UN GRUPO DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS JÓVENES DELANTE DEL CARTEL EN EL QUE SE LEE:
[II] Congreso Nacional Universitario y I Latino[americano] de Derecho Penal y Criminología
En esta foto, a la izquierda, de remera (polo, camiseta) azul, el actual Comisionado (miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, OEA), Víctor Abramovich
A propósito del XX Congreso Latinoamericano
Algunas actividades del Congreso ya fueron contadas en este post anterior. Pero ahora quiero hablar de loque sucedió en 1989, es decir, 20 años atrás. En 1988 habíamos organizado desde la Revista "Lecciones y Ensayos" (nada que ver con No Hay Derecho, es la revista oficial de la Facultad dirigida por estudiantes), el I Congreso Nacional. Dada la mala onda del entonces declano Saénz, y su total falta de apoyo, acordamos con una amiga de General Roca, Mónica Baldoni, Universidad del Comahue, que en 1989 se realizara allí el II Congreso Nacional. A uno de los amigos organizadores, el delirante y trabajador mendocino Sergio Rocamora, se le ocurrió que ése fuera el II Nacional y el I Latinoamericano. Mucho no me convenció la idea, pero así largamos.
El Congreso, con escasa concurrencia de estudiantes de otros países latinoamericanos, fue una experiencia alucinante. Lo que no fue tan alucinante fue de hacer de remiseros de tres compañeros que a esa altura del partido no sabían manejar. Partimos hacia el Congreso con Mary Beloff, Víctor Abramovich, Christian Courtis y Manuel Garrido. Pues bien, ni Abramovich, ni Beloff, ni Courtis, sabían lo que era una palanca de cambios. La ida no fue tan jodida, a pesar de que solo manejamos Manuel Garrido y yo. Pero el regreso fue otra cosa, después de cuatro días de congreso donde trabajábamos todo el día y nos divertíamos casi toda la noche, en los últimos 200 kms. no nos matamos porque, según dicen, "a los niños, a los borrachos y a los locos los protege Dios". Yo entro en al menos una de esas categorías, así que evitamos la tragedia.
El cansancio acumulado nos obligó a Manuel y a mí a manejar los últimos 200 kms. intercambiando el lugar del conductor cada 15 minutos porque nos dormíamos de manera inevitable. Pero ese fue el final. Volvamos al principio. El ambiente edilicio y el entorno natural —a mí me causa alergia, pero a la gente normal le gusta— eran mucho menos hostiles que en la Autónoma. Mónica Baldoni estaba aterrorizada y había trabajado como una esclava. Pero cuando llegamos la tranquilizamos bastante (imagínense cómo estaría que yo le tuve que dar contención). Aquí Mónica Baldoni con un tal Bovino que pesaba 30 kilos menos.
Después sigo contando los detalles, por ahora resucité algunas fotos.
Aquí abajo, de izquierda a derecha: Ale Rúa; Martín Abregú con la cabellera al viento; medio borroso quien parece ser Ricardo Rosenthal; y Fernando Córdoba. En la aprte inferior de la foto AB y Darío Naón.
Aquí abajo el actual Fiscal Nacional de Investigaciones Administrativas, señalando la tienda de un supuesto pariente patagónico
Por último, Martín Clemente, Mary Beloff y yo bailando algún extraño ritmo caribeño.
¡Éramos tan jovenes! Ese congreso en Comahue es mítico che, yo no pude ir cuando tenia la valija preparada por un problema personal, pero de unl fueron varios y hubo interesantes anecdotas, luego vino santa fe, despues rosario, despues cordoba, en esos estuve pero sospecho que si bien tuvieron mas presencias academicas no se le comparan al de comahue.