6 mar 2012

EL PEN DEBERÍA RETIRARSE DEL CASO "ONCE". Y BONADÍO TAMBIÉN


TIREN CONTRA BONADÍO









Audio parcial de una entrevista realizada a Manuel Garrido
por Romina Manguel y Martín Angulo






Desde el momento mismo del anuncio realizado por De Vido, muchísimas personas —tanto quienes apoyan a la Presidente como quienes no lo hacen— cuestionaron la medida. La separación entre K, noK, y antiK, fue como se difuminara. Los críticos pegaban duro, muchos K se llamaron a silencio, y otros cuestionaron la decisión de Bonadío.


Con el profesor Leonardo Filippini elaboramos un documento para generar el debate, que publicamos aquí, pero si bien obtuvo gran difusión, no generó debate alguno.


Se cuestionó no solo la eventual intervención del PEN como querellante sino, además, la intervención de TBA por parte del PEN. Se decía que era intención del PEN no quedar involucrado y que las culpas recayeran en TBA. En verdad —y esto no lo sé—, el hecho de que esas fueran las intenciones del PEN es irrelevante. La vieja frase "No solo hay que serlo sino también parecerlo" es de estricta explicación al  caso.


Pero pasemos ahora a la actuación de Bonadío. Cuando me enteré de que la causa había aterrizado en su juzgado escribí en Twitter que su intervención era un insulto a las víctimas. Los antecedentes del denunciado no son los mejores. Y desde que tomó el caso no dejó irregularidad por cometer.


Paradójicamente, Bonadío fue uno de los más firmes opositores a la intervención de la Oficina Anticorrupción, cuyas facultades legales declaró inconstitucional en varias oportunidades. Desde esa posición debió haber tenido que dar varios saltos mortales para poder aterrizar en aquella que permitió la participación del PEN como acusador particular.


El abogado Gregorio Dalbón, por su parte, demostró la falsedad del argumento del PEN sobre la finalidad de acompañar y proteger a los damnificados. En efecto, Dalbón recusó, apeló la sentencia y denunció a Bonadío por prevaricar. La denuncia cayó en el juzgado de la Chuchi (Servini), así que Bonadío puede estar tranquilo.


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