Litigación
penal en un sistema acusatorio y juicio por jurados:
los “buenos aires” del
cambio, por Mauro Lopardo
Sábado
25 de noviembre del año 2011, una mañana soleada en la serena y atractiva
ciudad de Bahía Blanca. Una gran expectativa que resonaba días atrás estaba a
punto de concretarse en forma de simulacro en el Palacio de Tribunales de la
calle Estomba 34: se iba a llevar a cabo la primer audiencia de debate oral con
participación de jurado popular, a modo de cierre del tercer Concurso Nacional Universitario de Litigación
Penal (CNULP).
Desde el año 2008 el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias
Penales y Sociales (INECIP) realiza, en el país y en forma anual, esta
competencia en coordinación con Universidades Nacionales de distintos puntos
del país. El objetivo de este concurso es impulsar la implementación de
programas destinados a formar a los estudiantes universitarios en la lógica y
dinámica de litigación de un sistema oral.
En esta oportunidad los
participantes fueron: la Universidad Nacional de Buenos Aires, la Universidad
Nacional del Nordeste, la Universidad Nacional de La Pampa, la Universidad
Nacional de la Patagonia San Juan Bosco–Puerto Madryn, la Universidad Nacional
de Córdoba, la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco–Trelew, la
Universidad Nacional del Sur, la Universidad Nacional de Mar del Plata, la Universidad
Nacional del Comahue, la Universidad Nacional de Rosario, la Universidad
Nacional del Litoral y la Universidad Nacional del Sur 2.
Mis compañeras (Florencia Rapaport y Marcela Urreta Viscaya) y yo, fuimos en representación de la Universidad de
Buenos Aires, y desde que bajamos del avión, nuestros sentimientos resultaron
concurrentes: alegría, emoción y expectativa.
La competencia en sí fue apasionante
e inspiradora. Pero hay una realidad que debo poner de resalto: es admirable y
sorprendente el nivel de formación académica que tienen muchas de las
universidades del interior de nuestro país, y puntualmente, el grado de
desarrollo y preocupación sobre la enseñanza de técnicas de litigación penal.
Al respecto, he tenido oportunidad
—por suerte— de conversar con chicos de diferentes sectores del país, y a modo
de ejemplo, algunos me han comentado que en sus respectivas ciudades tienen
materias de litigación penal que se enseñan durante todo un año… —SÍ, TODO UN
AÑO— (cuando nosotros en Buenos Aires sólo contamos con la “práctica
profesional", donde únicamente se enseña la procuración de expedientes y
la confección de escritos que hacen al propio procedimiento).
Una obviedad que no está demás apuntar:
hay provincias que –en la actualidad– cuentan con un código de procedimientos
acusatorio, y por ende tienen muy en claro las cuestiones y puntos centrales
que hacen al "procedimiento
adversarial", y eso en los simulacros del concurso pudo fácilmente
advertirse: en las universidades se instruye no sólo en qué es una objeción, un
alegato de apertura y de clausura, el método de examen y contra examen; sino
que también se enseña (y esto es lo importante) cómo en la práctica se debe objetar, cómo fundamentar en cada caso, qué
tipo de preguntas hacer, cuáles no, cómo hacer un alegato de apertura, uno de
clausura, qué introducir y qué no, y fundamentalmente, cómo se debe valorar la
prueba producida en un debate oral, etc., etcétera.
En lo personal puedo destacar mi
felicidad y agradecimiento por haber tenido esta maravillosa oportunidad, pero
al mismo tiempo, debo decir que, puntualmente en lo que hace al sistema
procesal penal del código federal, no me siento conforme con el nivel de
enseñanza y la currícula de materias que al presente posee nuestra Universidad
de Buenos Aires.
Soy de la idea de que la UBA junto
con su excelente cuerpo de docentes deben impulsar el análisis sobre estas
cuestiones y generar aires de cambio, ya que al presente, podemos notar que la
provincia de Córdoba ya no es la única que cuenta con un sistema procesal
avanzado en la materia, pues, puntualmente el día 24/10/2011 la provincia de
Neuquén ha logrado —por unanimidad— aprobar su nuevo código procesal penal por
el cual se pretende acortar los tiempos de duración de los procesos y de la
prisión preventiva, implementar una etapa preparatoria oral del Ministerio
Público Fiscal para dejar atrás la instrucción escrita y burocrática actual, es
decir, que lo que se busca es simplificar el proceso para que los pasos de la
justicia sean públicos y más transparentes.
Hay una sola realidad que
objetivamente debemos comprender: estos aires de cambio de a poco se van
extendiendo a lo largo y ancho del territorio nacional, y seguramente en poco
tiempo se respiren en nuestra provincia de Buenos Aires, como lo ha dicho la Presidenta
de la Nación días atrás: “Sería bueno
comenzar a repensar si podemos recuperar esa demanda constitucional del juicio
por jurados”.
Esto no sólo es una esperanza para
mí, sino que obviamente se traslada indefectiblemente a los sentimientos de
todos los chicos recién graduados como yo, los que vendrán y lo que de antaño
ya lo son.
Si efectivamente se aproxima un
cambio estructural en el sistema procesal, de una vez y desde ahora debemos
empezar a tomar conciencia en la lógica y en la dinámica del sistema que se
avecina y sobre las respectivas técnicas en litigación, para de este modo tener
en claro cuáles son las practicas necesarias que harán a la capacitación en
dicha materia.
En síntesis: el trabajo que hace y
que hizo la gente de INECIP en conjunto con la Universidad del Sur es admirable
y debe siempre ser destacado.
Mis compañeras y yo vivimos una
experiencia increíble, y ojalá, actividades de esta índole se hicieran
constantemente y con posibilidad de acceso para muchos.
Saludos cordiales, Mauro Lopardo.