Hemos reunido a dos personas
ideales para el Cuestionario 16 (creado por el gurú Gustavo Arballo). LL es Leticia Lorenzo, PS es Pablo Slonimsqui. Pasen, lean, disfruten y aprendan.
1. ¿Qué lee habitualmente? (en prensa gráfica y en web,
incluyendo diarios y publicaciones periódicas generales o especializadas, de
cualquier frecuencia).
LL: Todos los días veo los
diarios regionales (Río Negro y LMNeuquén), a nivel nacional el Página/12.
Periódicamente Revista Anfibia y Cosecha Roja, también No hubo Derecho. Sigo a
la Revista Barcelona, que me hace reír mucho (aunque cada vez la realidad la
deja más chiquita). Luego veo mucho lo que se publica en redes y cuando me
parecen cosas ciertas voy mirando las noticias. Voy seleccionando lo que me
interesa.
PS: Los
fines de semana leo el diario Perfil –entiendo que es el único que logra algún
equilibrio a la hora de informar sobre cuestiones políticas-, y veo con
atención lo que se publica en el sitio Cohete
a la luna, en especial la columna dominical de Graciana Peñafort. Las
noticias de todos los días las sigo en Infobae.
2. ¿Qué profesores, de grado o posgrado, influyeron más en su
formación profesional?
LL: Definitivamente los
Albertos: Bovino y Binder. A Bovino lo tuve de profe “formal” en la facultad
(en el grado) y su pasión por la enseñanza me dejó muy claro que dar clase es
algo más que repetir conceptos y tomar parciales; eso me acompaña hasta el día
de hoy y creo que es una de las personas que más me ha influido para ser una
docente más o menos decente. A Binder no lo tuve como profesor formal, pero es
la persona que más ha influido en mi vida profesional. Cualquier cosa que diga
sobre él se queda chica. Del grado también recuerdo otros tres profesores que
fueron muy importantes: Patricia Ziffer y Fabricio Guariglia, que me dieron
penal y procesal penal (en esa intención de la UBA de dar todos los contenidos
en un año) y me definieron a dedicarme a esta área. Y José Luis Gargarella, un
apasionado de la enseñanza al estilo Bovino. No me olvido más que sus clases
eran tardísimo a la noche y sin embargo siempre te daban ganas de ir a
escucharlo. Un verdadero distinto de la enseñanza. Lo recuerdo con inmenso
respeto.
PS: Los
profesores que más influyeron en mi formación profesional fueron Esteban Justo Righi,
Marcelo Antonio Sgro y Hernán Víctor Gullco. Tardíamente, y ya fuera de las
aulas, añadiría a Natalia Sergi: el pesimismo de fondo, que ella tan bien
transmite, debiera ser una materia obligatoria para todo abogado.
3. ¿Qué obra teórica fue fundamental para determinar su
orientación, o marcó un quiebre en su biografía?
LL: El Tomo 1 de Maier fue
un antes y un después de mi vida. Leyendo ese libro recién entendí (ya en la
segunda mitad del segundo año de la carrera) por qué estaba estudiando derecho.
PS: Sin llegar
a significar un quiebre en mi biografía,
fueron muy significativos para mi los trabajos de Julio B. J. Maier (Derecho
Procesal Penal Argentino), y distintos trabajos de Alberto M. Binder y de Luigi
Ferrajoli. A cualquier abogado que se interese por el derecho penal,
humildemente, le recomendaría esas lecturas.
4. ¿Cuál fue el trabajo o labor que le deparó —o le depara—
mayor felicidad profesional?
LL: Soy una afortunada de
la vida porque no recuerdo haber tenido ningún trabajo que no me diera
felicidad. Si tengo que elegir sólo uno, me quedo con mi trabajo como
coordinadora de un Centro Integrado de Justicia en El Alto (Bolivia). Estaba a
cargo de una casa que trabajaba con vecines voluntaries y tenía áreas
vinculadas a la conciliación, la formación legal popular, la colaboración para
hacer trámites judiciales y el acceso a la justicia formal. Fueron días de
enorme felicidad y de ver en concreto que a veces, muy de vez en cuando, el
derecho puede servir para mejorar las condiciones de vida de las personas.
PS: El trabajo
que mayor felicidad profesional me depara, por lejos, es el de asesor legal de
editorial Planeta. Todas las intervenciones y/o consultas que se vinculan de
algún modo, directo o indirecto, con la literatura y el periodismo encierran,
por lo menos para mí, un romanticismo muy difícil de alcanzar en otras actividades
profesionales.
5. ¿Qué autor o texto de derecho —nacional o extranjero— le
ha parecido decepcionante o sobrevalorado?
LL: Sobrevalorades muches.
Probablemente no por les autores sino por la carga que ponen les lectores. En
derecho hay una costumbre nefasta: es más importante lo que dice el autor o
autora que se cita que lo que una misma quiere decir. De allí que hasta para
decir “buenos días” se ponga una nota al pie citando a alguna otra persona. Eso
devalúa lo que se escribe, creo yo. Luego, también es real que está lleno de
chantas. ¡Hasta yo tengo libros publicados!
PS: El autor de
derecho que me ha parecido decepcionante es Alejandro Carrió.
6. ¿Cuál es la persona (actual o histórica) que más admira en
el campo del derecho?
LL: Alberto Binder, porque
nunca se desanima. Ileana Arduino, porque es la mejor de mi generación.
Mi abogado histórico
preferido es Arturo Jauretche. Por lo que fue, por lo que hizo y sobre todo por
lo que dijo y la consecuencia entre todos esos planos. Porque me regaló la más
linda de las frases como guía de vida: “prefiero decir lo que se me cante a
hacer carrera”.
PS: Las
personas que más admiro en el campo del derecho, por diferentes razones, son
Gustavo Bruzzone, María Laura Garrigós de Rebori y Julio B. J. Maier.
7. En una mirada global, ¿le parece que el orden jurídico
argentino es demasiado restrictivo o demasiado permisivo?
LL: Me parece que no tenemos
un “orden jurídico”. Tenemos algunas regulaciones que aprietan el zapato de las
personas vulnerables y otras regulaciones que permiten que les poderoses hagan
lo que les venga en gana. Y una administración de justicia que entiende muy
bien eso.
PS: No tengo la
menor idea acerca de cómo es el orden jurídico argentino, en los términos en
los que esta formulada la pregunta.
8. ¿Qué fallo (o disidencia) le hubiera gustado suscribir?
LL: Ningún fallo o
disidencia: me hubiera gustado tener la lucidez de Alfredo Pérez Galimberti
para llegar a la Corte Suprema de Justicia de la Nación con el caso F.A.L. y
generar, de una vez por todas, un pronunciamiento de ese tribunal sobre la
interrupción legal del embarazo. Esa es una acción notable, como tantas otras
de Alfredo.
PS: Me hubiera
gustado suscribir el voto del Dr. Gustavo Bruzzone en el incidente de
excarcelación de Omar Chaban en el marco de la investigación por los hechos
ocurridos en Cromagnon. Mostró compromiso, coraje y coherencia, prácticamente
todo lo que a mi me falta.
9. ¿Qué ley o doctrina vigente en Argentina le gustaría
cambiar de inmediato?
LL: Urge cambiar el
procedimiento penal federal. Es una vergüenza que sigan operando con normas que
prácticamente todas las provincias han asumido como contrarias a la
constitución, ineficientes, restrictivas del ejercicio de derechos. Diría que
urge eliminar la justicia federal, pero si eso no se puede, al menos deben
renovar su procedimiento y con ello todos los inventos jurisprudenciales que
generan.
PS: Despenalizaría
de inmediato, de un modo categórico, mediante un texto que no deje lugar a
interpretaciones de ningún modo, la tenencia de estupefacientes para consumo
personal.
10. ¿Sobre qué caso(s), tema(s) o proyecto(s) se encuentra
trabajando actualmente?
LL: Estoy escribiendo un
texto para la publicación del Encuentro sobre Feminismos y Política Criminal
que el INECIP desarrolló en septiembre de 2018.
Desde mi trabajo, estamos
trabajando en la elaboración de dos cosas bastante interesantes: 1) Un análisis
sobre la situación procesal concreta de las personas que se encuentran en
prisión preventiva en la provincia (para ver qué porcentajes están esperando
juicio, cuántos han tenido juicio y están en impugnación, cuántos a la espera
del recurso extraordinario, etc.) con la finalidad de generar un reporte
periódico que nos permita evaluar cómo estamos administrando las medidas
cautelares; y 2) un reporte sobre el destino de los casos que se judicializan
en el fuero penal de la circunscripción y los tiempos que se demoran en el
tránsito de una etapa a otra, con la finalidad de compartir esa información
como una forma de rendición de cuentas. Estamos también intentando hacer un
análisis de costos para verificar cuál sería el impacto real de extender la
competencia de les jurades populares a más casos que los que actualmente
deciden.
Para esa época dorada que
les judiciales conocemos como “la feria” estoy buscando bibliografía para
intentar escribir algo sobre el uso del lenguaje judicial y las obligaciones de
les jueces en transmitir claramente sus decisiones.
PS: Actualmente
continúo revisando los tachos de basura del Poder Judicial en busca de
materiales para ampliar mi trabajo Forum
Shopping Reloaded.
11. ¿Cuál fue la obra artística (disco, teatro, cine) o libro
no jurídico (de ficción o no ficción) que más le impactó en los últimos
tiempos?
LL: Me gustó mucho la
serie “Merlí” (por todo aquello de la enseñanza, la pasión y la enorme
posibilidad de construcción que da un aula). Ahora estoy terminando un libro
que me pareció genial: Laëtitia o el fin de los hombres, de Iván Jablonka.
Un libro que presenta la historia de un caso judicial de una forma magistral y
totalmente alejada de la pavada incomprensible que solemos hacer les
judiciales.
PS: El libro
que más me impactó en los últimos tiempos, sin ninguna duda, es La sombra del viento, de Carlos Ruiz
Safón.
12. Si tuviera que nominar un juez para la Corte Suprema
Argentina, ¿cuál sería su opción?
LL: Ángela Ledesma, una
mujer con una comprensión amplia de la administración de justicia (no desde la
“islita” de penal sino desde el funcionamiento de los procesos en forma
integral). Una mujer que se hizo lugar en un mundo de hombres en momentos
muchos menos cómodos que el actual. Una mujer comprometida con la
transformación judicial. Sobre todas las cosas: una mujer.
PS: Si tuviera
que nominar un juez para la Corte Suprema de Justicia no dudaría un segundo:
María Laura Garrigós de Rebori. Alternativamente, ofrecería a Luis Cabral.
13. Según lo que sabe y conoce del sistema actual, ¿tiene
confianza en la justicia argentina?
LL: Tengo confianza en la
justicia neuquina. No creo que exista tal cosa como la “justicia argentina”.
Por fuera de Neuquén, que con sus enormes problemas creo que viene transitando
hace años el camino de un diseño de procesos que hacen más difícil a les
operadores la arbitrariedad, tengo confianza en personas concretas que trabajan
en otras justicias. Si la pregunta se refiere a la justicia federal como ya
debe haber quedado claro no: no tengo ni la más mínima confianza en ese
sistema.
PS: No tengo la
menor confianza en la justicia argentina. Cero.
14. ¿Qué le hubiera gustado ser o hacer, de no haber
estudiado abogacía?
LL: Camionera. Les
camioneres son, en general, buenas gentes, andariegues, libres. Saben dónde
están los mejores lugares para comer, conocen el país, no tienen arraigo. Todas
esas cosas me caen bien. Y tienen una representación sindical súper poderosa,
que siempre es importante.
También me hubiera gustado
(y algún día lo haré) tener un bar.
PS: De no haber
estudiado abogacía me hubiera gustado ser el cantante de los Red Hot Chilli Peppers.
15. ¿Cuál cree que es la influencia de la teoría jurídica en
la práctica?
LL: Creo que es muy
importante. Como importante es tener claro que hay quienes tienen enorme
habilidad (o alguna) para desarrollar teoría jurídica y quienes tienen enorme
habilidad (o alguna) para dedicarse a la práctica del derecho. Y no siempre
unes coinciden con otres. Es decir: quien se dedica a la teoría no siempre
(casi nunca, diría yo) tiene habilidades para la práctica y viceversa. Yo soy
una persona “de la práctica”. Y me genera una sensación de “eureka”, un placer,
una satisfacción enorme cuando me cruzo con un libro, un texto, una entrevista,
un algo donde un profesor o profesora se refiere a los temas que estoy
trabajando, les da un marco teórico y los desarrolla en el sentido que quiero
darle a alguna decisión o intervención que quiero tomar sobre la práctica.
Contar con personas que están pensando y pensándonos es súper importante.
Asumir que no todes podemos dedicarnos a todo, lo es aún más.
PS: Creo,
lamentablemente, que la influencia de la teoría jurídica en la práctica ha
quedado reducida a una mínima expresión, y que las herramientas más útiles para
litigar —y esto nos define— vienen del periodismo, de la política y del uso intensivo
de las relaciones personales y/o profesionales.
16. ¿Qué tiene que tener un jurista?
LL: Coherencia, coraje y
apego a lo que sucede en sus días. “La cabeza piensa donde los pies pisan”,
dice Frei Betto en los diez consejos para los militantes de izquierda. Tener
siempre presente eso me parece fundamental para el ejercicio de nuestra tarea,
desde donde sea que la desarrollemos.
PS: ¿Que tiene
que tener un jurista? Sabiduría, supongo. Formación, estudios en derecho
comparado, y sin dudas, sus conocimientos deben ser acompañados por alguna
experiencia práctica, por lo menos para mi.
La
última parte del "cuestionario" no es una pregunta sino un pedido. Se
le pide al encuestado que él mismo nos cuente en prosa y en primera persona,
sobre sus mojones educativos (lugar de primaria, secundaria, universidad, año
de graduación), profesional (docencia, cargos públicos, cargos privados,
función actual) y misceláneos (familia, hobbies, y cualquier etcétera), un poco
para saber quién es quién. No hay condicionamientos y copiamos textualmente lo
que recibimos.
Soy Leticia Lorenzo. Hija única criada sólo por mi madre
(y nuestra inmensa ampliada familia). Nacida en una fecha, anotada en otra, con
el inicio de la última dictadura en el medio y una marca en ese sentido. Madre
trabajadora social, muy comprometida con aquella idea de la cabeza piensa donde
los pies pisan. Padre biológico (ausente pero no tanto) y padre de la vida
peronistas. Peronistas de verdad. Heredé lo mejor (o lo peor) de madre y
padres.
Nací en Buenos Aires pero
a los seis meses de vida ya estaba viviendo en Zapala, centro de la provincia
del Neuquén. Aquí hice el jardín de infantes (Jardín 8), la escuela primaria y
la secundaria (en la Escuela Normal que se transformó en mis últimos años de
secundaria en Instituto de Formación Docente con la “provincialización” de las
escuelas nacionales). Egresé como bachiller con orientación físico matemática
en 1994. Durante el último año de secundaria hice tres materias del CBC por el
programa UBA XXI; de esas materias aprobé dos. Estudié derecho en la UBA; me
recibí en el 2000.
En 1997 empecé a trabajar
en el INECIP y eso marcó mi vida profesional. En 1998 tuve la oportunidad de viajar
a hacer una pasantía junto a mi amiga eterna Ileana Arduino a Guatemala y eso
abrió mi mente completamente. En enero de 2001, ya recibida, me fui con otro
intercambio del INECIP a hacer una pasantía de dos meses a Bolivia… y me quedé
allí viviendo siete años. Bolivia cambió completamente mi forma de ver el
mundo. Todo lo que soy y todo lo que sé es en gran parte gracias a (o culpa de)
mi vida en Bolivia. Allí trabajé para el Congreso, el Ministerio de Justicia y
en mi último tiempo en la Vicepresidencia del Estado Plurinacional. Reforma
judicial y acceso a la justicia fueron siempre los ejes.
Luego me fui a trabajar a
Chile, donde estuve en el CEJA entre 2008 y 2011 como Directora de Programas.
Con el CEJA tengo relación desde 2004 y también ha influido mucho en mi
formación y mi forma de trabajo. Me ha permitido andar todo el continente, dar
clase, conocer gente y ver que el mundo no termina en la puerta de mi casa. Y
eso es algo que agradezco inmensamente.
En 2011 volví a la
Argentina. Estuve nuevamente en el INECIP como encargada de capacitación y en
2012 ya me vine nuevamente a Neuquén. Desde 2013 trabajo en el Poder Judicial.
Hasta mayo de 2018 estuve a cargo de la escuela judicial y desde ese momento
hasta ahora soy jueza de garantías penal. Estoy muy orgullosa del Poder
Judicial neuquino y de mi trabajo en él. Cada fecha, cada trabajo, cada llegada
a un lugar, es una historia que me encantaría contar. Pero lo dejo para otros
cuestionarios. Agradezco a Bovino por invitarme a hacer este recorrido y por
todo, siempre.
Soy Pablo Slominsqui. He cursado
la escuela primaria en la escuela Juan José Castelli, la secundaria en la
Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, y me recibí de abogado en la
Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Antes de ser feliz
trabajé en un juzgado federal de capital federal. Hoy soy un abogado más, en el
mejor sentido de la expresión. Vivo en Palermo, tengo una familia espectacular
(mujer, hijastros, sobrinos, perras —2— y gato), me gusta mucho leer
policiales, me aburre mucho el futbol y todo lo que se vincule con esa
actividad, y soy ultra fan de Iron
Maiden.
1 comentario:
Boe, "pesimista"? yoooo??? probablemente. Me da esperanzas que MI amigo PS lo redujo a la abogacìa, no soy pesimista, soy REALISTA. Cantante de REd HOt??? (por los abdominales?); lectores: esto es mentira, si PS no fuera abogado sería escritor, novelista.
Besos a PS y LL.
Natalia Sergi
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