Una de las etapas de toda educación legal consiste,
lamentablemente, en la lectura de la jurisprudencia. En ella, el primer
obstáculo para la comprensión de las decisiones judiciales consiste en el hecho
de que no están escritas en castellano, a pesar de la exigencia legal de que
así deben ser redactadas. A partir de ese momento, el estudiante ingresará al
asombroso e incomprensible mundo del lenguaje judicial. El esfuerzo que los
jueces han realizado —y continúan realizando—para destrozar el lenguaje
castellano ha rendido sus frutos. De este modo, ha nacido una especie de
dialecto carente de todo fin social útil propio de las decisiones judiciales
que dificulta su comprensión.
A continuación publicamos una sentencia que, en este
sentido, resulta ejemplar por el simple hecho de estar redactada en correcto y
comprensible castellano. Se trata de una sentencia de Leticia Lorenzo dictada
en un juicio por jurados en la provincia de Neuquén.
Además de esa circunstancia, la lectura de la sentencia es
muy ilustrativa acerca del funcionamiento del jurado en un juicio penal. En
este sentido, las instrucciones dadas al jurado referidas a la prueba son una
magnífica lección sobre la valoración de la actividad probatoria —que varios
jueces técnicos deberían repasar—.
Pasen y lean.
2 comentarios:
Que gusto leer una sentencia con clara, detallada, en un idioma que entiende todos los seres humanos... y principalmente no llena de COPIA Y PEGA .... tan reiterados en todos los fueros y en todos los Tribunales
Sin dudas una pieza jurídica para tomar de ejemplo. Un lujo tener a Leticia Lorenzo como Magistrada en Neuquén. Muchas gracias por difundirla!
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