En una reciente entrada de este blog (¿La muerte de los manuales de derecho?), Martín Böhmer opinó lo siguiente:
Creo que es difícil hablar en general, por eso voy a hablar de la Argentina. Me parece que los manuales funcionaban cuando eran el penúltimo eslabón de una cadena que comenzaba con la práctica más o menos compartida de un derecho creado de acuerdo a la ideología formalista de la codificación. Una vez que el Código disciplinó la práctica a través de varios años de imposición jurisprudencial y de la reforma de la enseñanza del derecho en 1874, la doctrina se tomó casi cincuenta años para atreverse a escribir el primer tratado. Los manuales vienen después, como una forma de enseñar ese derecho destilado y compartido a través de los años.
Desde la aparición de la democracia constitucional y, con ella, de la globalización y el pluralismo de fuentes, la actitud francamente activista de los tribunales y algunos otros rasgos novedosos de nuestro sistema nos encontramos en un momento de transición.
En momentos como este los manuales, llamados a destilar una práctica ya hecha coherente por los abogados y los tribunales y articualda por los tratados, no encuentran todavía su lugar, si alguna vez vuelven a tenerlo.
Cuando podamos articular el nuevo derecho argentino, el que surge de la inclusión de los derechos humanos, de la democracia, de la desregulación y de la globalización (por nombrar algunos de los fenómenos nuevos), tal vez podamos destilarlos en manuales. Por ahora, el trabajo inmenso que nos espera es teorizar, articular y criticar esta realidad que se metamorfosea impúdicamente ante nuestros ojos.
Es por eso que creo que los nuevos materiales deben meter la práctica en las aulas, obligar a sopesar argumentos, hacer chocar los reclamos de autoridad contradictorios de las diferentes fuentes, entender el lugar de los hechos y de las narraciones de los hechos. Hasta que hayamos creado un trasfondo suficientemente denso y suficientemente compartido como para tratar de poner una parte en palabras, sabiendo que lo importante está en el desarrollo de las destrezas para trabajar a partir de él va a ser difícil crear materiales perdurables.
Todo un desafío para trabajadores full time!
Hace tiempo habíamos tenido una charla sobre ese tema y hasta pensamos en vdiversos proyectos para elaborar materiales de estudio para diversos cursos alejándonos del formato tradicional de manuela de derecho.
Finalmente, luego de una reunión que tuvimos con Martín hará unos veinte días, en la cual le informé que junto con Mariano Bertelotti estábamos terminando de actualizar y editar el primer tomo de lo que será nuestro "Manual de derecho procesal penal" (obra pensada para las necesidades de la Universidad de Buenos Aires), se le ocurrió una gran idea a Martín: ver cómo llegar a una especie de solución de compromiso que nos permita terminar ese Manual, con los contenidos básicos y estructurales de la materia y, al mismo tiempo, articular sus contenidos con las continuas transformaciones que sufre el derecho procesal penal en cuanto práctica social.
Ahora bien, ¿cómo lograr este equilibrio aparentemente contradictorio? Y aquí el gran aporte de Martín. Armar "materiales de estudio" que sean complementarios al manual. Estos materiales, que presuponen un primer cuaderno de materiales dirigido a los docentes, con sugerencia de cómo utilizar con la mayor utilidad posible la metodología propuesta, tendrían diversas particularidades.
1) Serían cuadernillos de materiales físicamente separados al Manual;
2) Serían elaborados por un equipo integrado por numerosos auxiliares docentes y otros interesados, y aparecerán como obra de ellos;
3) Los materiales serían actualizados anualmente;
4) Los contenidos de esos materiales aún son tema de discusión entre quienes intervendremos en el proyecto.
Les dejo la inquietud...
Saludos,
AB
Desde la aparición de la democracia constitucional y, con ella, de la globalización y el pluralismo de fuentes, la actitud francamente activista de los tribunales y algunos otros rasgos novedosos de nuestro sistema nos encontramos en un momento de transición.
En momentos como este los manuales, llamados a destilar una práctica ya hecha coherente por los abogados y los tribunales y articualda por los tratados, no encuentran todavía su lugar, si alguna vez vuelven a tenerlo.
Cuando podamos articular el nuevo derecho argentino, el que surge de la inclusión de los derechos humanos, de la democracia, de la desregulación y de la globalización (por nombrar algunos de los fenómenos nuevos), tal vez podamos destilarlos en manuales. Por ahora, el trabajo inmenso que nos espera es teorizar, articular y criticar esta realidad que se metamorfosea impúdicamente ante nuestros ojos.
Es por eso que creo que los nuevos materiales deben meter la práctica en las aulas, obligar a sopesar argumentos, hacer chocar los reclamos de autoridad contradictorios de las diferentes fuentes, entender el lugar de los hechos y de las narraciones de los hechos. Hasta que hayamos creado un trasfondo suficientemente denso y suficientemente compartido como para tratar de poner una parte en palabras, sabiendo que lo importante está en el desarrollo de las destrezas para trabajar a partir de él va a ser difícil crear materiales perdurables.
Todo un desafío para trabajadores full time!
FIN DEL COMENTARIO DE BÖHMER
Hace tiempo habíamos tenido una charla sobre ese tema y hasta pensamos en vdiversos proyectos para elaborar materiales de estudio para diversos cursos alejándonos del formato tradicional de manuela de derecho.
Finalmente, luego de una reunión que tuvimos con Martín hará unos veinte días, en la cual le informé que junto con Mariano Bertelotti estábamos terminando de actualizar y editar el primer tomo de lo que será nuestro "Manual de derecho procesal penal" (obra pensada para las necesidades de la Universidad de Buenos Aires), se le ocurrió una gran idea a Martín: ver cómo llegar a una especie de solución de compromiso que nos permita terminar ese Manual, con los contenidos básicos y estructurales de la materia y, al mismo tiempo, articular sus contenidos con las continuas transformaciones que sufre el derecho procesal penal en cuanto práctica social.
Ahora bien, ¿cómo lograr este equilibrio aparentemente contradictorio? Y aquí el gran aporte de Martín. Armar "materiales de estudio" que sean complementarios al manual. Estos materiales, que presuponen un primer cuaderno de materiales dirigido a los docentes, con sugerencia de cómo utilizar con la mayor utilidad posible la metodología propuesta, tendrían diversas particularidades.
1) Serían cuadernillos de materiales físicamente separados al Manual;
2) Serían elaborados por un equipo integrado por numerosos auxiliares docentes y otros interesados, y aparecerán como obra de ellos;
3) Los materiales serían actualizados anualmente;
4) Los contenidos de esos materiales aún son tema de discusión entre quienes intervendremos en el proyecto.
Les dejo la inquietud...
Saludos,
AB
7 comentarios:
¡Que buena idea tuvieron! Sisisisi, diez quintines a la idea.
Gracias, Ramiro. Cuando tengamos algún borrador del posible contenido de los materiales te lo mandamos para que nos des tu opinión. Abrazo, AB
Bárbaro viejo!
No quiero sonar muy tecnócrata, pero tal vez sería interesante relacionar el manual físico-material con algo físico-digital, aprovechando la facilidad e inmediatez que nos dan por ej. los blogs. Ya tuviste experiencias AB con el curso de garantias (creo que era ese)el año pasado, y podría servir como una forma de vincular más a los lectores del manual con los autores, manteniendo una coherencia actualizada del discurso.
Un abrazo.
FRAN: Se agradece el comentario. Por supuesto que estamos pensando en algo de ese estilo. Escribime a mi correo y te cuento.
Abrazo,
AB
AB curse garantias con vos y procesal con Bertelotti y estoy esperando con ancias ese manual que vienen prometiendo.. tenemos alguna esperanza de verlo salir del horno????. Saludos
Estimado amigo: En todo caso tendras "ansias" y no "ancias". Estamos trabajando pero eso es el problema de los AQDC. Saludos,
AB
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