16 oct 2009

¿UN ALUMNO MOLESTO? EL ESTUDIANTE JULIO B. J. MAIER

Julio sentado en la última fila




Después de incursionar en la pre-docencia como ayudante alumno de Lucila Larrandart, pedí el pase a la cátedra de mi maestro, Don Julius B. J. Maier, un verdadero maestro y amigo como pocos.

Julio siempre ha sido y es muy generoso, y nos ha permitido trabajar de cerca con él. Así, por ejemplo, de vez en cuando nos asignaba una clase a alguno de sus auxiliares docentes/adjuntos, en su propio curso. El pequeñísimo problema era que Julio siempre dio clase a las 7 AM. Sí, entendieron bien, a ese horario donde la gente normal está durmiendo. Siete horas después de medianoche.

Un buen día me asignó un tema que no sé cómo denominar, pero que creo que el Zaffa llama "Condiciones de operatividad de la coerción penal", que es una especie de bolsa de gatos de temas diversos. Aquí va una muestra de algunos casos hipotéticos preparados para dar ese tema.


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No eran esos los casos que había llevado a esa clase, sino una lista de casos más bien simples, uno para cada uno de los "minitemas". Creo que eran como nueve casos. Cuando uno de nosostros daba clases, Julio se portaba muy bien y permanecía en silencio toda la clase, lo que para él representa un inmenso esfuerzo, porque habla en cordobés de manera compulsiva.

Pero ese día no, ese día se fue un poquitín charlatán, y comenzó a discutir conmigo el primero de los casos. El tiempo pasaba y a mí me quedaban ocho casos para discutir... La discusión se volvió eterna, y cuando miré mi reloj ví que eran... las 8:10. Me quedaban 20 minutos y ni loco llegaba a terminar con los temas.

Entonces cayeron mis frenos inhibitorios y con todo el volumen de mi voz que podía a esa hora de la mañana le grité de golpe:


¡¡¡JULIO.... DESTILDE!!!


Los estudiantes no lo podían creer y comenzaron a reírse al unísono... Y Julio finalmente se calló.

Terminé la clase como pude, y salimos caminando con Julio para ir al bar, a desayunar. Extrañamente en silencio, caminamos dos o tres minutos. De repente Julio se detiene, me mira con cara de niño injustamente castigado y me pregunta:



Bovino, ¿qué quiere decir "destilde"?




THE END

10 comentarios:

Raúl Soria dijo...

Un GRANDE como pocos!!! jajaja un verdadero maestro... que quiere decir destilde... hoy cuando me lo contaste me mori de risa... increible.

Alberto Bovino dijo...

Un maestro en el sentido más amplio del término.

Quienes tuvimos la suerte de compartir con él la vida académica, profesional y el ocio, descubrimos a un ser humano extremadamente generoso, sabio, honesto, íntegro y, especialmente gruñón.

AB

Agustín Eugenio Acuña dijo...

Un grosso Maier. Me confirmás lo que leo en sus libros. Y vos AB, se te soltó la cadena como siempre, ja.

Anónimo dijo...

¿Pero no es eso lo que les cae bien de mí?

Anónimo dijo...

Alberto querido, brillante, que lindas esas historias ! Un maestro Julio y un maestro vos, abrazos, Nico Laino

Simon Muntaner dijo...

El amigo Ramón Saéz, magistrado español y buen estudioso del derecho penal internacional, siempre habló de Maier como un genio. La anécdota es cojonuda, como diría el propio Curros Enriques (por poner un nombre gayyyego)
Salud, AB y que el viento de la felicidad conduzca siempre tu nave a los mejores puertos!!!

Alberto Bovino dijo...

Gracias, AB, tocayo de iniciales. A ver cuándo nos venís a visitar así nos tomamos uunas gasesosas. Abrazo,


AB

Agustín Eugenio Acuña dijo...

Sí, esa soltadura de cadena cae bien!

Manuel Freire dijo...

Buenísima anécdota. La verdad que está tan bien relatada que me sentí parte de esa clase. Redondita.

Gabriela Rodriguez Fernandez dijo...

Alberto... si, Julio y sus clases de las 7 de la mañana son de las mejores cosas que me pasaron en Buenos Aires. Su generosidad tenía un costo, y era salir de la cama antes de tiempo. Pero... decirte que cuando me tocaba a mi dar clase con él, no era tan habitual que estuviera callado. Será por eso que vos eras del nucleo duro, y yo mas bien de la periferia.
A ver si venís a Barcelona, y hacemos memoria juntos.
Gabriela