Si hay algo que nuestros jueces saben hacer
ante cualquier situación, es atribuir las culpas de las consecuencias de su
pésimo desempeño a cualquiera menos a sí mismos. Esta práctica ha pasado a una
etapa de superación con la propuesta hecha por la asociación que reúne a los
jueces federales.
En mayo de este año se realizó la “asamblea fundacional” de la Asociación de Jueces Federales (AJuFe) en el Salón Azul de
la Facultad de Derecho (advierto que nuestra casa de estudios no se hace
responsable por las acciones de dicha asociación).
Imagínense, una institución indispensable para
la vida democrática que estaba faltando en nuestra república. Créase o no, una
de las primeras medidas de la AJuFe consistió en una propuesta para avanzar en
las causas de corrupción... La propuesta no implica que todos ellos renunciarán
a sus cargos, no se ilusionen, pues ellos, como de costumbre, no son
responsables de nada negativo.
El diario Clarín informó que:
Apenas unos días antes de la la
manifestación contra la supuesta inacción judicial contra la corrupción, la
flamante Asociación de Jueces Federales (Ajufe) firmó su primer pronunciamiento
con una "propuesta par avanzar en causas de corrupción".
Los magistrados "declaran que
es necesario avanzar en las causas donde
se investigan casos de corrupción, identificando cuáles son los
obstáculos y proponiendo soluciones concretas".
Según el diagnóstico de los jueces federales, ellos
no tienen la culpa de nada:
La Ajufe cree necesario "fortalecer las
instituciones" para poder luchar eficazmente contra la corrupción, y
admite un consenso en que "existen enormes dificultades prácticas"
que según los jueces obstaculizan su trabajo "cotidianamente". Entre
los principales, destacan "la falta de recursos materiales y tecnológicos,
la gran cantidad de juzgados vacantes y la demora en la designación de
magistrados, así como también la ausencia de legislación actualizada que brinde
herramientas rápidas y efectivas para combatir la corrupción".
Lo que nos queda claro es que tienen ganas de
viajar (ver):
La
recientemente creada agrupación de magistrados federales propuso
"incentivar las relaciones bilaterales con otros Estados y organismos
internacionales" y, en ese marco, pidió "tener en cuenta las
experiencias en los países hermanos, como Brasil, España, Chile y México".
También han formulado sugerencias sobre
reformas procesales a las que oportunamente se han resistido, sin ningún pudor. Entre ellas, “fortalecer el área de
investigación, dotando al poder judicial de una agencia de
investigación especial y una policía judicial, como existen en otros
países”, dejando de lado que los jueces no deben investigar, sino decidir. Sin embargo, no
proponen ninguna transformación real que modernice nuestro modelo procesal
napoleónico e instale un modelo acusatorio con una organización judicial
horizontal.
En la propuesta se hacen referencias a la elaboración
de “políticas de Estado” en conjunto con otros órganos estatales para “luchar
contra la corrupción”. Más allá de que la elaboración de ese tipo de políticas
es una competencia ajena al poder judicial, no queremos ni imaginarnos las
“políticas de Estado” que estos jueces pueden llegar a formular...
Sin embargo, poco se habla de la real intención
que está detrás de esta iniciativa, que reúne a todos los jueces encargados de
las causas de corrupción, que por supuesto, no se consideran para nada responsables
de la impunidad que gozan quienes cometen estos delitos.
Conforme se informó en Infobae , en el primer discurso como titular de la nueva asociación, el juez Morán expresó su aspiración de que el
fuero federal “pueda tener algún día las herramientas y los hombres para poder
tener una Justicia que permita llegar a una República con la que soñamos”. Nos
preguntamos si se trata de una promesa o de una amenaza...
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