Los fumadores evalúan de forma diferente el resultado de sus decisiones, de manera que a la hora de tomar una, podrían elegir la peor opción. Ésa es la principal conclusión de un estudio realizado por el Colegio de Medicina Baylor en Houston (Estados Unidos), publicado en edición digital de la revista Nature Neurosciences.
Concretamente, el estudio muestra que la adicción al tabaco produce anomalías cerebrales
que disminuyen la influencia que normalmente tienen las posibles consecuencias en el proceso de toma de decisiones.
Los autores podían predecir las elecciones posteriores de los no fumadores basándose en la diferencia entre la cantidad de dinero que los sujetos ganaron y la cantidad de dinero que podían haber ganado realizando la apuesta más amplia posible.
En contraste, en los fumadores, esta diferencia tenía poca influencia sobre sus posteriores elecciones. Esto sugiere que los fumadores podrían tomar peores decisiones debido a que ignoran los resultados alternativos que podían haber conseguido.
Diferentes elecciones
El estudio mostró, gracias a resonancias magnéticas, que durante el juego la actividad del cerebro en todos los participantes se asociaba con la diferencia entre lo que pasaba en realidad y lo que podría haber pasado de escoger otra cosa. Pese a ello, fumadores y no fumadores tomaban diferentes elecciones.
En consecuencia, los autores concluyen que el cerebro de los fumadores tiene información sobre lo que podría haber pasado, pero lo ignora a la hora de decidir cómo actuar.
El comentario y una charla telefónica previa con la comentarista me hicieron cambiar de opinión sobre la seriedad de la publicación. Sin embargo, insisto en que hay una serie de valores en las conclusiones que no me cierran. Una cosa es decir que los fumadores evaluamos de forma diferente el resultado de nuestras decisiones, y otra es que tomamos peores decisiones. En ese último punto no creo que la ciencia tenga mucho para decir, por más que me llenen la cabeza de electrodos, no hay método científico alguno que me permita atribuir valor de verdad a una proposición tal como: "es mejor ser vegetariano que no serlo".Hasta mañana,
1 comentario:
Alberto, no puedo contenerme de comentarte esto con respecto a tu última entrada de blog, porque, de la bronca, apelas a criticar al mensajero y no al mensaje.
“Nature Neurociences” no es un periódico, es una publicación científica de la línea “NATURE” cuyos artículos se revisan por pares y a ciegas y hay que matarse para que te publiquen algo ahí.
Y sí, la ciencia procede por predicciones que se cumplen o no. Si no se cumplen, tu teoría es errónea. Y las decisiones se evalúan por la capacidad de tener en cuenta toda la información (en base a su contenido y no porque es mas saliente), considerar que resultados tendrá para vos y para otras personas esa decisión, evaluando esos resultados como positivos o negativos. La mayoría de las decisiones no se toman así.
No me parece tan descabellado pensar que el cerebro de una persona que recibe repetidamente una sustancia que afecta su química de manera que se activan circuitos placenteros (cualquiera sea), “elija” exponerse a esa sustancia frente a otras alternativas (por ejemplo a costa de perder dinero). Lo que explican los autores es el mecanismo de recompensas que perpetua el deseo de consumir esa sustancia, aun cuando la información de los resultados negativos de esa conducta (e.g., que hace mal a la salud, afecta a tu familia, etc.) estén también en el sistema. No leí todo el estudio pero me parece serio. Y en todo caso lo que sí podes criticarles a los autores es su presunción de que elegir pasarla bien es peor decisión que ganar dinero!
¡No te enojes!
Laura
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