Se acerca el final... El martes terminan los alegatos
en el juicio por el homicidio del joven Mariano Ferreyra,
y por la tentativa de homicidio de tres manifestantes, ocurridos el 20 de
octubre de 2010. En último término, el 26 de marzo presentara su alegato la
defensa de Lompizano.
El artículo del Código Procesal Penal de la Nación que
regula esta etapa procesal es el siguiente:
Artículo 393: Terminada la recepción de las pruebas,
el presidente concederá sucesivamente la palabra... a la parte querellante, al
ministerio fiscal y a los defensores del imputado..., para que en ese orden
aleguen sobre aquéllas y formulen sus acusaciones y defensas. No podrán leerse
memoriales...
...
Si intervinieren dos (2) fiscales o dos (2) defensores
del mismo imputado, todos podrán hablar dividiéndose sus tareas.
Sólo el ministerio fiscal, la parte querellante y el
defensor del imputado podrán replicar, correspondiendo al tercero la última
palabra.
La réplica deberá limitarse a la refutación de los
argumentos adversos que antes no hubieran sido discutidos.
El presidente podrá fijar prudencialmente un término
para las exposiciones de las partes, teniendo en cuenta la naturaleza de los
hechos, los puntos debatidos y las pruebas recibidas.
En último término el presidente preguntará al imputado
si tiene algo que manifestar, convocará a las partes a audiencia para la
lectura de la sentencia y cerrará el debate.
Luego de los alegatos de todas las partes, se nos concede
nuevamente la palabra, en la semana posterior a los feriados, para que nos ocupemos de la "refutación de los
argumentos adversos que antes no hubieran sido discutidos". Por ese
motivo, las réplicas son necesariamente más breves que los alegatos.
El punto que puede —y seguramente lo hará— generar
discusiones entre las partes consiste en determinar cuáles son los
"argumentos adversos" que no discutimos en nuestro alegato. Como se
imaginarán, haber hay muchos, pues es imposible prever todos los argumentos
posibles de 17 defensas, máxime que los acusadores hemos alegado en primer
término. De todas manera, no refutaremos todos ellos, sino solo aquellos que
consideremos que requieren de una réplica.
Esta ronda de réplicas es necesaria en todo debate realmente
contradictorio, pues de esa manera el tribunal puede escuchar las distintas
versiones de las partes sobre todos los puntos relevantes, ya que acusadores y
defensas se enfrentan con versiones necesariamente opuestas.
Una buena muestra de ello es, por ejemplo, el relato que
hiciera la defensa del "Gallego" Fernández sobre quién agredió a quién. A continuación la transcripción de una porción mínima de su extenso alegato, y luego el audio de esa misma parte.
Lo que vemos en las imágenes,
señores jueces, lo que pasó en la audiencia, no habla de planes ni de
conspiraciones, nada denota eso, por lo menos del lado de los ferroviarios. De lo que hablan las imágenes y prueba
del juicio es de dos enfrentamientos entre dos grupos, de una riña, de una riña
tumultuaria y violenta, que en el momento más álgido del segundo
enfrentamiento, con los dos grupos francamente enfrentados, en un franco
choque, derivó en los tristes resultados conocidos.
Un grupo de manifestantes armados
de palos, de piedras, de gomeras con su munición, bolas de vidrio, de plomo, y
otros elementos de metal, programó en detalle y concurrió a cortar las vías del
tren en la localidad de Avellaneda. El motivo alegado: apoyar el reclamo de los
tercerizados del ferrocarril, aunque estos eran notablemente pocos, y tampoco
eran, en rigor, tercerizados.
Los
agresores subieron a las vías y fueron repelidos por los ferroviarios
y por la policía cuando ya estaban debajo. Debido a esta acción, el servicio de
trenes estuvo interrumpido por veinte minutos. La situación agresiva se
mantuvo... la situación agresiva que
los manifestantes propusieron se mantuvo, y voy a decir porqué, hasta
lo que fue el desenlace final, una hora después. De esa monumental y lamentable
gresca resultaron un muerto y tres heridos del lado de los manifestantes, y
varios heridos de lado de los ferroviarios.
No fueron otros que los manifestantes quienes manejaron la
dinámica de los hechos, desde el principio hasta el desenlace. Dominan
la causalidad durante todo el evento, y hasta antes de la pelea final, porque
en una riña, no hay dominio de la causalidad, ni por un bando, ni por el otro.
Y la dominaron de manera clara para ellos, y dando a propósito señales confusas
para los demás. Eso trae varios problemas que ni siquiera fueron mencionados
aquí.
Nunca
se sabe lo que van a hacer. ¿Que habían decidido irse? No lo creemos.
Pero no por capricho o porque seamos malos, sino por su propia conducta
anterior. Dijeron que deciden irse entre las 10 y las 12, y simularon que se
iban para otro lado, pero dieron un rodeo y volvieron. Dijeron que solo querían
manifestar, que cantaban, que no fueron armados, que solo protestaban, que no
querían confrontar. Pero fueron muy armados y preparados; vieron a la policía; vieron a los manifestantes arriba de las
vías. Y atacaron las vías.
Fueron directamente a la lucha, a la confrontación.
Dijeron que se retiraban luego del
primer ataque, pero se los ve un largo rato en la plazoleta cercana al puente, más agresivos que nunca.
Le dijeron a la policía que
decidieron retirarse otra vez, que se van, pero de nuevo, eso no resulta
sincero. Se quedaron más de una hora en ese lugar, hasta el desenlace final.
Dijeron otra vez —y ya
sinceramente no resulta posible creerles, y la fiscalía por lo que dije,
tampoco les creyó— que se estaban retirando cuando los ferrroviarios avanzaron,
pero lo cierto es que se ha probado que a lo menos, un buen grupo de ellos se reunieron, levantaron sus banderas mirando
hacia las vías, se encolumnaron, y formaron un cordón como hacen siempre que
avanzan. Y que avanzaron, mientras juntaban piedras y se armaban de sus palos,
y sus gomeras, o las alistaban.
Se acredito también, en este
juicio, que fueron a la pelea,
a ese segundo enfrentamiento. Esto no
es solo relato, esto no es ficción. Esto es lo que se acreditó en este
debate.
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