El caso
(aclaramos que intervenimos en el caso en calidad de
apoderados de la Editorial Río Negro)
1. La difusión de
noticias políticas
El 7 de diciembre de 2002, el diputado provincial (Provincia de Neuquén,
Argentina) Jorge Taylor, convocó a
una conferencia de prensa en el estudio jurídico “Moreno Ocampo & Wortman Jofré”, ubicado en la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, para denunciar que el vicepresidente primero de la
legislatura neuquina, Osvaldo Ferreyra,
le había ofrecido $ 640.000 —en ese momento,
aproximadamente USD 200,000—, en un crédito del IADEP (Instituto Autárquico de Desarrollo Productivo)
a cambio de que diera quórum para permitir el tratamiento de las ternas
propuestas por el gobernador Jorge Sobisch
para completar el Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Neuquén con
abogados de su confianza.
El periódico "Río Negro", como otros medios de comunicación
nacionales y regionales, participó de esa conferencia de prensa y difundió en
forma completa todo lo referente a tan grave denuncia, que involucraba también
en el presunto intento de soborno, al gobernador de Neuquén. Las
notas se ocuparon del tema y de sus repercusiones, recogiendo todas las
manifestaciones efectuadas, incluso de los denunciados cuando quisieron
hacerlas.
2. Campaña de
desprestigio e intimidación
Después de algunos días de silencio, y cuando la denuncia
del diputado Taylor ya estaba
siendo investigada por la Fiscalía Penal de Delitos Administrativos, el Poder
Ejecutivo de la Provincia de Neuquén, que encabeza el Sr. Jorge Sobisch como gobernador, decidió poner
en práctica una estrategia consistente en desprestigiar al denunciante Taylor y al periódico “Río Negro”, como
también desprestigiar e intimidar a la persona del peticionario, aun cuando el
tema había sido presentado en exclusiva por el canal nacional “América TV”
—canal televisivo de alcance nacional— y reflejado luego por otros medios
nacionales como los periódicos “La Nación”, “Clarín”, “Página/12”, el canal
televisivo TN, y las radios capitalinas Continental, Rivadavia, Mitre y Radio
10, entre otras.
En esa acción contra el periódico “Río Negro”, se tomaron
dos tipos de medidas por parte de diversos funcionarios del Gobierno neuquino:
a) agresiones e intimidaciones verbales formuladas por altos funcionarios
neuquinos contra el Sr. Julio Rajneri
y contra el periódico “Río Negro”; y b) un abrupto e injustificado cese de la
publicidad oficial que desde hace años se publicaba en el periódico “Río
Negro”.
No se trató de meras descalificaciones del Sr. Rajneri sino que, desde los más altos
cargos del poder ejecutivo provincial, se intimidó gravemente al peticionario.
Para que quede claro, sintetizaremos las agresiones más amenazantes:
• Un diputado acusó al peticionario de “no tener
escrúpulos” y de “intentar avanzar sobre un gobierno popular”.
• El ministro de gobierno neuquino dijo que el Dr. Rajneri había “despertado a la bestia” y
que le “sobraban pelotas y ovarios para enfrentar a esos atorrantes”.
• Un concejal dijo que si bien ellos eran pacíficos, que
“no los busquen porque los van a encontrar”.
• El presidente del Banco provincia dijo que iban a
responder “piña por piña” (golpe por golpe).
• El gobernador acusó al peticionario de dar un “virtual
golpe de Estado”.
• El mismo gobernador amenazó con “tener poder para
agarrársela con la familia del peticionario”.
Frente a este panorama, la conclusión es ineludible. Las
más altas autoridades provinciales neuquinas reaccionaron con una fuerte campaña de desprestigio e intimidación por el contenido de notas
periodísticas publicadas en el diario “Río Negro” contra el periódico y contra
la persona de su director.
3. El manejo de la publicidad oficial
La segunda reacción del gobernador Sobisch y de su entorno de funcionarios,
sin embargo, fue mucho más allá de actos verbales, y representó la vulneración
flagrante del derecho a la libertad de expresión y a la crítica de los actos de
gobierno.
En efecto, a través del manejo discrecional de los fondos
del gobierno provincial destinados a solventar la difusión de información
pública y de la gestión de gobierno en los medios de comunicación social, se
presionó más allá de lo tolerable en los límites de un Estado de derecho
democrático, con el exclusivo objeto de silenciar la crítica política.
Desde el inicio de su gestión, el gobernador Jorge Sobisch se preocupó de controlar muy de
cerca, tanto por la estrecha dependencia funcional del órgano responsable de la
difusión de los actos de gobierno, institucionales, como de promoción de su
gestión, respecto de su persona, como también por el funcionario que fue
designado como responsable de dicho órgano.
Mantuvo la concentración de la contratación con los
medios en la Subsecretaría General de la Gobernación y al frente de la
Subsecretaría designó a un sobrino suyo,
el Sr. Rodrigo Salvadó. Desde su
oficina se manejaba todo lo relacionado con pautas oficiales, destinos, medios
e importes tanto de los organismos provinciales centralizados como de los descentralizados.
Desde allí se emitían las órdenes de publicidad.
El periódico “Río Negro” mantuvo una participación creciente —aunque menor
a otros medios gráficos regionales— en los años
2000, 2001 y 2002, en la publicidad oficial de la Subsecretaría General
de la Gobernación —Dirección General de Medios y Comunicación— Dirección de
Difusión, del Gobierno de Neuquén.
4. La concreta
sanción económica
Sin embargo, y a partir de que se brindara la información
del caso dado en llamarse, “el
escándalo de las cámaras ocultas”, (periódico “La Nación”, 10/01/03, “Sobisch
canceló avisos en el diario Río Negro”) el Gobernador de la Provincia dispuso o
admitió —que para el caso es lo mismo— castigar al periódico “Río Negro” y a su
director Dr. Julio Rajneri,
privando totalmente al medio gráfico de la publicidad oficial, no solamente del
área centralizada sino de los organismos que no lo son. La publicidad gráfica
se dirigió entonces, exclusivamente al
diario “La Mañana del Sur”.
5. El trámite del caso
El 23 de enero de
2003 Rajneri interpuso una
acción de amparo ante la Corte Suprema. En esa oportunidad, sus apoderados
solicitamos a la Corte Suprema de Justicia de la Nación que ordene al Poder
Ejecutivo de Neuquén, en ese entonces a cargo del Señor Jorge Sobisch:
“… el cese de la arbitraria decisión de privar a[l Dr.
Julio Rajneri] y sus lectores de
la publicidad oficial de los actos de Gobierno de esa Provincia y restituya la
distribución de la publicidad oficial que se atribuía normalmente a mi mandante
para su publicación en el diario Río Negro” .
En la misma presentación, se solicitó como medida cautelar una medida de no
innovar, para impedir que la demora en la resolución del fondo del planteo
ocasionara daños irreparables al peticionario y a sus lectores.
Ante la injustificada ausencia de resolución, el día 6 de marzo de 2003 presentamos una solicitud por escrito que
requería el pronto despacho de nuestras
pretensiones. Frente a la falta de respuesta de la Corte Suprema, insistimos
con otro escrito de pronto despacho
el 25 de abril de 2003.
Recién el 4 de julio de 2003 fue
rechazada la medida cautelar peticionada, porque el tribunal consideró que no
estaba acreditado un “peligro en la demora tal que el mantenimiento o
alteración de la situación de hecho o derecho pudiera influir en la sentencia o
convirtiera su ejecución en ineficaz o imposible”.
Ante la nueva falta de decisión del tribunal, el día 21 de agosto de 2003 insistimos por
tercera vez con un escrito de pronto despacho.
El 5 de septiembre de 2007
la Corte Suprema de Justicia de la Nación resolvió hacer lugar al amparo interpuesto
por “Editorial Río Negro”, más de cuatro años y medio después de presentado el
amparo por el Dr. Julio Rajneri en
su calidad de representante legal.
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