13 jun 2014

LISANDRO BARRAU: A DIEZ AÑOS DE TU AUSENCIA








Hace diez años, en la madrugada del 13 de junio, el agente Tarditti de la PFA disparó por la espalda a Lisandro Barrau y lo mató.

Lisandro conducía una moto y en la esquina de Bonpland y Guatemala, dos agentes policiales intentaron que la moto se detuviera. Como no se detuvo, el agente Tarditti, que ya había desenfundado su arma, disparó a una zona vital de la espalda del joven Lisandro Barrau y causó su muerte.

Según declararon los policías, intentaron detener a Lisandro porque él “no llevaba casco”. Pero eso es falso. Hacía rato que venían controlando la moto porque un sábado a la noche, “sospechosamente” andaba dando vueltas por Palermo Soho, Hollywood o como se llame. Antes de eso, el mismo Tarditti había detenido y requisado al amigo de Lisandro, por ser “sospechoso” de salir de un bar e ingresar a otro que estaba muy cerca un sábado a la noche. ¿Sospechoso de qué? Curiosamente, el agente le preguntó al amigo “sospechoso” si conocía a quien conducía la moto.

Ese mismo día se inició la causa contra Tarditti, quien, luego de su indagatoria fue procesado por homicidio doloso agravado por haber sido cometido por un agente policial en ejercicio de sus funciones. A partir de allí, el fiscal de instrucción, la querella, el juez de instrucción, la sala de la Cámara de Apelaciones, el fiscal de Cámara, el fiscal de juicio y los tres miembros del tribunal de juicio coincidieron en mantener y condenar por esa calificación.

Pero Catucci y Bisordi, en un fallo vergonzoso, intentaron salvar a Tarditti cerrando el caso y calificando el hecho como homicidio culposo. Después de acudir a la Corte Suprema, logramos que se anulara esa decisión y que se resolviera nuevamente el recurso de casación de la defensa.

El recurso, que debería haber confirmado la primera sentencia, terminó en un reenvío a nuevo juicio. El juicio comenzó, finalmente, el 22 de noviembre de 2012. La inmensa demora en la realización del segundo juicio se la debemos a Catucci & Bisordi S.A. 

El 22 de marzo de 2013 la querella presentó sus alegatos (se pueden ver aquí). 

Personalmente, creo que en el segundo juicio nos había ido mejor que en el primero, y la condena se presagiaba como condenatoria. Pero ahí fue el tribunal de juicio quien protegió a Tarditti, y volvió a discutir el carácter de homicidio culposo del hecho, y así condenó. Para colmo de males, el culposo estaba prescripto y Tarditti salió libre.

El 16 de abril de 2013, tras casi 9 años de espera, la familia Barrau debió sufrir nuevamente la arbitrariedad de la injusticia, debió pagar con su dolor las negligencias, las resoluciones irracionales, las decisiones de mala fe, y la protección a la violencia estatal respecto de las cuales la justicia fue la exclusiva responsable.

La última resolución judicial que la familia Barrau toleró fue la dictada por ese tribunal de juicio, en la cual los jueces Grieben y Decaria, con total desvergüenza, se colocaron, una vez más en este caso, del lado de la violencia estatal. El tercer juez fue Adrián Martín quien redactó una digna y fundada disidencia.

Hoy, a diez años de ese asesinato, acompañamos a Elba, a Felicitas y a Manuel, y recordamos a Lisandro, ese joven a quien no pudimos conocer, y cuya muerte la justicia se negó a repudiar.

Y recordamos especialmente que en esos nueve años de injusticia y arbitrariedad, la Sra. Elba Barrau fue un ejemplo de entereza, integridad y paciencia que, además, confió en esa justicia que se negó a proteger sus derechos y los de su hijo Lisandro, otra víctima de la violencia estatal.

Porque la Sra. Elba Barrau es una verdadera Señora que no necesita que la llamen “Doctora” para reconocerle su tremenda dignidad.






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