Éste es el blog personal de Alberto Bovino. Las notas no son escritas en calidad de miembro de ninguna institución, estudio jurídico o universidad, y expresan nuestras opiniones personales. Las entradas son de exclusiva responsabilidad de quienes la firman.
30 nov 2010
28 nov 2010
LA TESIS DE DANIEL RAFECAS
La presentación
El pasado 18 de noviembre de 2010 se presentó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires la tesis doctoral del Dr. Daniel Rafecas. La tesis fue publicada por Editores del Puerto con el título La tortura y otras prácticas ilegales a detenidos, con Prólogo del Prof. Dr. David Baigún. La presentación estuvo a cargo de los Dres. Ignacio Anitua, Luis Niño y DavidBaigún.
En primer lugar, Anitua realizó una detallada descripción del contenido de la obra, destacando especialmente el entramado interdisciplinario empleado por el autor para abordar un tema tan complejo como el de la tortura, tanto desde una perspectiva universal, como regional y, en particular, del contexto argentino.
El Dr. Anitua ponderó las fuentes históricas y sociológicas en las que abreva la tesis de investigación, como también la rigurosidad —propia de la buena dogmática penal— para abordar todas las cuestiones jurídico-penales relacionada con los delitos de torturas, apremios ilegales, vejaciones y detenciones ilegales analizados a partir del tercer capítulo del libro. Concluyó su exposición destacando la verificación de las hipótesis de trabajo de la tesis. Finalmente, destacó de manera especial el hecho de que la obra de Rafecas ya ha dejado de pertenecerle, ha pasado a integrar el saber de las disciplinas penales, y como tal, se ha transformado en una herramienta intelectual generadora de debates, discusiones y críticas sobre las complejas cuestiones tratadas.
El Dr. Niño intervino a continuación. Su comentario no apuntó a la obra sino a la maduración intelectual del autor. Recordó los primeros pasos dados por el Dr. Rafecas, al aceptar hace muchos años una invitación a participar de una obra colectiva sobre los “Delitos contra la libertad”, empresa que culminó satisfactoriamente con la publicación hace siete años de un libro con ese título, bajo la dirección de Stella Maris Martínez y el panelista.
El Dr. Niño destacó el desarrollo evidenciado por el autor a partir de entonces y hasta la cristalización de esta obra, en especial con respecto al tema de la tortura, para lo cual era evidente cómo el Dr. Rafecas había capitalizado la experiencia y el contacto con investigaciones por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar, que tramitan en el Juzgado Federal a su cargo, y que se ve plasmado en el contenido y desarrollo de la tesis.
Finalmente, tuvo lugar la intervención del Dr. David Baigún, quien fuera a la vez director de la tesis y prologuista del libro presentado en el acto. Baigún sorprendió al público presente y al resto del panel, al advertir que su intervención no iba a estar dirigida a hacer comentarios acerca del libro, sobre cuyos méritos e importancia ya habían expuesto los dos juristas que lo precedieron en la palabra, sino que era su intención detenerse en la figura del autor. Tute Baigúncontó que conoce a Rafecas desde que éste era un joven estudiante de la carrera, quien luego, como graduado, ingresó en la carrera docente y estuvo durante unos años en su cátedra, y a partir de allí siempre estuvo en contacto con él, en el marco de las intensas actividades académicas de ambos. En todo este tiempo, ponderó Baigún, Daniel Rafecas ha sido un ejemplo de coherencia intelectual y de valentía, como docente y como juez. Destacó del autor su fina percepción para prefigurar el advenimiento de cambios históricos, percepción que le ha permitido estar a la vanguardia de esos cambios y mostrando el camino, en especial a las nuevas generaciones.
Para cerrar el acto, el autor de la obra, Dr. Daniel Rafecas, comenzó por agradecer las palabras y conceptos vertidos por los panelistas, y al público por estar presente en el acto. Resaltó que dos eran los objetivos propuestos con este libro, en primer lugar, en el plano del deber ser, que esta tesis de investigación y sus conclusiones constituyan un aporte a las ciencias penales argentinas en sus distintos ámbitos, en especial en el estudio que se efectúa de estos tipos penales desde la perspectiva de las tres garantías penales constitucionales básicas (legalidad, lesividad, culpabilidad); y en segundo término, ahora en el plano del ser, expresó el autor su deseo de que la obra en cuestión se convierta en una herramienta de trabajo para los operadores del sistema penal, de modo tal que contribuya a una mayor y mejor selección de estos delitos ‑—que en todos los casos constituyen graves afectaciones a los derechos humanos básicos de libertad, dignidad y en muchos casos, la propia vida— por parte de las agencias judiciales, y de este modo, que se vaya reduciendo el ejercicio del más brutal poder punitivo subterráneo que lamentablemente aún persiste en muchos ámbitos, especialmente policiales y penitenciarios, a lo largo y ancho del país. En este sentido, concluyó el Dr. Rafecas, descontaba el aliento y la ayuda de todos los presentes, colegas y amigos, para lograr esos objetivos, tan preciados para la consolidación de nuestro sistema democrático.
Comentarios recibidos por el autor
Querido Daniel:
Acabo de recibir tu excelente libro de la tortura que supera con mucho lo que ya me mandaste en una versión anterior. Se ve que lo has trabajado a conciencia y que conoces el tema a la perfección, tanto en sus aspectos jurídicos, como en los otros en los que incide directamente este tema. Enhorabuena. Gracias también por la referencia a tu estadía en Sevilla.
Un abrazo
Paco (Prof. Francisco Muñoz Conde)
16/11/2010
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Querido Daniel:
Te felicito por haber producido una obra que se haga cargo de una temática tan esencial como su título lo indica. Seguramente será un aporte enorme para clarificar, ayudar a la toma de conciencia, y además para servir de fundamento teórico a quienes recorremos estos mismos caminos de lucha.
Un fuerte abrazo con mi gran reconocimiento y todo mi afecto.
Hugo Cañón
15/11/2010
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Daniel:
Estos días me fui a Cariló y ayer pude terminar de leer el libro. Me pareció muy bueno, sobre todo la parte en que habla de las diferencias entre torturas y apremios y/o vejaciones, como así también las características de éstos últimos. ¡Qué bueno que haya un libro específico sobre esta clase de delitos! Lamentablemente, y por el rol que me toca desempeñar en el proceso, soy consciente de que les va a servir muchísimo a los fiscales y a los querellantes. El tema de la comisión por omisión, de la posición de garante, de la autoría mediata, etc., es una posición muy respetable, como también lo es la contraria, la mantenida por Zaffaroni y Silvestroni. Por supuesto, que tendré que apoyarme en estos autores y no tanto en vos, ja ja.
Más allá de la seriedad del libro, por las citas, fallos, doctrinas y la profundidad abordada, noté algo que me parece muy importante: la fluidez de su lectura y la sencillez del desarrollo de los temas.
Te cuento un caso: estábamos en la playa antes de ayer, y veo a mi viejo que se pone a leer tu libro (es médico). Al rato, veo que sigue con el libro. Pensé: para qué lo lee si no va a entender nada o peor aún, luego me va a hacer 20 preguntas sobre el tema. A la noche, se me acerca y me dice: "Muy interesante ese libro, sobre todo cuando habla de la diferencia entre tortura y apremios". Y nos pusimos a hablar unos minutos sobre ello.
En síntesis: me parece un gran logro realizar un libro que pueda ser entendido o comprendido por cualquiera. Sobre todo, me parece perfecto desarrollar ideas o pensamientos en forma clara y concreta, sin tantas palabras o frases sofisticadas que, muchas veces, no dicen nada.
Te mando un abrazo y, nuevamente, felicitaciones.
Mariano (lector anónimo)
24 nov 2010
23 nov 2010
Los fumadores no somos humanos
El derecho humano antifumador
Por AB
¡Lo que faltaba! Al lobby del fascismo saludable antifumadores se le ha dado por invocar los derechos humanos que pretenden pisotear diariamente.
Representantes de 171 países en los cuales el Gobierno se llena los bolsillos con los impuestos por la venta de cigarrillos, producto lícito de venta libre en el mercado, se reunieron en Punta del Este y declararon su “preocupación por las acciones de la industria tabacalera que buscan socavar las políticas de control del tabaco”. Si los gastos de tan eminentes representantes nacionales fueron pagados con el dinero obtenido de los impuestos al tabaco es un dato que no tenemos. Lo que sí sabemos es que emitieron una “Declaración”:
En la Declaración de Punta del Este –que aprobaron por aclamación los representantes de los 171 países– se destaca “la necesidad de intercambiar información sobre las actividades de la industria tabacalera que interfieren la aplicación de políticas de salud pública”, “la preocupación por las acciones de la industria tabacalera que buscan subvertir y socavar las políticas gubernamentales” y “la necesidad de incluir el tema ‘desafíos al control del tabaco’ en la cumbre sobre enfermedades no trasmisibles que organiza Naciones Unidas para 2011”. Estos buenos señores establecieron que la información sobre el tabaco y sobre las acciones de las tabacaleras es un derecho humano. Apoyaron a Uruguay en su conflicto con Philip Morris.
Así que “esa” información es un derecho humano —que lo es—, pero la información en el mercado de la aparición de una nueva marca de cigarrillos no lo es. La publicidad comercial de los derivados del tabaco ha sido pisoteada, amordazada, obligada a emitir opiniones —ya no información— que debería ser emitida por el Estado y no por las empresas, y finalmente censurada.
El tabaco es un producto comercial lícito, cuya venta es autorizada y supervisada por el Estado. Parece que las tabacaleras fueran alienígenas invasores cuyo objeto consistiría en exterminar a la raza humana. El valeroso Estado “resiste” la invasión haciendo declaraciones y prohibiendo publicidad.
Al mismo tiempo, autoriza y fomenta la producción de tabaco, y se llena los bolsillos de dinero con la venta de sus productos derivados. El Estado es, al menos, cómplice, sino coautor. ¡Déjense de joder!
El iPad: tecnología para el litigante
Mire este video tranquilo. Ahora imagínese que está litigando un caso cualquiera, en el cual la ubicación precisa en tiempo y espacio, y el eventual desplazamiento de los protagonistas del caso en el espacio, sea que se trate de un caso de mayor o menor complejidad, se torna una variable relevante.
El programa Mapas (maps.google.com) le permite ver la zona del hecho desde esta perspectiva. Desde luego que no está pensado para este uso, pero ¿no cree que aun así como está puede ser muy útil para investigar y reconstruir un caso? ¿Y no cree que si se retocara el programa teniendo en cuenta las necesidades de un litigante podría ser una herramienta sencilla y sumamente útil?
AB
21 nov 2010
INFORME SOBRE EL PODER JUDICIAL
Informe sobre sordos
Prólogo
Por AB
Ayer se me ocurrió navegar por el sitio del CIJ (Centro de Información Judicial). Debo decir que si bien el hecho de que exista una oficina en el Poder Judicial destinada a difundir noticias del poder más oculto al control republicano me parece, en principio, una medida positiva, también me llama a la sospecha.
La afirmación anterior pretende alertar sobre la necesidad de no dejar de controlar la actuación del poder judicial por medios independientes, es decir, de que esta oficina estatal no puede ni debe pretender reemplazar el legítimo derecho ciudadano de hurgar en la actuación de los judiciales que nos plazca, y por las razones que nos plazca.
Desde hace relativamente poco tiempo, dos circunstancias han llevado a la justicia penal a endurecer su cultura de resistencia al deber de someterse al escrutinio del público.
La primera de ellas fue vaticinada por Martín Abregú en un trabajo publicado en la Revista "No Hay Derecho" en 1992. Allí señalaba sintéticamente la judicialización del reclamo político de este modo:
En algún lugar ya fue dicho que de las Madres de Plaza de Mayo habíamos ido a parar, ideologías al margen o muertas las ideologías, a los Abuelos de Plaza Lavalle.
Se trata, entonces, de rescatar esa traspolación que llevaba el reclamo desde el sitial del Ejecutivo al predio del Judicial[1].
Este proceso, que dio mayor protagonismo al poder judicial en la intervención y búsqueda de soluciones en cuestiones explícitamente políticas[2], ha sido acompañado por una mayor atención sobre las prácticas de la administración de justicia y, en consecuencia, y por un tratamiento periodístico de la noticia judicial como noticia central o como nota de tapa.
Hasta hace algunos años, la gestión de los abogados estaba bien delimitada y transcurría, casi exclusivamente, en el ámbito de Tribunales y en sus propios despachos. Las novedades jurídicas aparecían en los diarios reflejadas de manera solapada, como resultado de sus gestiones, y esencialmente basadas en fallos de la Justicia. Todavía resuenan las voces de los periodistas acreditados en Tribunales, leyendo documentos escritos en lenguaje casi críptico, haciéndose eco de los casos más resonantes.
...
La irrupción de casos que podrían denominarse "de alto impacto mediático", ya sea por las personas implicadas, como por las características del hecho en sí, llevan a que los abogados hayan tomado un mayor protagonismo en los medios. Títulos de diarios y revistas, cables de agencias de noticias nacionales y extranjeras y, fundamentalmente, la televisión, se basan en esto para generar, cotidianamente, buena parte de los contenidos[3].
En este sentido, la justicia en general, y la justicia penal en particular, se ha convertido en objeto de atención privilegiada por parte de la prensa y de la sociedad civil. Ello ha generado numerosas tensiones y ha profundizado la conflictiva relación entre la justicia y la prensa.
Como se señalara, este tema era visto como un grave problema hace casi veinte años. El poder judicial, con la velocidad que lo caracteriza para adaptarse a las necesidades de la ciudadanía, comienza a dar algunas tibias respuestas dos décadas más tarde. Veremos qué encontramos en los contenidos del sitio en la primera parte de este informe.
[1] Abregú, Martín, El cazador cazado, en "No Hay Derecho", s. ed., Buenos Aires, 1992, Nº 7, p. 22.
[2] Esta afirmación no presupone que, antes de este proceso, las decisiones judiciales carecían de carácter político. Lo que queremos decir es que la politicidad de toda decisión judicial tradicionalmente ha sido ocultada bajo el peso simbólico del discurso jurídico definido como discurso técnico. Abramovich escribío ya hace tiempo que "el núcleo de las decisiones [judiciales] importa la puesta en juego de principios morales y políticos que cualquier ciudadano está en condiciones de cuestionar y rebatir". Y agregó una maravillosa frase de Enrique Petracchi: "Y esto porque todos los jueces, les guste o no, son políticos. A lo sumo les pasará como al cangrejo, que es crustáceo, pero no lo sabe" (Abramovich, Víctor, Todos los jueces son crustáceos, en Revista "No Hay Derecho", s. ed., Buenos Aires, 1992, Nº 8, p. 3).
[3] Carvajal, Patricio, Los abogados de la justicia mediática, en Revista Fortuna, 9/11/2007, en http://www.revista-fortuna.com.ar/ed_0232/soc01.html.