Pasan los años y la impunidad de los jueces me sigue causando
asombro. Me causa mucho asombro, especialmente, cuando se logra su exposición
ante la opinión pública en algún asunto que debería provocar una marcha atrás,
una renuncia o una destitución. Sin embargo, ese "debería" por lo
general no se concreta.
El caso del candidato a camarista civil de Tierra del
Fuego es aún más asombroso. Este señor aprendió a prevaricar antes de ser juez,
es otro caso para el Guinness de la justicia fueguina. Algunas de las grandes
contribuciones al derecho aportada por jueces fueguinos se pueden ver acá .
Gabriel Ramonet es un periodista muy preocupado por la
justicia. Es por ello que escribió el excelente libro Justicia adicta. Breve historia del poder judicial de Tierra de Fuego(1994-2007), en donde dijo, entre mucha cosas, lo siguiente:
¿Cuánto tiempo demora una institución
en volverse estructuralmente corrupta? ¿Cómo es el proceso de degradación de un
poder del Estado desde su nacimiento, libre de vicios y prácticas corporativas,
hasta su captación total por intereses políticos o mafiosos? Este libro se
propone describir la breve pero contundente historia del Poder Judicial de la
provincia de Tierra del Fuego, en el extremo sur de Argentina. No se trata de
un simple capítulo más de las aventuras de gobiernos poco escrupulosos de los
que proliferan —por desgracia— en Latinoamérica, y que en estas latitudes
tuvieron su máxima expresión contemporánea durante la década del ex presidente
Carlos Menem. El objetivo del trabajo es entender a la corrupción estructural
desde el mismo momento de su génesis, a partir de un caso en extremo atípico
como es la vivencia de la creación de una institución nueva, en un Estado que
también acababa de inaugurarse, en un territorio alejado de los principales
centros de poder. Una historia acelerada, como si quisiera alcanzar los años de
ventaja que le llevan otras provincias, convirtió a la Justicia fueguina en un
modelo a escala que reproduce los mismos vicios y responde a la mismas
estructuras corruptas de otros lugares con pasado extenso y abundante
experiencia en gobiernos de tinte feudal.
Hace
poco tiempo, informó sobre el grave problema
de la participación de un ex miembro del Consejo de la Magistratura fueguino en
el concurso para camarista civil de la justicia de Tierra del Fuego.
El problema era que el abogado Daniel Alejandro Sacks se
inscribió en ese concurso poco tiempo
después de cesar en su función de consejero y que, además, él había intervenido en la decisión que había dejado vacante el
cargo al que ahora aspira en ese mismo concurso.
Así, queda claro que el candidato ya evaluó a algunos de
los mismos concursantes que ahora compiten con él y participó en la decisión
que dejó vacante el cargo que ahora quiere para él. Estas circunstancias fueron
informadas por Ramonet en esta nota de junio de este año. Total normalidad.
Además, él compartió despacho en el ejercicio de la
profesión con uno de los actuales consejeros. En este sentido, Ramonet ha
informado cómo fue "blanqueada" esta circunstancia:
Sacks declaró entre sus antecedentes que entre
2010 y 2011 compartió estudio jurídico con el legislador del Frente para la
Victoria Federico Bilota, otro integrante del actual Consejo de la Magistratura
que participa como jurado del concurso.
El propio Bilota se encargó de interrogar a Sacks sobre este tema en la entrevista oficial del certamen: el abogado contestó que “no fueron socios” sino que Bilota le facilitó un lugar en su estudio para ejercer la profesión, y que nunca representaron juntos a ningún cliente ni tuvieron expedientes en común.
No sé
a ustedes, pero a mí me parece que esa explicación no justifica nada.
Y otro de los consejeros lo tiene como asesor legal en la
legislatura por $ 45.000 mensuales y tiene como secretaria privada a su esposa.
Según el legislador, el hecho de que su secretaria privada sea esposa del
abogado asesor no tiene nada que ver con el concurso. El puesto de asesor en la
legislatura, además, no fue informado por el candidato entre sus antecedentes
de "cargos públicos"... De nuevo, total normalidad.
Yo ya conocía lo que es la impunidad de jueces y
consejeros en Ushuaia, lo aprendí en el caso de las firmas falsas en
resoluciones judiciales, también en el caso de documentos sin firma de
Donamaría que luego de pasar por las manos del perito oficial, del fiscal Massimi, del tribunal de juicio y
de su secretario, entre otros, aparecieron firmados. Pero los jueces y los consejeros se
ocuparon de impedir toda investigación a pesar de la gravedad de los hechos
denunciados.
Charlando privadamente con Gabriel Ramonet, le pregunté
qué repercusiones habían tenido sus notas sobre el tema. La respuesta fue:
Cero repercusiones.
Y esto es lo que me resulta más preocupante. ¿Qué es lo
que debemos hacer para que un órgano como el Consejo de la Magistratura cumpla
con parámetros mínimos de decencia? ¿Qué es lo que debe descubrirse para que circunstancias
como éstas, al ser conocidas, generen algún tipo de consecuencias, aunque sea
mínima, en un proceso de selección y designación de jueces?
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