14 dic 2012

ARGUMENTOS CONTRA EL JUICIO POR JURADOS







Algunos argumentos falaces
de quienes se oponen ideológicamente al juicio por jurados

Por Mirna Goransky y Alberto Bovino


Es caro: por supuesto que es caro. Como tantas otras instituciones del Estado. Pero aun si fuera caro, se deja de lado que el modelo de juicio por jurados representa una enorme simplificación y desburocratización de la primera etapa del procedimiento, la investigación, que es el cancer de nuestra justicia, y que consume recursos humanos y materiales de forma desmesurada.




Son ignorantes: Bonorino Peró dice: “Me ha tocado reparar en el único juicio oral en que tuve que intervenir que se nos presentara como una tarea ciclópea que los testigos entendieran al igual que el procesado algunas de las preguntas que de manera por demás clara se les formulara, pues y al margen del coeficiente intelectual de algunos de ellos…”. Y, más adelante: “Se podrá decir que hay malos jueces y que hay ciudadanos con un gran sentido común pero no es la regla…”.




 
Fracasó en los Estados Unidos: Eso no es un argumento, es un hecho. Más allá de ello, muchos vicios del juicio estadounidense provienen de desarrollos jurisprudenciales producidos durante siglos, y pueden ser evitados. Y además, debemos tener en cuenta que se trata de dos sistemas jurídicos totalmente distintos. Para poner solo un ejemplo, se ignora de manera harto simplista el rol y la discreción casi ilimitada con que trabajan los fiscales estadounidenses.




• Se dejan influenciar. Levene declama: “el jurado es fácil de impresionar, o de caer en el cohecho o de ser presa de la influencia exterior o de la dialéctica brillante, pero a veces sin razón, de los letrados”.





No se pueden recurrir los veredictos condenatorios: esto es falso. En la tradición anglosajona, el recurso que se interpone contra la sentencia condenatoria (appeal, aunque no es un recurso de apelación) permite cuestionar los mismos temas que son objeto de impugnación en nuestro sistema legal. Por lo demás, ni la Convención Americana ni el Pacto Internacional de Derechos civiles y políticos exigen la "doble instancia", sino el derecho a recurrir la sentencia penal condenatoria.




No son siempre honestos. Petra Recabarren: “podrían eventualmente llegar a serlo quienes no llevan una vida pública decorosa (personas de vida licenciosa, ebrios o drogadictos) o ciudadanos que hayan sido penados siendo que en ningún caso quien registre esos antecedentes puede llegar a desempeñarse como juez de la Nación”.




El jurado es influenciable por los medios: cierto, al igual que los jueces. Probablemente la única diferencia consiste en el hecho de que los jueces están entrenados para esconder dicha influencia en la redacción de la sentencia. Además, en el sistema anglosajón existen mecanismos para reducir tal influencia; en el nuestro, no, pues se parte del axioma de que todo juez es imparcial.




Cometen errores y son omnipotentes porque sus decisiones son inapelables. Levene: “no fundamentan su veredicto, lo que hace difícil la rectificación de sus errores, y en cambio facilita su irresponsabilidad”. En todo caso, serían "irrecurribles", pero no lo son.




• Está desprestigiado en los países donde existe. Petra Recabarren: “… ajustarse a lo autóctono, en vez de pretender introducir sistemas que, paulatinamente, van siendo reducidos, modificados o suplantados en los mismos países de origen” (lo dijo en 1989).




• No tiene arraigo en nuestras costumbres.  Rivarola: “el jurado es una planta exótica que no ha echado nunca raíces en nuestro país”. Martínez Vivot (h) “Cuando de legislar se trata, lo importante es no dejarse llevar por sistemas que no se compadecen con la realidad del país”. Claro, porque la Inquisición es bien gaucha...




• El pueblo argentino no está preparado. De nuestra ignorancia dio cuenta Obarrio hace más de cien años cuando sostuvo que el pueblo argentino es muy distinto del inglés pues carece de educación y de hábitos de gobierno propios. Afortunadamente hoy somos ciudadanos del primer mundo, pero allá por 1943, un inglés dijo lo mismo: que era difícil encontrar en estas tierras un número suficiente de personas idóneas para desempeñar tales funciones.                                 





No saben derecho: precisamente ésa es la razón por la que se los convoca. Es un mecanismo de control de la actuación de la justicia. Y si un tipo penal no puede ser explicado de manera comprensible a los habitantes, la conducta no debería estar penada. Para eso existen las instrucciones que se le dan al jurado.





Es impracticable en procesos complejos y extensos: Puede ser. Pero el problema no es la intervención del jurado, sino, en todo caso, la excesiva duración del juicio. En cuanto a la complejidad, en un sistema de juicio por jurados, los litigantes se entrenan especialmente para presentar de manera sencilla temas complejos. Pero más allá de ello, lo que hay que corregir es el procedimiento decimonónico que tenemos y no elegir la exclusión de los ciudadanos de la administración de justicia. No es posible que un juicio dure varios meses. Eso se debe al pésimo modelo de procedimiento que tenemos y no a la complejidad del caso.





La Constitución Nacional no lo prevé de manera obligatoria: noooo... para nada. Solo lo menciona en tres artículos que continúan siendo derecho vigente.                                                                                                              




El pueblo argentino no está acostumbrado: Obvio. Si nunca se instauró en todo el país. Tampoco los esclavos de la colonia estaban acostumbrados a la libertad, ni las mujeres a votar las autoridades políticas. Esto es como pedirle a una persona virgen que esté acostumbrada a tener relaciones sexuales.



• Los jurados son fácilmente corrompibles: por supuesto. Lo difícil es corromper a Oyarbide. Estas afirmaciones carecen de evidencia empírica (la de Oyarbide no).



2 comentarios:

CP dijo...

Es que nada puede superar a la virtuosa "Inquisición gauchesca"... ningún ciudadano raso tiene línea divina directa como los "iluminados" togados.
Buenísimo. Claro y divertido.

Héctor Maskin dijo...

Poco lugar para comentar un tema tan complejo, pero vamos allá.
De lo leído: Son ignorantes, influenciables, no honestos, cometen errores, son omnipotentes, no saben derecho y son corruptibles.
Todo esto es sabido y probado. (Qué?.. Que se refieren a los jurados, no a los jueces? .. ah, sorry. Eso me pasa por leer rápido)