23 nov 2010

Los fumadores no somos humanos

El derecho humano antifumador

Por AB





¡Lo que faltaba! Al lobby del fascismo saludable antifumadores se le ha dado por invocar los derechos humanos que pretenden pisotear diariamente.


Representantes de 171 países en los cuales el Gobierno se llena los bolsillos con los impuestos por la venta de cigarrillos, producto lícito de venta libre en el mercado, se reunieron en Punta del Este y declararon su “preocupación por las acciones de la industria tabacalera que buscan socavar las políticas de control del tabaco”. Si los gastos de tan eminentes representantes nacionales fueron pagados con el dinero obtenido de los impuestos al tabaco es un dato que no tenemos. Lo que sí sabemos es que emitieron una “Declaración”:



En la Declaración de Punta del Este –que aprobaron por aclamación los representantes de los 171 países– se destaca “la necesidad de intercambiar información sobre las actividades de la industria tabacalera que interfieren la aplicación de políticas de salud pública”, “la preocupación por las acciones de la industria tabacalera que buscan subvertir y socavar las políticas gubernamentales” y “la necesidad de incluir el tema ‘desafíos al control del tabaco’ en la cumbre sobre enfermedades no trasmisibles que organiza Naciones Unidas para 2011”. Estos buenos señores establecieron que la información sobre el tabaco y sobre las acciones de las tabacaleras es un derecho humano. Apoyaron a Uruguay en su conflicto con Philip Morris.


Así que “esa” información es un derecho humano —que lo es—, pero la información en el mercado de la aparición de una nueva marca de cigarrillos no lo es. La publicidad comercial de los derivados del tabaco ha sido pisoteada, amordazada, obligada a emitir opiniones —ya no información— que debería ser emitida por el Estado y no por las empresas, y finalmente censurada.


El tabaco es un producto comercial lícito, cuya venta es autorizada y supervisada por el Estado. Parece que las tabacaleras fueran alienígenas invasores cuyo objeto consistiría en exterminar a la raza humana. El valeroso Estado “resiste” la invasión haciendo declaraciones y prohibiendo publicidad.


Al mismo tiempo, autoriza y fomenta la producción de tabaco, y se llena los bolsillos de dinero con la venta de sus productos derivados. El Estado es, al menos, cómplice, sino coautor. ¡Déjense de joder!

3 comentarios:

Pensando en Derecho: dijo...

Cuanta hipocresia desde los señores que se sientan en un comodo sillón a decidir hasta que calzoncillos nos debemos poner en vez de tratar las cuestiones de importancia.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Aqui te dejo unos links de nuestra plataforma en internet por si te interesa unirte a nosotros.
Plataforma Prohibido
Prohibir.

Canal de Facebook.
Canal de Twitter.
Muchas gracias
Un saludo

Anónimo dijo...

Estado paternalista? Naaahhhh, qué va! Estado hipócrita? Mucho menos. Son unos caraduras!