EL MÍTICO CONGRESO DE GENERAL ROCA
Dedicado a Mónica Baldoni
Era noviembre de 1989. Unos meses antes, Sergio Rocamora (alias Rocatrucho) la había engañado vilmente a Mónica Baldoni diciéndole que organizar el Congreso era una boludez. Mónica mordió el anuelo y se comió un karma como organizadora casi a solas de tremendo Congreso.
Fue el segundo. El primero lo había organizado Rocatrucho contra la voluntad del decano (Sáenz) con todo un séquito de colaboradores, entre los que me encontraba. En Buenos Aires, en 1988, había habido 800 personas, y había sido impresionante. Pero nada como la experiencia de General Roca.
Ya no recuerdo todos los profesores que fueron, pero me acuerdo de Alberto Binder, Tute Baigún, Carlos Cárcova, Gustavo Cosacov, Juan Carlos Ferré Olivé (con sus discretas bermuditas), Lucila Larrandart, Juan Pegoraro, Marcelo Sancinetti, Luis Moreno Ocampo, Juan Terradillos Basoco, Julio Virgolini y Raúl Zaffaroni (a ver si me ayudan que no me acuerdo de todos).
Fue el segundo. El primero lo había organizado Rocatrucho contra la voluntad del decano (Sáenz) con todo un séquito de colaboradores, entre los que me encontraba. En Buenos Aires, en 1988, había habido 800 personas, y había sido impresionante. Pero nada como la experiencia de General Roca.
Ya no recuerdo todos los profesores que fueron, pero me acuerdo de Alberto Binder, Tute Baigún, Carlos Cárcova, Gustavo Cosacov, Juan Carlos Ferré Olivé (con sus discretas bermuditas), Lucila Larrandart, Juan Pegoraro, Marcelo Sancinetti, Luis Moreno Ocampo, Juan Terradillos Basoco, Julio Virgolini y Raúl Zaffaroni (a ver si me ayudan que no me acuerdo de todos).
Toda la elegancia de Juan Carlos Ferré
I. El viaje
Nosotros fuimos en mi auto (¿era el Renault 9?) con Víctor Abramovich, Mary Beloff, Christian Courtis y Manuel Garrido. Tuvimos que manejar los mil no sé cuántos kilometros Manuel y yo, porque los otros tres no sabían conducir un automóvil. A la ida, todo bien. A la vuelta, no nos matamos de pedo, porque los últimos 200 kilómetros tanto Manuel como yo veníamos muertos de cansancio. Los otros tres solidarios roncaban a pata suelta. Con Manuel rotábamos cada media hora para no dormirnos, pero igual casi nos llevamos puesto un camión de frente.
Nosotros fuimos en mi auto (¿era el Renault 9?) con Víctor Abramovich, Mary Beloff, Christian Courtis y Manuel Garrido. Tuvimos que manejar los mil no sé cuántos kilometros Manuel y yo, porque los otros tres no sabían conducir un automóvil. A la ida, todo bien. A la vuelta, no nos matamos de pedo, porque los últimos 200 kilómetros tanto Manuel como yo veníamos muertos de cansancio. Los otros tres solidarios roncaban a pata suelta. Con Manuel rotábamos cada media hora para no dormirnos, pero igual casi nos llevamos puesto un camión de frente.
Con Mary Beloff y Martín Clemente
(nótese el detalle de mis jeans rotosos)
(nótese el detalle de mis jeans rotosos)
Continuará...
3 comentarios:
Recuerdo que tenia intriga de comoo era Alberto Bovino al que solo conocia por telefono despues de horas y horas de conversaciones para la organización y otras yerbas. Y todos me mintieron, me dijeron que iba a venir una persona elegantemente vestido, de traje y corbata y .... apareció Bovino con su camisa afuera, jeans rotos y los pelos parados.....
Lo esencial es invisible a los ojos... Ya desde entonces empezaron mis personalidades múltiples...
Beso grande, AB
Alberto: lo de "toda la elegancia" me parece perfecto. Asi es como se deben pronunciar las conferencias!!! Pero allí dice "continuará" y no vemos la continuación... ¡Que congreso más memorable!
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