Hoy quiero hablar de otros grandes maestros, de quienes nunca hablamos y a quienes nunca agradecemos. En todos estos años de ejercicio de la profesión y de docencia, es difícil medir lo que hemos aprendido de los estudiantes y de nuestros compañeros en el ejercicio de la profesión.
En primer
término, resulta increíble la devolución que nos dan los estudiantes a los
docentes. Recuerdo que cada vez que Paola Bigliani
me agradecía algo, yo le explicaba que el que siempre salía ganando en el
intercambio era yo. Y Paola no me creía, pensaba que se lo decía solo para que
no me apabulle con su agradecimiento.
Hasta que un día
le tocó estar a cargo de un curso a ella. No asistí a ninguna clase pero estoy
más que seguro de que sus estudiantes habrán disfrutado de una docente de
primera. Lo mismo le pasó a Mariano Bertelotti
y a Bocha Campo. Todos ellos
personas extraordinarias y docentes de lujo. Lo que aprendí trabajando con
ellos es difícil de medir, pero estoy seguro de que recibí de ellos muchísimo
más de lo que yo les pude dar.
Lo mismo puedo
decir del resto de mis ayudantes permanentes u ocasionales y, por supuesto, de
los estudiantes. Aún hoy estoy en contacto con muchísimos jóvenes que fueron
mis estudiantes y les escribo continuamente para que me aconsejen sobre
cuestiones de derecho penal y de derecho procesal penal.
En el ámbito del
ejercicio profesional también he trabajado con muchísimos jóvenes y no tan
jóvenes que me han brindado sus conocimientos con absoluta generosidad. Todos
ellos también fueron mis grandes maestros. Desde mis compañeros del Centro de Estudios Legales y Sociales,
pasando por compañeros de trabajo que tuve en otros países —como el grande de
Willy Ramírez en Guatemala—, mis
amigos del grupo de redactores de la extinta "No Hay Derecho"
impresa, mi ex socio JP Chirinos, y tantos otros.
Sería imposible
hacer justicia mencionando a todos aquellos quienes han sido mis maestros en
este sentido siempre olvidado. Ellas y ellos saben quienes son. Por eso hoy
brindo por todas esas personas y les agradezco por todo lo que me enseñaron.
Porque un buen
maestro no es quien está a cargo de ciertas tareas docentes en sentido formal. Maestro es quien nos motiva, nos muestra caminos, nos formula
buenas preguntas y comparte sus conocimientos con generosidad.
A todos ellos,
¡feliz día y gracias!
2 comentarios:
cuánta gente querida! Más maestros míos que tuyos jajaja
Feliz día Maestro!
qué seleccionado, con todos esos ganamos el mundial seguro! muy lindas fotos, en particular la fotaza de mónica pinto, para tapa de revista!
abrazo desde chubut,
rodrigo.
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