siguiente lectura: las niñas que nacen y se desarrollan en grupos desfavorecidos, no solo deben cargar con esta desigualdad sino que además, deben sumar una nueva: nadie las protegerá en el caso de que un adulto quiera corromperlas.


Claramente estamos ante la presencia de un fallo sexista y clasista. Las víctimas son triplemente estigmatizadas, en primer lugar por ser mujeres, en segundo lugar, por ser mujeres menores y, finalmente, por ser mujeres menores de sectores sociales vulnerables. Esta triple condición de vulnerabilidad (género, minoridad y condición social) que debiera ser más que suficiente para que el Estado descargue todo su aparato de protección sobre ellas, termina utilizándose en su contra, negándoles la protección legal que se merecen. Para concluir, creemos que estos jueces merecen tener un lugar en la lista de nominados al “Petiso Orejudo”, porque no levantarse ante este tipo de decisiones implica consentir que la justicia en Argentina es para unos pocos: hombres, mayores y de condición social pudiente.



EL FALLO DE ENTONCES





















AQUÍ LA DENUNCIA QUE SE PRESENTÓ








Con estos antecedentes, ¿nadie hará nada esta vez?


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